El Congreso local se ha convertido en el más reciente laboratorio del autoritarismo rampante del gobierno panista. Se nota la prisa por imponer políticas que fortalezcan, a como dé lugar, la estrategia electoral desde el gobierno mismo, por lo que no hay tiempo de simular acuerdos democráticos.

Si no alcanzan los diputados aliancistas para imponer mayoría, pues hay que comprarlos, y si en los comicios no se lograron los suficientes escaños para retener la Junta de Coordinación Política (Jucopo) sin compartirla con incómodas fracciones parlamentarias como las de Morena y el PRI, pues hay que emplear las viejas mañas porriles de los altos jefes.

Total que tanto Yunes como su acérrimo enemigo Fidel Herrera Beltrán son de la misma escuela y vale la máxima fideliana de que todo los que se puede comprar sale barato.

El agandalle torpe y desaseado de la Jucopo por parte de los panistas, respaldados por los diputados perredistas más sumisos y vergonzantes y los diputados adquiridos en el mercado de la infamia, trasladó al recinto legislativo lo que aplica Miguel Ángel Yunes Linares en el ámbito estatal.

Hace unas semanas, cuando el Gobernador llamó a la unidad para enfrentar los problemas del estado, el discurso sonó más a pitorreo, cuando no al más decantado sentido de la hipocresía y el cinismo.

Y es que en Veracruz, los adversarios políticos del régimen tienen pocas opciones: se les encarcela o se les abre procesos judiciales para evitar que anden por la entidad, se les somete a juicios políticos sumarísimos, se les vigila para ser expuestos con malicia a través de portales denigratorios o usando a periodistas comprados, o se les adquiere, sea con puestos, canonjías o amenazas, al más puro estilo de la delincuencia organizada.

Lo más grave es la agenda legislativa dispar, caótica y artificiosa; una agenda alejada de los imperativos marcados en el ámbito nacional y sometida a los vaivenes y caprichos de la circunstancia política, de los poderes fácticos (como la Iglesia) y, sobre todo, de las necesidades electorales del jefe de la pandilla.

Sergio Hernández, el ariete incompetente

Que un político sin preparación académica suficiente no solo lidere la fracción mayoritaria sino que haya estado al frente del Congreso local y ahora pretenda extender su dirigencia por todo el periodo de la Legislatura solo se puede explicar por el hecho de que quien en realidad gobierna es quien despacha en un inmueble de la calle de Enríquez, pegado al Parque Juárez.

Sergio Hernández Hernández, quien no ha podido terminar su licenciatura en Derecho, ha encontrado en la imposición la forma de esconder sus debilidades intelectuales. Apoyado por el dirigente estatal del PAN, Pepe Mancha, y del propio Yunes Linares, acaba de imponer a su fracción para quitarle la Jucopo a Morena, quien debía ostentarla del pasado 5 de septiembre hasta el 4 de mayo de 2018.

¿Por qué el panismo teme que Morena dirija la Jucopo? Pues porque vienen asuntos nada triviales para el futuro del gobierno panista, como el informe de lo poco o nada que ha hecho el ‘gobierno del cambio’ con los abundantes recursos que le han caído del gobierno federal y las propuestas de ley de ingresos y presupuesto de egresos.

Esa maniobra de imponerse en la Jucopo con el argumento del crecimiento de la fracción panista por la adhesión de diputados que llegaron bajo otras siglas, ya ha tenido reacciones legales. El sábado pasado, la Sala Constitucional del Poder Judicial del Estado informó que había dado entrada a la demanda de juicio de protección de los derechos humanos presentada por los diputados Juan Nicolás Callejas Roldán (PRI) y Fernando Kuri Kuri (Juntos por Veracruz) por la apropiación de la Jucopo por parte de Sergio Hernández.

Hay que recordar que en el acta de instalación de la actual Legislatura se determinó que la fracción del PAN tendría la presidencia de la Junta de Coordinación Política por 10 meses, por estar conformada por 16 diputados, periodo que feneció el pasado 4 de septiembre, fecha en que debía entregarla a Morena (que inició con 13 diputados), para que la presidiera hasta el 4 de mayo, es decir, 8 meses.

A partir de esa fecha y hasta la conclusión de la legislatura el 4 de noviembre del próximo año, el PRI la tendría por seis meses. Ambas fracciones fueron ninguneadas por el PAN, que alega tener mayoría gracias a la posterior compra de cinco diputados.

Muy difícil será que en el Poder Judicial de Veracruz, manejada también por Miguel Ángel Yunes Linares a través de su mozo de estoque Edel Álvarez Peña, vaya a echar para atrás la imposición panperredista en la Cámara.

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