Este domingo, Miguel Ángel Yunes Linares me hizo recordar a su antecesor Javier Duarte de Ochoa. En los últimos dos años de su abominable administración, el exgobernador acudía a inaugurar “anexos sanitarios” (baños, según el vulgo) en alguna escuela, construidos gracias a la cooperación de los padres de familia o al esfuerzo de un ayuntamiento, y se hacía ensalzar con obras de mayor magnitud logradas gracias a la gestión de un senador o un diputado federal, sin que él hubiera metido la mano para aportar unos centavos a esos propósitos.
Como su acérrimo crítico y sucesor en el cargo, Javier Duarte buscaba con afán cualquier cosa que pudiera darle puntos ante una opinión pública que ya había perdido toda la confianza en él, que ya lo miraba como el ladrón sinvergüenza que la acción de la justicia ha logrado identificar, como el demagogo al que se le ha caído el templete y busca recuperar al menos el raído telón que le pueda proteger de sus infamias.
Asediado por la crítica periodística y la oposición, que le recuerda cada día que no hace mucho por Veracruz, que la inseguridad ha cobrado niveles de infamia, que a todo dice que no hay dinero y que no tiene obra pública, Yunes Linares se aventó este domingo con todo su aparato publicitario para anunciar que iniciaba su “plan carretero” en que se invertirán “miles de millones de pesos”, comenzando por la reconstrucción de la carretera Banderilla-Misantla.
Prometer no empobrece
¿Cuántos miles de millones de pesos se destinarán a su “plan carretero”? Qué caso tiene especificarlo, si apenas se está negociando con el gobierno federal que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) le facilite 1 mil 500 millones “para invertirlos este mismo año [quiso decir: en los poco menos de cuatro meses que faltan] en todo el territorio veracruzano”.
¿Por qué, en lugar de realizar gestiones infructuosas ante un gobierno federal que está buscando deshacerse de compromisos financieros, no utiliza los 8 mil millones de pesos que, según el senador Héctor Yunes Landa, está ‘haciendo sudar’ su primo gobernador para obtener dinero que destinará a gastos electorales de su partido en 2018? Como dice el dicho: Ahorra, ahorrador, que ya vendrá el derrochador.
¿En qué carreteras se aplicarían esos recursos? Es posible que lo sepa hasta que tengan resultados sus gestiones para reconstruir el pequeño tramo de 8 kilómetros que separa a la capital del estado del Pueblo Mágico de Coatepec, una acción que anunció desde el 29 de abril pasado, cuando quiso aprovechar una más de sus incumplibles promesas para acarrearle votos a la alianza PAN-PRD en los comicios municipales, sin que al momento haya hecho nada.
Después de ese evento, al que acudieron autoridades municipales de la región, diputados y funcionarios de su gobierno a escuchar que se invertirían 60 millones de pesos (unos 7.5 millones por kilómetro) para beneficiar a 700 mil habitantes, no ha habido una sola palada para mejorar esa carretera por donde circulan unos 40 mil vehículos diariamente.
Ahora sabemos que posiblemente comiencen los trabajos a finales de este año, o a principios del siguiente o poquito antes de los comicios del primero de julio de 2018, para que surtan efectos benéficos a una coalición cuyo candidato ganador y hoy gobernador no habrá hecho nada por mejorar a la entidad…
Y esa es, además de la carretera Banderilla-Misantla, la más fuerte acción del “plan carretero” de su gobierno. Y mire que las cosas para esta última carretera –que permitirá a los conductores solo una hora de viaje seguro hasta Misantla y beneficiará [la cifra le gusta al gobernador] a 700 mil habitantes–, no son muy bonancibles.
Con una orografía escarpada, que hace que se destruya con cada aguacero (y ahí los aguaceros son de proporciones bíblicas), el gobierno de Yunes ha anunciado una inversión de 113.74 millones de pesos para mejorar 74 kilómetros. Eso quiere decir que va a invertir apenas 1.5 millones de pesos por kilómetro, que servirán apenas para parchar baches y colocar una delgada capa de asfalto.
¿Sabe para qué va a servir esa “majestuosa obra” con que inició Yunes este domingo su ambicioso “plan carretero”, ondeando banderines y afirmando que mejorará las condiciones de seguridad de los usuarios e impulsará el desarrollo económico y turístico? Para que los habitantes de los 15 municipios beneficiados tengan una regular carretera hasta los próximos comicios y después vean cómo se va destruyendo por los fenómenos climatológicos.
La gestión de Rocío Nahle que se atribuye Yunes
Y no habría que hablar de la rehabilitación de la carretera Coatzacoalcos-Minatitlán que, desde marzo, ha estado insistiendo el gobernador Miguel Ángel Yunes que tramita ante la SCT, porque ese logro ha sido de la diputada federal por Coatzacoalcos, Rocío Nahle García, líder de la fracción parlamentaria de Morena en la Cámara de Diputados.
El pasado 28 de agosto, la morenista dio a conocer que la SCT autorizó 90 millones de pesos para rehabilitar esa carretera gracias a sus gestiones. Ante medios de comunicación del sur de Veracruz, Nahle dijo: “Antes de que él asumiera la gubernatura yo inicié la gestión; posteriormente me informó la SCT sobre el estatus en el estado y July Sheridan (diputada local de Morena) también llevó a tribuna la solicitud en el Congreso local”.
Tres días antes, el gobernador Yunes Linares había anunciado, a través de un video en sus redes sociales, la reconstrucción de la carretera Minatitlán-Coatzacoalcos, en su tramo Las Matas-Coatzacoalcos, luego de reunirse con el Subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda (SHCP), Fernando Galindo, y con el Coordinador de Entidades Federativas, Emilkio Suárez, aunque no especificó el supuesto monto de inversión logrado para la obra.
¿Qué otras obras incorporará al Plan Carretero del [mini] Gobierno del Estado? Esperemos los próximos capítulos de esta fantástica historia.
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