Algo está pasando entre el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y la Iglesia Católica. La relación no ha sido muy buena que digamos. Apenas hace unos días los fuegos fueron apagados al frenar la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación. Pero algo pasa que ahora otro líder religioso vuelve a la carga contra el mandatario estatal.
Y es que el obispo de Córdoba, Eduardo Patiño Leal arremetió en contra del trabajo que se realiza en el Gobierno del Estado, pues dijo que es necesario que se autoevalúe y si se considera hacer cambios, se tendrán que efectuar.
“A casi un año de la administración, se necesitan cambios, al existir pendientes como abatir la corrupción, la impunidad y la violencia”, dijo Patiño.
Lo anterior lo expuso el Obispo tras la Eucaristía dominical, y por eso invitó a los funcionarios estatales a hacer una autoevaluación y no sólo personal sino en lo laboral.
“A unos meses de cumplir el primer año de la administración estatal también sería bueno que los funcionarios hagan una autocrítica y quienes necesiten un cambio se haga”, fustigó don Eduardo.
Monseñor lamentó que ante la pobreza y la falta de empleo algunas personas busquen el dinero por las vías equivocadas y terminen involucrados en la delincuencia.
El prelado conminó a la sociedad a evitar todo lo que pueda asemejarse a la corrupción, como es la venta de drogas, pues dijo que esas son cosas que dañan mucho a la juventud y todas las familias.
El purpurado también lamentó la venta de armas en la ciudad de Córdoba.
“Tal pareciera que hay proliferación de armas, cualquiera tiene armas, agrede a otros”, expresó.
Aquí el detalle es que el Obispo cordobés tiene atascada la boca de razón. Y la bronca es que no sólo es Córdoba en donde no se aprecian los resultados de la presente administración. Es toooodo el estado. Y así Yunes Linares pretende imponer a su hijo como su sucesor. A ver si los ciudadanos se lo permiten. Ya se verá.
Xalapa sin deudas
Se acerca el fin de las actuales administraciones municipales y vienen también las menciones sobre las herencias que dejarán a sus sucesores. En Xalapa, el alcalde Américo Zúñiga Martínez ya se ha pronunciado y ha dejado claro que no heredará problemas a la próxima administración municipal, al contrario dejará un Ayuntamiento con finanzas sanas, sin compromisos de laudos, sin deuda pública directa. Además heredará la mayor obra de infraestructura tanto hidráulica como en pavimentaciones y por si fuera poco, Zúñiga Martínez tiene la seguridad de que su administración será, a la conclusión del 2017, el municipio más auditado de los 212. Y con este panorama, se antoja voltear al resto de los municipios de la entidad, que quedaron facultados para contratar deuda mediante decreto emitido por el Ejecutivo estatal publicado en la Gaceta Oficial del viernes 26 de mayo pasado, donde se autorizó a los ayuntamientos de Boca del Río, Altotonga, Huatusco, Nanchital, Oteapan, Playa Vicente, Tlilapan, Pueblo Viejo, Zontecomatlán, Rafael Delgado, Tuxpan y Tantoyuca, a adquirir créditos de hasta 100 millones de pesos, a pagarse en los próximos 10 años. Gobernar y administrar bien los recursos es de alta responsabilidad social, como lo ha hecho el alcalde de Xalapa, Capital a la que por cierto, todavía el Gobierno del Estado adeuda desde la administración de Javier Duarte, más de 250 millones de pesos correspondientes a participaciones federales del año 2016.
Policía veja a estudiantes
Como si se tratase de verdaderos y peligrosos delincuentes, estudiantes del Tecnológico de Veracruz fueron humillados y sus derechos humanos vejados, durante un operativo de la Policía estatal y la Fuerza Civil dentro de las instalaciones de la institución para buscar, supuestamente, sustancias prohibidas.
Los muchachos fueron colocados en fila, como si fueran reos de penitenciaría, y obligados a colocar sus mochilas en el suelo, mientras perros adiestrados buscaban drogas entre sus pertenencias.
Esta medida es completamente inconstitucional, y como ya mencionamos, violatoria de los derechos humanos de los estudiantes, a quienes se agredió, amedrentó y criminalizó, ante la complacencia de los directivos del plantel, que permitieron esta atrocidad, que por fortuna quedó registrada en video y fotografías que circulan en las redes.
Pero tampoco nos sorprende. Tiene todo el sello autoritario de la casa.