Vaya alboroto que causó la entrevista de Dante Delgado en cadena nacional. Volvió a ser el personaje de antaño que despertaba tantas simpatías como malquerencias. Aunque a muchos no les guste, está de vuelta.
Basta decir que ganarán quienes apuestan a su carácter e inteligencia, como aquí se dijo. Dante está en el pináculo de su carrera política por méritos propios; es en este momento el veracruzano más importante en la sucesión presidencial. Y a eso responde la andanada de comentarios y ofensas que se han vertido desde ayer.
Con toda una vida en la política, Dante abrillantó el colmillo y ha engañado con la verdad. Cuando Loret preguntó si estaría dispuesto a sumarse a una candidatura del hijo de Miguel Ángel Yunes Linares, con toda la rivalidad que existe entre ellos, Dante respondió: “Lo quiero poner de manera muy precisa; el proyecto de transformación del país es superior a cualquier interés personal”.
Es evidente que el interés personal al que se refería Dante no es el suyo. Lo dicho, la pregunta estaba pactada. Lo que para muchos supuso un voto vergonzante, en realidad oculta un veto de alta escuela. Muchos nos equivocamos. En cosa de semanas habrá sorpresas y muchas cosas saldrán a la luz. Ese es el secreto de Dante.
En muy pocos días, el escenario en Veracruz pudo haber cambiado sin que nos diéramos cuenta. Es posible que en el 2018 sean los mismos candidatos pero ya no serán las mismas circunstancias. Hay que recordar que el Frente es una figura política transitoria y que la coalición será la verdadera representación electoral de los partidos.
Y cosas de la historia: la alternancia podría darse nuevamente a manos del peor enemigo político del mandatario en turno. O tal vez sí pudiera ganar el candidato de la Coalición, quien no necesariamente sería a quien se menciona hasta estos días de octubre. En política, muchas veces se gana en la derrota del adversario.
Pero habrá que esperar, porque nadie muere en la víspera. El propio Gobernador Yunes respondió a Dante su supuesta cortesía con una expresión mesurada. Sabe que no se puede confiar, que la lucha sigue, y que las circunstancias del contexto nacional irán condicionando sus propias alianzas. Ayer, por ejemplo, con la renuncia de Margarita Zavala al PAN, tendrá que hacer un recuento de aliados al interior de ese partido, sino quiere llevarse una sorpresa.
Por su parte, Dante representa a una vieja generación de políticos veracruzanos que ha sido desplazada, primero, por la desmedida ambición de Fidel Herrera y su pandilla; después, por el revanchismo político del gobernador Miguel Ángel Yunes, quien sólo cuenta con colaboradores sumisos y adversarios políticos, pero nunca con aliados estratégicos. Por eso es que en las redes se ha mostrado simpatía por el resurgimiento de Dante Delgado.
Lo cierto es que Dante Delgado sigue siendo un animal político con mucho olfato. Logró fundar un partido político nacional prácticamente él solo y su equipo, y ha podido mantener su registro frente a muchos otros que no han logrado pasar la prueba de la primera elección.
Por eso, lo mejor que le pudo haber pasado era toparse con el orgullo y la terquedad de Andrés Manuel. Su alianza con Morena le hubiera valido tal vez, su última oportunidad. O tal vez la decisión de separarse de él también lo sea; por eso está apostado su resto al proyecto del Frente Democrático.
Es posible López Obrador haya pensado que puede prescindir de los puntos electorales que le representaba Movimiento Ciudadano; sin embargo, no calculó bien el riesgo de abrir a Dante de este proyecto, en el que seguramente ambos hubieran ganado muchas cosas. Eso es historia.
En elecciones pasadas, con todo el peso de la maquinaria de Fidel y Javier en contra, tuvo una participación política muy poco relevante. Fue candidato a Gobernador y perdió por mucho, aunque le puso sabor al caldo. Las razones por las que hizo una campaña discreta, sólo él las conoce; si obtuvo lo que se propuso en esa elección, sólo él lo sabe.
Pero hoy está en la pelea por la Presidencia. Por supuesto, Movimiento Ciudadano no cuenta con la estructura y la membrecía de Acción Nacional y del Partido de la Revolución Democrática. No obstante, la aportación de Dante no son sólo los votos, sino también su experiencia y los vastos conductos de comunicación con actores políticos de todos los niveles, de todas las corrientes, cosa de lo que carecen los jóvenes dirigentes de los otros dos partidos.
Como se vio ayer, Dante será protagonista en los meses por venir. Tendrá la fuerza de no ser rechazado ni cuestionado por sus propios correligionarios, como sucede con Anaya y Barrales.
Ante las circunstancias que hoy se presentan con el Frente Ciudadano, con Morena, con el PRI y sus reales posibilidades, podríamos ser testigos de la transición más efímera de la historia del país. Dos años bastaron para el desengaño… o hasta menos.
Las del estribo…
- ¿Qué ni el alcalde de Xalapa ni el de Coatepec saben qué diablos les están construyendo al pie de la carretera? Al menos eso nos quisieron hacer creer. Fingir ignorancia es un error que sólo alimentan la duda, y con ello, la desconfianza.
- El dictamen de la Comisión Instructora de la Cámara de Diputados viene en el sentido de declarar improcedente la solicitud de desafuero del diputado Tarek Abdalá por deficiencias en la solicitud presentada por la Fiscalía General del Estado (FGE). ¿Se trata de un acto de negligencia, incapacidad o de complicidad? El siguiente acto es un cínico desgarre de las vestiduras.