No será sino hasta que esté por terminar el próximo gobierno estatal (lo que quiere decir que no le tocará a ningún Yunes, en caso de que haya sucesión en familia) cuando se le deba otorgar a la Universidad Veracruzana, merced a la reforma al artículo 10 de la Constitución local que este jueves se aprobó en segunda vuelta, el 4 por ciento del presupuesto anual del gobierno para lograr su autonomía financiera.

No le tocará tampoco, por supuesto, a quien en septiembre sea ungido nuevo rector, a no ser que se elija a alguien distinto a la actual rectora y logre en 2022 reelegirse por otros cuatro años.

Los universitarios presentes en la Cámara de Diputados este jueves estallaron en júbilo ante una decisión unánime de los 46 diputados locales presentes, de las fracciones del PAN, PRD, Morena, Juntos por Veracruz y PRI, quienes con ello dieron validez definitiva a la reforma.

Sin embargo, pasarán varios años para que la anhelada certidumbre presupuestal de la UV se haga realidad y, mientras tanto, habrá que ver que tanto los aportes estatales como los federales se entreguen a tiempo, sin que haya el mínimo escamoteo.

La propia rectora Sara Ladrón de Guevara se dijo preocupada de que el Gobierno del Estado no cuente con la capacidad económica para cumplir con la autonomía financiera que se le aprobó este jueves, por lo que es necesario que el gobierno federal intervenga para lograr el rescate financiero general.

Aunque fue una buena noticia la aprobación en segunda ronda de la reforma constitucional, lo cierto es que la incertidumbre financiera persistirá por meses, tal vez años, habida cuenta de que el enorme hoyo financiero provocado en los gobiernos de Fidel Herrera y Javier Duarte no se ha cubierto. Es más, Sara Ladrón de Guevara explicó que a la fecha no tiene claro cuál será el presupuesto que habrán de ejercer en el presente año.

Lo aprobado por la Cámara en diciembre le garantiza ingresos por 2 mil 100 millones, pero el techo mínimo que requieren para operar es de 2 mil 500 y lo más que ha ofrecido el gobernador Miguel Ángel Yunes ha sido 2 mil 300 millones. De entrada, el déficit en las finanzas universitarias este año oscilará entre los 200 y los 400 millones de pesos, siempre que se cumpla al menos con esos montos.

La UV seguirá en temporada de vacas flacas

Aunque la UV, en un comunicado oficial, califica lo aprobado como un esquema inédito “que hace de nuestro estado un referente a nivel nacional en la implementación de medidas que den certeza a la educación pública”, lo cierto es que durará mucho para que la casa de estudios logre tener recursos suficientes para sustentar sus programas de docencia, investigación, difusión cultural y vinculación con los sectores sociales, y además logre crecer.

Este año tendría que recibir, ciertamente, más de los 2 mil 500 millones de pesos de los que habla la rectora Sara Ladrón de Guevara, pues el porcentaje aprobado para 2017 es de 2.58 % del presupuesto general del estado (calculado en torno a los 100 mil millones de pesos). El próximo año tendrá que recibir el 3 por ciento para crecer, de manera gradual, hasta alcanzar el 4 por ciento en 2023.

El logro, por supuesto, es hacia el futuro. Ninguna universidad pública del país cuenta con un esquema que le permita, en el mediano plazo, alcanzar certidumbre en la asignación de los recursos, en este caso estatales, que componen su subsidio. Sin embargo, en el marco de la descarada exacción que hizo el criminal Javier Duarte de Ochoa, no solo del subsidio estatal sino incluso del gobierno federal, lo que ha permitido que la entrega prácticamente sea directa de la Federación a la universidad sin necesidad de pasar por la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), este año (que ya ha rebasado su primera mitad) será particularmente difícil.

Con este acuerdo deberán hacerse ajustes al presupuesto aprobado por esta misma Legislatura. El 30 de diciembre pasado, en el decreto de egresos se disminuyeron para este año poco más de 175 millones de pesos al presupuesto universitario, dejándolo en casi 2 mil 118 millones de pesos.

Ya veremos qué ocurre en los siguientes meses, sobre todo, una vez que se dirima la elección interna del rector que tenga las riendas de la casa de estudios de 2017 a 2021.

Dalia Pérez Castañeda suena para el 2018

Las elecciones del próximo año en Veracruz serán realmente masivas. Los partidos políticos ya están prácticamente en búsqueda de candidatos que los representen en tantos comicios. En 2018, además de Presidente de la República y Gobernador del Estado, vamos a elegir a tres senadores, 20 diputados federales y 50 diputados locales.

Seguramente, muchos de los diputados locales que concluirán su periodo en 2018 pedirán licencia para entrar a la batalla por ir al Congreso de la Unión, sea como senadores o como diputados federales. En fin, que habrá mucho movimiento y seguramente entrarán en juego más de mil aspirantes, lo que permitirá abrir el abanico a muchos políticos en todos los partidos.

Lo anterior lo señalo porque las piezas del PRI ya comienzan a acomodarse para buscar posiciones en la escena política de la entidad y en particular de la capital del estado, en el marco de la alianza con su viejo compañero de batallas, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Hoy se comenta con insistencia en los círculos priistas que quien ya amarró la posible candidatura para Xalapa Rural es la exdiputada y exfuncionaria estatal Dalia Edith Perez Castañeda. Hay que recordar que ya fue diputada por la zona rural y que en la actualidad tiene muchas palancas en el altiplano que le podrían servir para apuntalarse.

Por el momento, la también exconductora de la televisión oficial está trabajando de forma directa con el Secretario de Economía, Idelfonso Guajardo Villarreal, el mismo que tiró a Marilda Rodríguez para imponer a Marcos Castillo como candidato a la alcaldía de Alto Lucero, quien presentó a Dalia con el poderoso funcionario federal peñista.

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