En 2018, las posiciones que estarán más peleadas son las tres curules que tiene Veracruz en el Senado de la República, un cargo de elección popular que pone a casi todos los que lo ocupan en la antesala de la candidatura de su partido a la gubernatura cuando el sol amanece, además de tener una fuerte influencia en el centro político del país. Tan es importante como catapulta a la gubernatura que, el año pasado, el candidato del PRI fue el senador Héctor Yunes Landa y, como entonces, hoy la candidatura se debate entre él y el otro senador, José Francisco Yunes Zorrilla.

Aunque Fernando Yunes Márquez, quien ocupó la posición de senador de primera minoría, se fue por la alcaldía de cuatro años en el Puerto de Veracruz, nadie oculta el proyecto familiar de su padre por impulsar a su hermano Miguel Ángel el próximo año, y prepararlo para que dos años después de que termine su encomienda en la zona conurbada sea él quien logre la candidatura panista para suceder a su hermano, si las cosas salen como se empecina el actual gobernador, y que ha hecho que su esposa y presidenta del DIF estatal, Leticia Márquez, vea a dos de sus hijos como gobernadores.

Cada seis años, la fórmula ganadora permite que los dos candidatos al Senado del partido triunfante se conviertan en Senadores, mientras que de la fórmula que obtiene el segundo lugar (primera minoría), accede al edificio de Reforma el que fue designado como número uno de la fórmula.

Para el próximo año, casi todos los partidos se han definido por sus candidatos. Ya sabemos que la coalición Por México al Frente, que integran Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, han mostrado sus cartas en las personas del panista Julen Rementería del Puerto, quien todavía ocupa la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, con lo que en los hechos franquearía la puerta para dejársela libre a Miguel Ángel Yunes Márquez, y de la actual diputada local perredista Yazmín de los Ángeles Copete Zapot.

¿Héctor Yunes, por MC?

Hay que recordar que, fuera de la candidatura a gobernador, en que aparentemente iría solo, para no apoyar a Miguel Ángel, Movimiento Ciudadano iría en conjunto con los demás partidos tanto en las elecciones locales como en las federales. El partido no llevaría a su creador, Dante Delgado, en la boleta de la elección de Gobernador, acaso para no fracturar al frente en Veracruz y porque Dante tiene que aprovechar el juego que ya tiene en el ámbito nacional.

Lo que sí es que ya se maneja un fuerte rumor en el sentido de que llevaría a un candidato de enorme competitividad para enfrentar al hijo de su carcelero, y este candidato tendría como iniciales H, de Héctor; Y, de Yunes, y L, de Landa, quien estaría viendo dificultades para repetir en la lucha por Veracruz que el año pasado perdió ante su primo hermano. Eso podría encender fuertemente las alarmas en un PRI que lucha por colocar en las preferencias a un candidato presidencial que no milita en sus filas, José Antonio Meade, en medio de un fuerte movimiento de rechazo por la aprobación de la Ley de (In)Seguridad Interior, entre otras perlas surgidas de los órganos legislativos federales, y porque pondría en graves dificultades al candidato del PRI al Gobierno del Estado, en el caso de que las predicciones salgan ciertas y el candidato sea Pepe Yunes.

Morena lleva a Ahued y a Nahle

Pero estábamos en lo de las candidaturas al Senado. El partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) lanzaría a un candidato no partidista, Ricardo Ahued Bardahuil, quien ha ganado todas las canicas de representación popular bajo la insignia del PRI, pero que hoy cree que lo mejor es hacerlo bajo la bandera de Andrés Manuel López Obrador. En efecto, Ricardo Ahued ha sido alcalde de Xalapa, diputado federal y diputado local, siempre con los colores priistas, aunque siendo diputado local en la anterior Legislatura se opuso a varias iniciativas del exgobernador Javier Duarte de Ochoa.

La otra posición sería para Norma Rocío Nahle García, actual coordinadora de la fracción parlamentaria de Morena en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, y a quien se creía con posibilidad de buscar la gubernatura de Veracruz, pese a que no es veracruzana de origen. A Nahle, la fortuna le resplandece de todas maneras. Además de ser nombrada coordinadora estatal (que es prácticamente la precandidatura al Senado, según el dedo de AMLO), Rocío fue presentada el 14 de diciembre pasado, por López Obrador, como quien ocuparía la Secretaría de Energía del gobierno federal si gana en su tercer intento quien se mantiene al frente de todas las encuestas.

El PRI, con muchas dudas

Donde no hay mucha claridad es en el PRI. Si bien se cree que la delegada federal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Anilú Ingram Vallines, ya tiene lista la oficina para entregarla al delegado entrante una vez que se oficialice su candidatura al Senado, la otra posición está peleadísima entre varias mujeres priistas.

Se sabe que en la comisión de postulación de candidatos del Partido Revolucionario Institucional se privilegiarán las encuestas y es que ahora saltaron en el estado muchas mujeres que quieren ir sin méritos por el Senado. Muchas de ellas salieron hasta de la congeladora, como la exalcaldesa de Veracruz, Carolina Gudiño Corro, y es que saben que ahí es donde se consagrará todo el apoyo presidencial y del candidato oficial, Pepe Meade, que buscan tener mayoría tanto en la cámara alta como en la de Diputados.

Pese a ello, una de las posibles candidatas con mayor estructura y que sorprendentemente ha arrojado buenos resultados en las encuestas es Elízabeth Morales García, actual delegado del ISSSTE, quien fue Presidenta del PRI y en su gestión se renovaron los 212 comités municipales y seccionales.

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