El primero en comparecer ante el pleno del Congreso local para la glosa del informe de Miguel Ángel Yunes Linares, fue el secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán, que pintó un Veracruz idílico donde todo está bien.

A falta de mejor información, dijo que la dependencia a su cargo atraviesa un proceso de reestructuración para adecuar su organigrama al actual contexto social, a fin de ser más eficientes en el servicio a los veracruzanos. Es decir, a las oficinas les están dando su manita de gato.

Agregó que la Segob ha emprendido políticas públicas inclusivas combinadas con una dinámica de cero tolerancia a la corrupción y combate frontal a la inseguridad…

A ver, a ver a ver ¿cuál combate frontal a la inseguridad?

Que se sepa, nunca se le ha visto combatiendo “frontalmente” a nadie. La única participación de Rogelio en el renglón de la inseguridad, es cuando sale haciendo bulto para la foto en las conferencias de prensa que ofrece el gobernador después de sus reuniones con el grupo Coordinación Veracruz.

Durante la comparecencia del titular de la Secretaría de Finanzas, Guillermo Moreno Chazzarini, dejó con la boca abierta a los legisladores al asegurar que la práctica de la “licuadora” quedó erradicada; que el próximo 30 de noviembre habrá un déficit de cero pesos y que se pagará a los acreedores y proveedores… cuando se pueda.

Lo de la licuadora, que no era otra cosa que revolver los dineros de una dependencia con los otra y otra y otra, para pagar unas cuantas deudas, invertir en empresas fantasma y dejar sin sus participaciones a los beneficiarios, está por verse.

Qué bueno que el déficit de 20 mil millones de pesos quedará en ceros este año. Pero eso le importa un pito a los veracruzanos que quieren saber de cuánto será el déficit al final de este gobierno.

Tapar un hoyo con tierra de otro, fue lo que hizo Javier Duarte con la famosa licuadora. Duarte también nos habló de finanzas sanas a principio de su mandato, pero después nos dejó con el alma en un hilo.

Insisto, el déficit presupuestario que promete Moreno Chazzarini para finales de este año, es un déficit engañabobos. El efectivo, el real, será cuando termine el mandato de su jefe y a ver si es cierto que lo dejará en ceros.

En ese tenor han estado las comparecencias, lector.

El titular de la Secretaría de Educación Veracruzana, Enrique Pérez Rodríguez nos atosigó con una serie de cifras que no supimos bien a bien para qué carambas son.

No habló de las telesecundarias que literalmente están para llorar por el abandono en que se encuentran, desde que Adolfo Mota fue titular de esa dependencia y (se asegura), se clavó millones y millones de pesos para esas escuelas.

Tampoco habló de cuánto se invertirá en combatir el analfabetismo, sólo dijo que “se destinarán recursos y acciones para abatir el analfabetismo y salir de los cinco lugares a nivel nacional”.

De a comparecencia del Secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, mejor ni hablar. Basta saber del reguero de ejecutados, asaltados, secuestrados y robados, para darnos una idea de que lo que dijo el señor (al igual que sus colegas del gabinete), habla de un Veracruz que está muy lejos de este crudo y violento Veracruz en el que vivimos y sobrevivimos.

Sea por Dios.

bernardogup@nullhotmail.com