Aunque se supone que son antagonistas en extremos muy opuestos, en los hechos recientes se puede observar un comportamiento muy similar entre el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) y el Partido Acción Nacional (PAN), aunque no sabemos quién imita a quién.
Son muy criticados los actos adelantados de campaña de ambos (y también del PRI, si sumamos las giras que se han incrementado por parte de los senadores priistas); tenemos, por ejemplo, al hijo del gobernador haciendo campaña con un disfraz absurdo de foros y conferencias, mientras que los diputados de Morena por Coatzacoalcos y Xalapa, Rocío Nahle y Cuitláhuac Jiménez, andan inaugurando oficinas por todos lados como aspirantes al Senado y al Gobierno de Veracruz.
En ambos casos, usan las redes sociales para anunciar su presencia en diversos puntos de la entidad, y hasta en el caso de Cuitláhuac dan a conocer hasta los percances en carretera, situación que le resultó contraproducente porque tardó en contestar qué diantres hacía en Poza Rica cuando su distrito para atender es Xalapa.
La diferencia es que mientras el PAN anda en abierto y cínicamente promocionando a un aspirante, MORENA se supone que no imitaría estos vicios del pasado que tanto critican. Tampoco sorprende porque su dirigente nacional, Andrés Manuel López Obrador, es quien precisamente pone el ejemplo haciendo una campaña por todo el país desde hace años, usando recovecos legales que le permiten promocionarse en abierto como aspirante a la Presidencia de la República, otra vez.
Pero no es sólo el timo de adelantarse a los tiempos de campaña: los de MORENA junto con los del PAN también coinciden en sus discursos.
Por ejemplo, cuando Yunes Linares fue aspirante a la gubernatura utilizó el tema de la violencia criminal para aumentar el descontento social y capitalizar electoralmente la simpatía ciudadana con promesas absurdas como la de acabar la inseguridad en seis meses; se dedicó de lleno a usar mensajes incendiarios cuando ocurrían eventos violentos y hasta llegó al grado de solicitar la intervención de un comisionado federal en la entidad. Hoy parece que se le olvidó y eso que la violencia está peor que en los tiempos de Duarte.
De la misma manera, MORENA (y hasta el senador Héctor Yunes) utiliza el tema de la inseguridad para golpear con precisión donde más ha fallado Yunes Linares en su mini-gobierno. Claro que es necesario este papel de oposición y otros sectores de la sociedad para exigir atención a rubros prioritarios como el de la seguridad, pero en el caso de la clase política, ni siquiera se ven propuestas reales o estrategias para arreglar la situación, sino que es para sacar mera raja política.
Lo que MORENA no parece ver es que ese camino de utilizar el odio y el falso activismo para criticar la inseguridad –como lo hizo Yunes– es un cuchillo de doble filo que en el futuro inmediato sólo les cosechará un descontento popular fijado en una lógica simple: si criticas, entonces tendrás propuestas de cómo hacerlo.
Y es que MORENA, hasta el día de hoy, sigue capitalizando el descontento porque en la realidad no ha sido gobierno o autoridad. Su papel ha estado limitado a la comodidad de ser legisladores dedicados a hacer grilla y demagogia, sin tener que rendir cuentas a los distritos que representan o a organismos auditores.
La diferencia será para el año entrante, porque ya finalmente las huestes de López Obrador tomarán las riendas de municipios particularmente complicados y con perfiles muy parecidos: aguerridos y críticos.
Basta ver a Poza Rica, Minatitlán y Coatzacoalcos: baluartes petroleros que a raíz de que han sido afectados en el recorte de empleos para los transitorios (trabajadores eventuales) y ajustes en cuanto a horas extras y otras prestaciones, literalmente han retirado su apoyo al PRI que externaban vía el sindicato, quien además ha perdido fuerza en estos bastiones que tradicionalmente apoyaban al tricolor.
