La extraordinaria memoria del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien este martes recordó el secuestro de cinco jóvenes en Tierra Blanca, la complicidad de policías estatales con bandas criminales y la desaparición de ocho elementos policíacos, todo ello en el gobierno de Javier Duarte, a quien acusó de ser el causante del inenarrable incremento en los índices de criminalidad y violencia durante sus primeros 11 meses de gobierno, no le alcanzó para invocar los hechos de abuso más recientes contra ciudadanos, a cargo de elementos de la Fiscalía General del Estado, que están contribuyendo a hacer más grave la percepción ciudadana de enorme vulnerabilidad ante la violencia.

Tampoco invocó las acciones represivas contra organizaciones sociales que, cansadas de no hallar respuesta de un gobierno, el suyo, que no tiene ni la sensibilidad ni el interés por resolver lo que considera minucias que le distraen de sus planes prioritarios, se han visto obligadas a emprender acciones más radicales para llamar la atención sobre sus conflictos, y que han recibido como respuesta una dura dosis de toletazos, empujones y puñetazos, además de ser víctimas de encarcelamiento y de señalamientos de ser parte de las bandas criminales.

Apenas el 16 de octubre, justo en Boca del Río, donde este martes Yunes Linares siguió con su cortina de humo para esconder la terrible situación de violencia que vive la entidad con el inicio de la construcción de C5, dos agentes ministeriales fueron observados, gracias a una transmisión en vivo del reportero Marcos Miranda, cuando trataban de ‘levantar’ a una mujer, sin seguir los protocolos exigidos (de entrada, la participación de una mujer policía) y sin corroborar la identidad correcta de la persona señalada por la supuesta orden de aprehensión.

Seis días después, más al norte, en la madrugada del domingo pasado, un policía ministerial y su acompañante arremetieron a balazos, él con su arma de cargo, contra dos personas en Martínez de la Torre; era su forma de dirimir un conflicto de borrachera en una fiesta que se realizaba en la colonia Vega Redonda. Miguel Acevedo Escobar, El Sombras, policía ministerial en Ciudad Isla, en el sur de Veracruz, y su novia, la profesora de primaria Margarita Barragán Escandón, agredieron a dos habitantes de la ciudad; la mujer le disparó al joven, mientras que el comandante hizo lo propio con su tío, para después huir en el vehículo oficial. El joven Jorge Alberto Blazco, herido de bala, falleció este martes por la madrugada.

Este lunes 23 de octubre, un día antes de que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares se llenara la boca con cifras y proyectos para construir el C5 en Boca del Río, acompañado de su hijo, prospecto a la candidatura panista a Gobernador, dos elementos de la Policía Ministerial ingresaron armados a un jardín de niños en el municipio de Atoyac, causando temor de niños y padres de familia, justo cuando estos se manifestaban frente al plantel para pedir cuentas a la directora sobre recursos reunidos para el techado del inmueble, entre otras anomalías. La irrupción de los oficiales, quienes iban armados con un arma larga y una corta, generó –según da fe la nota periodística– asombro de los infantes y sus madres; “por un momento, hubo tensión entre los presentes, pues una madre quien se encontraba grabando la junta, fue encarada por uno de los oficiales quien de manera prepotente le exigió dejara de grabar”.

Todas estas prácticas muestran un verdadero caos en la Fiscalía General del Estado, a cuyo cargo se encuentra el abogado personal de la familia Yunes Linares, Jorge Winckler Ortiz, un funcionario que ha sido manejado por el gobernador como un empleado para realizar exclusivamente tareas de espionaje y persecución de exduartistas, y ha logrado llevar al penal de Pacho Viejo a varios de ellos, como el exsecretario de Finanzas Mauricio Audirac Murillo, el exsecretario de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita, y la exvocera Gina Domínguez, aunque muchos más gocen de libertad e, incluso, de algunos privilegios, a cambio de favores políticos o financieros.

Las propias organizaciones de búsqueda de víctimas, señaladamente el Colectivo Solecito, han expuesto reiteradamente el absoluto desinterés de la Fiscalía y del gobierno estatal por el grave problema de desaparición de personas, aunque Yunes se haya referido al tema este martes solo como una forma para reiterar su discurso que busca justificar su ineficiencia con el señuelo de lo hecho por Javier Duarte, cuyo féretro cargará de aquí a los comicios próximos. Hasta el momento no ha habido una actitud favorable a la reparación del daño sufrido por las víctimas y hasta se impuso en la comisión correspondiente a una ignorante del tema quien, por otra parte, ni siquiera cuenta con presupuesto y ya no digamos con capacidad para interlocución.

La memoria de Miguel Ángel Yunes, como se puede comprobar con un rápido vistazo, es sumamente selectiva. Invoca en su discurso a la memoria de los veracruzanos, habla de los enormes daños legados por 12 años de gobiernos priistas en Veracruz, como si mientras tanto los veracruzanos solo nos hubiéramos dedicado a chuparnos el dedo, como si solo él y sus chilpayates hubieran tenido la capacidad para discernir sobre el enorme daño de los gobiernos corruptos de Fidel Herrera y Javier Duarte, y como si no tuviéramos capacidad para observar el enorme daño que su gobierno está haciéndole a un estado golpeado, ninguneado y avergonzado.

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