Los 87 millones 627 mil 999 ciudadanos mexicanos integrados en la lista nominal del INE, para el caso de las elecciones federales, y los ciudadanos de 30 entidades federativas para el caso de las votaciones locales (las excepciones son Baja California y Nayarit) podremos acudir a las urnas el 1º de julio de 2018 para determinar a 3,284 ciudadanos que ocuparán otros tantos puestos de elección popular, de diferentes calibres.
Por ejemplo, ese domingo elegiremos un Presidente de la República, y con él 128 senadores y 500 diputados al Congreso de la Unión, es decir, 629 puestos federales.
En el caso de los estados, ese mismo súper día de julio serán elegidos ocho gobernadores, en Veracruz, Puebla, Morelos, Jalisco, Guanajuato, Tabasco, Chiapas y Yucatán, junto con el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Y ya llevamos 638.
Hay que sumar a 972 diputados que integrarán 27 nuevas legislaturas locales (permanecen los congresos estatales de Baja California, Nayarit, Coahuila, Tamaulipas y Quintana Roo).
Y alcanzamos 1,610.
Añada entonces a 1,490 alcaldes que se dirimirán en 24 entidades federativas (tendrán descanso municipal ocho estados: Baja California, Nayarit, Durango, Aguascalientes, Hidalgo, Tlaxcala, Chiapas y Veracruz).
La cifra llega a 3,100 candidatos ganadores.
A ese número hay que agregar los 160 concejales que serán elegidos en la Ciudad de México y los titulares de las 24 juntas municipales que en Campeche sustituyen a la figura del alcalde.
Y así arribamos a la cifra mágica de 3,284 mexicanos (bueno, si no hay por ahí algún cachirul de otro país que logre hacerse pasar por connacional, ya ha llegado a suceder). Sí, 3 millares, 2 centenas, 8 decenas y 4 unidades de ciudadanos que después del súper domingo de julio irán recibiendo sus constancias de mayoría e irán tomando posesión de sus puestos en los meses subsiguientes.
Eso quiere decir que, por ejemplo, cuando un ciudadano llegue a una casilla de Veracruz, encontrará dos comités electorales, uno federal y otro local.
Los funcionarios del primero le darán tres boletas, para que cruce sus simpatías hacia un Presidente de la República, dos senadores y un diputado federal, más sus respectivos suplentes.
Y de parte del comité estatal recibirá dos boletas, una para el Gobernador y otra para el diputado local correspondiente a su distrito local.
Tendrá que cruzar cinco boletas y depositarlas en otras tantas urnas.
El tiempo promedio en casilla por cada elector será de varios minutos más que en anteriores elecciones, lo que significa que seguramente habrá largas colas y tendremos que echar mano de la paciencia hasta que nos llegue el turno.
Y después, a decidir por cuál candidato sufragar entre la oferta que nos presentarán los partidos, las coaliciones y los independientes (si es que los hay).
No es cosa menor resolver a quién queremos para que sea nuestro Presidente a y a quién para Gobernador partir del 1º de diciembre de 2018 y hasta el 30 de noviembre de 2024… o nuestros dos senadores (más el de primera minoría y el plurinominal) o nuestros diputados federal y local.
3,284 es la cifra mágica de ese primer domingo de julio, pero todavía tendríamos que agregarle los innumerables síndicos y regidores que aparecerán en las boletas de elecciones municipales… y los suplentes.
Caray, ¡cuántos mexicanos decididos a sacrificarse por sus semejantes!
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