“Yunes Linares ganó por el voto de castigo, y ahora nos castiga con su desgobierno” Héctor Yunes Landa
En realidad, la culpa de que los veracruzanos estemos en tan crítica situación es de Fidel Herrera Beltrán. Todos sabíamos que el proyecto de El Tío no era Javier Duarte; todavía en su cuarto año de gobierno no se definía quién debería ser el elegido, el segundo gobernador de Veracruz que le tocaba poner sucesor toda vez que el gobierno federal lo tenía en sus manos el PAN, en ese tiempo con Felipe Calderón.
Fidel disfrutaba del poder y no le daba mucha importancia a ese asunto, sin embargo, había tiradores fuertes como Salvador Manzur Díaz, Erick Lagos Hernández y hasta la misma Carolina Gudiño Corro, pero el mequetrefe de Javier no figuraba.
Sin embargo, como el gordo manejaba el dinero con la familia de Fidel era bien visto, ahí es donde se fraguó el plan para llevar al poder a Javier por dos razones: como un premio a su lealtad a la familia, que se traducía en fajos de billetes cada que se los pedía, y la segunda, como posibilidad de seguir disfrutando de esos beneficios aún después del gobierno de La Nauyaca.
Finalmente pudo más la familia que Fidel y a éste no le quedó de otra que apoyar a Javier haciéndolo diputado federal para cubrir el requisito de la elegibilidad en el PRI, y luego operando una campaña ganadora contra Miguel Ángel Yunes Linares, a quien le hizo morder el polvo Fidel en ese primer intento. A Yunes Linares no le alcanzó el capital del odio y el rechazo contra el gobierno de Fidel como después con Javier Duarte.
Hoy, quien debe arrepentirse de haber impulsado a Javier Duarte es principalmente Fidel Herrera Beltrán. El gordo le salió más torpe de lo que calculó El Tío, su voracidad, sumada a la de su mujer Karime, más la de sus “íntimos” del gabinete (que al ver el saqueo se sumaron para sacar “su libre”), permitieron que se afectara los intereses más sentidos de la sociedad. Se dejaron de pagar sueldos (sagrados), se descapitalizó el IPE y se acabaron los préstamos así como la puntualidad en el pago de las pensiones, se menospreció a la Universidad Veracruzana incrementándole la deuda sin visos de pago, dejaron de pagar a proveedores de servicios y a medios de comunicación y ahí tronó el PRI.
Tantos errores acumulados, que agraviaron directamente a la sociedad veracruzana, fueron suficientes para que alguien con el perfil de Miguel Ángel Yunes Linares, con la bandera del combate a la corrupción y encarcelar a los rateros, ganara con facilidad la elección.
En otras circunstancias, que el gobernador lo hubiera impuesto Fidel, no su familia, Héctor Yunes Landa estaría cumpliendo su primer año de gobierno, preparando el camino para que otro priista ocupara la gubernatura; con bajos índices delictivos, con menos miseria, con menos desempleo, con empresas funcionando, no quebradas como las dejó Duarte y las terminó de hundir Miguel Ángel Yunes, con instituciones sólidas y funcionando, con un Congreso plural y en general en condiciones menos difíciles como las que hoy enfrentamos. Pero además, sin la amenaza de que se reelija, a través de su hijo, Miguel Ángel Yunes Linares.
Todo por culpa de Fidel.
Héctor Yunes, duro y directo
Nadie puede negar que el lenguaje que ha usado el senador Héctor Yunes Landa, cuando hace referencia al gobierno panista actual, siempre ha sido el mismo: duro, claro y directo.
Ayer, durante una rueda de prensa a la que convocó ex profeso, el político de Soledad de Doblado dijo que el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares debe 400 millones de pesos a los 26 institutos tecnológicos en el estado por concepto de aportaciones, y alertó que el incumplimiento en el pago de este recurso que es “pari passu” (la mitad la aporta la Federación y la otra, el Gobierno del estado), podría generar que el Gobierno federal deje de depositar los recursos que le corresponden.
“No es de alguna deuda anterior al gobierno de Miguel Ángel Yunes –dijo el Senador–, solo me refiero a la administración de este Gobierno estatal. No sé si lo metieron al sauna financiero para después utilizar los intereses en temas electorales, porque es lo que tiene al Gobernador entusiasmado”.
Por ello, aseguró, Yunes Linares ha caído en las mismas irregularidades que él mismo denunció en su antecesor Javier Duarte de Ochoa, principalmente con la falta de pago a los institutos tecnológicos de la entidad.
Al rescate de la cultura
Uno de los tantos aciertos que ha tenido la administración municipal del joven político xalapeño Américo Zúñiga Martínez es su preocupación por el rescate de las tradiciones culturales de la capital del Estado. Una de ellas el teatro. En tiempos del rector Roberto Bravo Garzón, la actividad teatral en Xalapa alcanzó su máximo nivel con maestros de la talla de Manuel Montoro. La Facultad de Teatro de la UV produjo varias generaciones de grandes actores que primero participaban en obras teatrales en Xalapa y luego se fueron a triunfar por otras partes.
Vinieron gobiernos y rectores que le restaron importancia a esta actividad y se fue debilitando, tanto que se perdieron espacios donde montar y presentar obras teatrales. Sin embargo, Américo Zúñiga tuvo la visión de rescatar y construir nuevos teatros que deja a disposición de los interesados en difundir cultura para su uso y aprovechamiento en beneficio de los xalapeños.
Por eso es bueno tomar en cuenta lo que dijo el director de la compañía de teatro Merequetengue, Lorenzo Portillo Armendáriz, quien señaló que la rehabilitación del Teatro J.J. Herrera es un motivo de celebración y felicitó la decisión por parte de las autoridades municipales de recuperar este espacio.
No todos los días se reabren teatros y eso hay que festejarlo, porque la aplicación de políticas públicas culturales, el contexto social y la poca atención al sector cultural, ha orillado a cerrar teatros, casas de cultura y centros comunitarios en todo el país, argumentó Lorenzo Portillo, y señaló que Xalapa es una de las ciudades con mayor actividad escénica a nivel nacional, en donde grupos consolidados, emergentes, institucionales, independientes, encuentros y festivales dan fe de una ciudad viva, referente cultural en todos los niveles y que necesita más espacios de expresión. Comentó que para él, el J.J. Herrera es el teatro de la ciudad por su añoranza, ubicación, identidad e identificación con la comunidad. Un espacio que durante muchos años albergó a jóvenes y experimentados artistas, que comparten sus pasiones por la vida y las artes.
Reflexión
El bilioso secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, criticó que alcaldes exijan que el Gobierno del Estado les entregue un presupuesto para crear sus policías municipales, a lo cual la administración yunista se negó, pues precisó que los recursos para la operación de las corporaciones deben salir de sus propias arcas. ¿Y por qué no les intercambian el servicio del registro civil, que los ayuntamientos tienen que pagar y que el gobierno estatal maneja a su antojo, por el de la policía municipal? Escríbanos a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas