Los terremotos y los tsunamis, así con esa fuerza externa, cambiaron la energía de Hernán, la transformaron en Arca, la elevaron en oleaje convertido en cartas, letras color y sentimientos.
Lo podemos identificar en antiguos aviones biplanos en viajes intercontinentales, o en faros guías de embarcaciones que naufragan.
La obra de Hernán Abel Fuenzalida Cruz es todo eso, y más, son cartas llevadas por los vientos, viajeras eternas que se plasman en colores brillantes, que se confabulan en trazos, a veces largos, otras veces cortos, donde las sombras multicolores se guían por un luminoso haz de luz.
Y es que hasta la luna, habitada de selenitas envían misivas voladoras siempre blancas.
La recurrencia de elementos en su obra y los colores que los rodea, son llama interna, dolor, angustia y sensación de ausencia, pero también son alegría, esperanza y delirio, cómo no.
Como el mismo dice, “las cartas, son parte de un pasado, nostálgico y romántico”
En “Las Cartas”, Fuenzalida Cruz rescata la escritura en papel, a sus carteros, a sus destinos, paisajes y rutas.
Esas rutas que en sus periplos de juventud y adultez, realiza contantemente. Rutas marítimas, montañosas y de grandes extensiones que pasan a “un tributo de algo significativo, de un recuerdo con el cual juego y lleno de color, de personajes que atraviesan grandes distancias”.
Los peligros también están ahí, marítimos o aéreos, encuentro con la historia, la pintura, el mito y el maneo lúdico del pincel del detalle, del color combinado con astucia y diversión”
Hernán Fuenzalida, prolífico pintor chileno, nos regala la carta más hermosa, su obra”.
Los invitamos a conocerla este 11 de enero de 2018 a las 19:00 horas en la Galería de Artes Tierra Luna, ubicado en la calle de Rayón Nro. 18. Esquina de Diego Leño.
Habrá vino de honor.