Aquí quienes han capitalizado son los de MORENA con el discurso nacionalista de defensa al petróleo, especialmente porque la entrada de empresas privadas rompió esa tradición de que PEMEX era una empresa del estado intocable y sólo con beneficios para los mexicanos, a diferencia del PAN y PRI que han planteado la propuesta neoliberalista de vender a Petróleos Mexicanos que hoy se está concretando.
En el caso de Xalapa, para los analistas políticos siempre ha sido una cuestión muy extraña la manera en que se dan las votaciones, y basta recordar que en los casos de Cuitláhuac a la diputación federal o de Hipólito a la Presidencia Municipal, ni siquiera campaña hicieron y arrasaron. A lo anterior nos recuerdan aquella frase clásica de que en la capital hasta gana una vaca.
Pero al igual que en las zonas petroleras, uno de los fuertes soportes del PRI en la capital veracruzana eran las huestes de Antorcha Campesina, que pese a ser buenos para organizar eventos multitudinarios, en la pasada elección municipal demostraron que ni siquiera están comprometidos con el partido que los financia; lo anterior también lo debería tener en cuenta los líderes priistas que le apuestan a esos votos corporativos que usan la pobreza para enriquecerse unos cuantos.
Y es que ante la falta de estructura del partido de López Obrador, en esos municipios que MORENA gobernará el próximo año sencillamente la gente no quería saber del nefasto PRI de Peña Nieto o Javier Duarte, pero tampoco del hipócrita PAN de Yunes. Fue un simple voto de castigo afortunado para MORENA.
En teoría, ni antorchistas ni petroleros apoyarían al PRI para las próximas elecciones: están en abierto con MORENA y sólo faltaría ver hasta dónde llegaría este apoyo y si realmente estos grupos serán beneficiados por las medidas implementadas por el Movimiento Regeneración Nacional ya como gobiernos, que han prometido no dar ni dádivas ni apoyos: así como Yunes Linares.
EPÍLOGO DOLOROSO: Al panismo veracruzano le dolió la investigación del periodista Víctor Hugo Arteaga en el caso de la empresa “Tornado”. No por nada improvisaron oficinas de inmediato, las pintaron de azul (así o más zopencos), mandaron a los «representantes» a dar conferencia de prensa y a difundir vía medios aliados la versión de que ellos no son empresa fantasma y no tienen nada qué ver con Duarte. Todo apunta a que sí están más que embarrados y tienen bastante qué ocultar, porque hay señales de que en la presente administración del «gober Cascarita» no cambiaron los esquemas y siguen beneficiando a empresas que seguramente son de puros prestanombres… Ni modo que lo admitan, ¿verdad?.
EPÍLOGO DESTAZADO: Que los recientes destazados que han aparecido en varios puntos de la entidad tienen algo en común: aparecen hechos cachitos, con mensajes que «justifican» la violencia en su contra: «soy violador, soy secuestrador, soy ratero, soy abigeo», y de paso les ponen una credencial de elector para que sean identificados… ¿A poco a la delincuencia organizada le interesa tanto dejar todo el nicho sangriento bien armado para la foto? Ya nomás falta que le pongan veladoras, papel china picado, flores, mandarinas y pan de muerto. En una de esas, hasta dejan el expediente del muertito con todo y multas.
EPÍLOGO RUMOROSO: Dicen fuentes del Altiplano: «Ya está pactada la llegada del junior al Palacio; a Peña lo que le interesa es partirle la madre a MORENA y esa es la encomienda para el Gobernador»… Otros, más tarde en el mismo café, difieren: «Nel, por algo Duarte puso una denuncia, lo que dio pie a que la PGR recientemente le pidiera a la Fiscalía General del Estado el expediente para amarrar a Yunes… Su hijo no va a ser el gobernador porque van con todo desde Los Pinos a recuperar Veracruz»… Habrá mucho qué ver en los próximos meses. Esto se pone bueno, por lo menos en chismes.