Los priistas son gente de señales, de mandar mensajes no verbales. Lo traen en su ADN político. Así han sido desde que Plutarco Elías Calles fundó su partido en 1929 aunque con otro nombre.

Ésa es una razón poderosa por la que el presidente Enrique Peña Nieto acostumbra dar indicios de por dónde van sus simpatías y sus disgustos, sus filias y sus fobias.

Recordemos el saludo que en el evento agrario del 6 de enero de 2013 no le dio a Carolina Gudiño, entonces alcaldesa de Veracruz, o el lugar ínfimo en que el Estado Mayor refundió al entonces gobernador Javier Duarte, en el acto de graduación de cadetes de la Heroica Escuela Naval el 11 de agosto de 2016.

Por el contrario, hubo mensaje presidencial claro en la ceremonia de graduación de los cadetes de la Naval del pasado 28 de julio, cuando Enrique Peña Nieto saludó efusivamente a la delegada estatal de la Sedesol, Anilú Íngram Vallines, que también fue objeto de un trato especial en la XXII Asamblea Nacional del PRI, pues además de recibir un nuevo saludo caluroso del primer priista de México, fue la única veracruzana que apareció en los videos oficiales que subieron del evento a las redes.

He ahí una razón por la que se va tan contenta y satisfecha a la delegada.

Pero además, Anilú tiene en estos días otro motivo para estar alegre, pues la Secretaría de Desarrollo Social que ella representa en el estado cumple 25 años, y los están celebrando con mucho entusiasmo.

Pues sí, fue en 1992 cuando el presidente Carlos Salinas de Gortari creó la Secretaría de Desarrollo Social. La delegada me dice que lo que “inició como el programa Solidaridad, 25 años después se ha convertido en una de las políticas públicas más importantes a nivel internacional, en el combate a la pobreza”.

Y me da cuenta de logros. Por ejemplo: “El año pasado se certificó la educación de 1.8 millones de jóvenes y adultos que se encontraban en rezago; se afilió o reafilió a 11.7 millones de personas al Seguro Popular de Salud y se universalizó este beneficio para todas las familias Prospera, como uno de los principales logros alcanzados en este sexenio de Enrique Peña Nieto.

“La Cruzada Nacional Contra el Hambre ha identificado y atendido a 5.4 millones de personas en pobreza extrema alimentaria; aquí en Veracruz hemos entregado buenas cuentas.

“El informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social en nuestro estado destaca la reducción consistente del rezago educativo, la carencia por acceso a los servicios de salud y las carencias asociadas a la calidad, espacios y servicios básicos en la vivienda. Esto, ha sido posible por la dedicación y empeño que todo el equipo de la Sedesol pone en su trabajo.”

Hay que decir que la delegada pone el ejemplo todos los días, a todos sus colaboradores, pues se la pasa recorriendo de norte a sur el estado para acercar los programas sociales a la gente necesitada.

Así que Anilú Íngram estará contenta y satisfecha el próximo 17 de agosto, cuando en Veracruz se recordará el primer cuarto de siglo de la dependencia. Habrá manteles largos y regocijo en el evento, muy merecidos para esta ocasión…tan contenta y satisfecha como lo estará cuando la destapen para la senaduría.

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