Prefacio.
Al margen de tema jurídico y de la persecución que todos conocemos, por parte de Miguel Ángel Yunes Linares, en contra de todos aquellos que participaron de forma preponderante en el gobierno anterior, es de destacar el remate de la tercera carta enviada por Javier Duarte al periodista Ciro Gómez Leyva. *** “Yunes está desesperado porque su montaje poco a poco se está cayendo y la sociedad veracruzana se está dando cuenta de su ineptitud para gobernar y del desastre que, derivado de su incompetencia, tiene sumido al estado en el terror”. *** No se queda ahí: “Está enloquecido porque está obstinado en dejar a toda costa como su heredero de la gubernatura veracruzana a su hijo, y a pesar de su fallido gobierno está dispuesto a hacer lo que sea con tal de que esto suceda, sabe que de esto depende su supervivencia política y económica”. *** Se podrán decir muchas cosas de Javier Duarte. En efecto, no hay antecedente en Veracruz de un gobierno más corrupto que el suyo (incluso por encima del de su maestro, Fidel Herrera). Hoy está en la cárcel por la presunta comisión de los delitos de “operaciones con recursos de procedencia ilícita” y “delincuencia organizada”. Nadie puede negar, sin embargo, que su diagnóstico sobre la gestión de Miguel Ángel Yunes Linares es terriblemente certero. *** Por culpa de Javier Duarte, hoy Miguel Ángel Yunes es gobernador. Gracias a él, este gobierno sólo durará 24 meses. Lo peor que pudiera suceder es que los veracruzanos le concedieran la gracia de prolongar su desastroso gobierno por seis años más.
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Nadie ha sugerido, ni de la forma más remota, que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, o alguno de sus más cercanos colaboradores, tenga algo que ver con el asesinato del periodista Cándido Ríos Vázquez, ocurrido el pasado martes en Hueyapan de Ocampo.
La conclusión generalizada es que su muerte, lo mismo que las de Víctor Acrelio y Antonio Grajales, es producto de la creciente violencia e impunidad que se registra en el sur de la entidad, fenómeno –ese sí- que corresponde a las autoridades de Veracruz resolver.
La muerte del “Pavuche”, como conocían todos a Cándido Ríos, impacta en la percepción negativa que ha ido acumulando el gobierno de Yunes Linares, porque se percibe como la consecuencia lógica de nueve meses de desprecio, de descalificaciones, de señalamientos amenazantes y de persecución contra medios de comunicación y contra periodistas.
El domingo 19 de marzo, en Yanga, fue asesinado a balazos el periodista Ricardo Monluí Cabrera. Hasta la fecha nada se sabe de los responsables del crimen.
Apenas diez días después, el 29 de marzo, en Poza Rica, el jefe de redacción del periódico La Opinión, Armando Arrieta Granados fue atacado a balazos, cuando llegaba a su domicilio. El periodista salvó la vida pero sigue convaleciente por ese ataque. No hay un solo indicio que nos acerque a la verdad de este atentado.
El jueves 13 de julio, tres reporteros de la fuente policiaca de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río fueron advertidos de que un alto mando de Seguridad Pública estatal emitió la orden de que les sean “sembradas” armas y droga para incriminarlos y someterlos a juicio.
Miguel Ángel Yunes lo negó pero confirmó que investigaban a “tres personas que escudándose en credenciales de periodistas colaboran con el crimen organizado”.
Una semana después, el 19 de julio fue asesinado a tiros, en Acayucan, el camarógrafo hondureño Edwin Rivera Paz. Curiosamente este periodista llegó a Veracruz huyendo de su país, donde –dijo- su vida corría peligro, después de la muerte de su jefe y amigo, el periodista Igor Ibarra.
El 2 de agosto, en su discurso en las instalaciones de la Policía Federal en Veracruz, donde se presentaba un nuevo mando de esa corporación, arremetió contra “aquellos a los que les resulta fácil criticar desde la comodidad de un escritorio, desde una computadora”.
