Ya desde mediados del 2016 el empresario y entonces diputado local por el PRI, Ricardo Ahued Bardahuil, estaba hasta el gorro de su partido y de sus correligionarios, prestos en todo momento a levantar el dedo y aprobar las cada vez más paranoicas iniciativas que Javier Duarte enviaba al Congreso local.
“Ya estoy hasta la madre” llegó a decir a sus cercanos que lo animaban a no abandonar la diputación porque era el único que le hacía contrapeso real al gordo.
Su desencanto por el PRI llegó a su clímax durante la selección de candidatos a las presidencias municipales por lo que mejor se fue a atender sus negocios. Y hasta ahí llegaron los militantes de Morena.
Hoy, a pesar de que dijo a un portal de noticias que sigue siendo priista, está a un paso de ponerse la casaca de Morena. Y los morenos están hechos unas pascuas, tantas, que ya lo candidatean a la gubernatura de Veracruz.
Ricardo ya fue alcalde de Xalapa e hizo muy buen papel. Como legislador local fue el único que se le puso al brinco a Duarte, lo que le ocasionó la animadversión de casi toda la manada. ¿Resultado? Es de los poquísimos diputados que se salvó de la quema mientras los demás son señalados de haber hecho una legislatura vergonzosa.
Si Ricardo es candidato a la gubernatura, la lucha entre él y el muy probable abanderado del PRI, José Yunes Zorrilla, se pondría de lo más interesante. Ambos son hombres de bien, trabajadores, capaces y sobre todo honestos, lo que ya casi no se ve por estos días.
¿Y qué onda con el candidato del PAN-PRD?
Újule.
Con tantos negativos como se carga, mucho deberá pensar Miguel Ángel Yunes Linares si aún desea heredarle la candidatura a su hijo Miguel Ángel junior, porque estaría enviándolo al matadero político.
Pero volviendo a la probable candidatura de Ricardo Ahued por Morena, reitero que sería muy atinada. Sólo que habría un problema.
Lo que no se han puesto a pensar ni Andrés Manuel López Obrador ni los morenos veracruzanos es que Ricardo no es como ellos; es decir, no es moldeable.
Quizá permita que Andrés Manuel lo placee como candidato, pero de ninguna manera aceptará darle el diezmo o recolectarle millones de pesos para su “causa”. Tampoco aceptará que lo traiga de títere.
Y lo que no tolerará bajo ningún concepto y menos como candidato, es que Andrés Manuel se “ofrezca” en público a “ayudarlo a gobernar” Veracruz.
Ahued es un hombre de principios y de carácter que de ninguna manera aceptará imposiciones. Andrés Manuel por su parte, está acostumbrado a ordenar y a que le obedezcan sin chistar.
Y por ahí pueden salir chispas.
Ricardo le puede dar muchos votos a Morena en Veracruz pero, acostumbrado a su independencia y recio de carácter como es, se puede convertir en una piedra en el zapato de Andrés Manuel.