Bueno, fueron 86 (¿ciudadanas y ciudadanos?, ¿ciudadanas o ciudadanos?, ¿ciudadanas y/o ciudadanos?) mexicanos los que se registraron ante el Instituto Nacional Electoral hasta el 8 de octubre de 2017, que era el plazo para manifestar la intención de ser candidata y/o candidato independiente a la Presidencia de la República.
(Caray, qué padre y económico era escribir antes, cuando lo que regía eran las reglas gramaticales y no la confusión de las feministas a ultranza entre el género y el sexo; ponías “ciudadanos” y ya se sabía que el término englobaba a hombres y mujeres; bueno, para que quepa alguna idea en este breve espacio en el que usted sí está, pido a la empática lectora y al simpático lector que me hagan el favor de completar en el pensamiento los femeninos que vaya omitiendo; de ese modo, si escribo “candidatos”, hagan de cuenta por favor que digo “candidatas y candidatos”, y así sucesivamente).
De los 86 que intentaron ser candidatos independientes, vea usted, fueron 79 hombres y siete mujeres. Y de todos, el INE desechó (“dictaminó como improcedentes”, dice la eufonía tramitológica) a ocho porque no cumplieron algunos los requisitos importantes establecidos en la convocatoria, a pesar de que se les había advertido que debían subsanar la falta de documentación.
Después de eso, un segundo filtro dejó fuera a 38 aspirantes que no cumplieron cabalmente con lo requerido por la convocatoria, y así el domingo 15 de octubre 40 ciudadanos recibieron su constancia de inscripción del INE.
Hay que destacar que de las siete mujeres que presentaron originalmente su intención de ser candidatas sólo una quedó fuera, y así pasaron porcentualmente de ser el 9% de 86 al 15% de 40.
Vale la pena dejar constancia de sus nombres: Wendolin Gutiérrez Mejía, María Concepción Ibarra Tiznado, María de Jesús Patricio Martínez, María Elena Rodríguez Campia Romo, Aischa Vallejo Utrilla y Margarita Ester Zavala Gómez Del Campo.
Y en adelante, los 40 registrados tendrán que ponerse a recabar las firmas de aceptación de su candidatura del uno por ciento de los inscritos en el padrón electoral, que vienen siendo 866,593 ciudadanos mexicanos.
Esas firmas deberán ser entregadas a más tardar el 12 de febrero de 2018, así que los intencionados con registro tendrán 119 días, lo que significa conseguir unas 7,300 diarias. Y para hacerla más de emoción, los ciudadanos firmantes deberán provenir de cuando menos 17 entidades federativas diferentes.
Como los nombres no deberían repetirse, tendrán que firmar 34 millones 663,720 ciudadanos, que es más de la tercera parte del padrón de alrededor de 82 millones de mexicanos que podrán votar (la lista nominal con la cifra exacta se sabrá hasta el 15 de enero de 2018, cuando se cierre la inscripción para el proceso electoral de ese año).
Dicen los entendidos que en realidad sólo cinco aspirantes tienen posibilidades de recabar las casi 887 mil firmas: la ex primera dama Margarita Zavala, el senador Armando Ríos Píter, el gobernador neolonés Jaime el Bronco Rodríguez Calderón,
el comunicador Pedro Ferriz de Con y la portavoz del Concejo Indígena de Gobierno, María de Jesús Patricio, apoyada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Y en una de ésas se cuela María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, indígena y curandera nahua, originaria de Tuxpan, Jalisco, porque tiene una numerosa clientela que cree en ella.
El 13 de febrero próximo sabremos quiénes pasaron, e irán a tratar de quitarle votos al Peje…
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