El sábado 5 Agosto, en el puerto de Veracruz, un convoy de Policías Navales y Estatales detuvo a siete reporteros de diversos medios de comunicación, por “beber alcohol en la vía pública”, lo que no está considerado como delito, ni como falta administrativa, según el Bando de Policía y Buen Gobierno.
Víctor Yáñez y José Juan García de AVC Noticias; Carlos Navarrete, de Radio Fórmula; Roberto Méndez y Víctor Ochoa, de Portafolio Veracruz; Alejandro Ávila, de Imagen de Veracruz y Horacio Zamora, de Al Calor Político, fueron detenidos y trasladados al Módulo Preventivo de 72 Horas conocido como “El Penalito”.
A la semana siguiente, el 12 de agosto, fue agredida la reportera Verónica Huerta, de Xalapa, quien se trasladó hasta a la comunidad de Casitas, para dar cobertura a una protesta ciudadana. Elementos de Seguridad Pública la jalonearon y le tiraron su teléfono celular, con el que grababa los hechos. Los manifestantes salieron en defensa de la reportera. Una vez más Yunes Linares negó los hechos.
El pasado lunes, durante la puesta en marcha del nuevo ciclo escolar, el gobernador repitió la misma cantaleta que un par de días antes había pronunciado el secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié: Que los reporteros sólo se acercaban a cuestionarlo sobre temas negativos y que ninguno le preguntaba sobre los logros de su administración.
Yunes Linares fue más allá. Dijo saber a qué se debía eso: “Yo sé que hay a quienes no les gusta reconocerlo y les cuesta mucho trabajo porque no tenemos convenios y no vamos a tener, esa es la realidad”.
La postura del gobernador de Veracruz de descalificar a los medios de comunicación y a los periodistas que cuestionan su gestión, permea hacia otros sectores de la vida política de la entidad, y de pronto hay cacicazgos regionales que, imbuidos en la “fiebre del yunismo”, consideran natural atentar contra la vida de un comunicador.
Ante el silencio del gobierno estatal por la muerte de “Pavuche”, muchos recordaron aquel twitter publicado por Miguel Ángel Yunes Linares en febrero del 2014, tras la muerte del reportero Gregorio Jiménez, del diario Notisur: “A @Javier_Duarte le parece poca cosa el homicidio de otro periodista, por eso no ha declarado nada. Lo que se vive es su culpa. Da la cara”.
Hoy quien tiene que dar la cara es Yunes Linares.
¿Tiene valor, o le vale?
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Epílogo.
La mañana del miércoles, una mujer embarazada fue secuestrada el fraccionamiento Reforma del puerto de Veracruz. Trascendió que la dama fue privada de la libertad por dos sujetos al llegar a su trabajo, en la calle Grijalva entre las avenida Washington y Cristóbal Colón. *** Contrario a lo que asegura el gobierno estatal, Sergio Vázquez Jiménez, tesorero de Canacintra en Xalapa asegura que el estado ha perdido inversiones a consecuencia de la inseguridad. “Hay personas que quieren invertir en Veracruz porque el estado siempre ha sido un polo interesante, sin embargo hay temor por la seguridad”, dijo. *** Pero no, no todas son malas noticias. Este miércoles la casa calificadora Fitch Ratings emitió un comunicado para dar a conocer que aumentó la calificación a ‘BB+ (mex)’ desde ‘BB (mex)’ a la calidad crediticia del municipio de Tuxpan, a la vez que mantuvo su perspectiva como “Estable”. Al mismo tiempo subió las calificaciones específicas de cuatro financiamientos que tiene ese ayuntamiento con Interacciones. ¿La razón? Por el incremento en sus ingresos y la reducción del gasto operacional. Destaca además la depuración de pasivos no bancarios. El Municipio pretende refinanciar los créditos de Interacciones con otra institución que ofrezca mejores condiciones.