En las últimas semanas, de manera discreta pero consistente, se ha filtrado la especie de que ante una eventual falta de acuerdo político entre los dos senadores veracruzanos, el candidato al gobierno de Veracruz podría ser Miguel Alemán Magnani, el hijo del ex mandatario Miguel Alemán Velasco.
A quienes lo han escuchado, la idea no les parece mal. Es un hombre joven, un empresario con las más altas relaciones financieras, amigo del Presidente –al igual que su padre-, sin ningún vínculo o compromiso político con grupo local, y sobre todo, con una trayectoria alejada de cualquier escándalo que pudiera empañar su posible candidatura.
Como sucedió hace 18 años con su padre, su posicionamiento no sería difícil de conseguir. Al final de cuentas, su nombre ya está en muchas calles, avenidas y escuelas de prácticamente todos los municipios del estado. No hay veracruzano que no haya oído hablar de Miguel Alemán, ya sea el presidente, el gobernador o el joven empresario.
En torno a él no sólo se agruparía una nueva generación de políticos y funcionarios públicos, sino que representaría una especie de reivindicación ante el error cometido por su padre al dejar pasar a Fidel Herrera como candidato. A un lado quedarían los niños del duartismo fiel que tanto daño han hecho al estado y a sus instituciones.
Hasta ahí todo suena bien, salvo que al parecer no se trata más de que una nueva y perversa fideliña, filtrada desde la oscuridad del exilio público –si el padre político de Javier Duarte se encuentra en México o en Canadá, realmente es lo de menos-. Desde que se fue, Fidel no ha dejado de pensar en un solo momento en Veracruz, como si estos doce años no le hubieran sido suficientes.
Y para eso ha utilizado a voceros, amanuenses y aliados estratégicos, entre ellos la delegada del CEN del PRI, Lorena Martínez, su amiga personal y operadora, lo mismo al interior del tricolor que del partido verde. En alguna de las versiones sobre la candidatura de Alemán Magnani, se dijo que la delegada habría presentado la propuesta a la dirigencia nacional, sin que ella se pronunciara al respecto, dejando pasar estratégicamente el rumor.
¿Qué pretende Fidel? Proteger a su verdadero candidato: su hijo. Para nadie es un secreto que el aspirante más fuerte al gobierno del estado por parte del PAN lo será Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río y primogénito del Gobernador de Veracruz. Todos los escenarios, aún aquéllos en que se habla de negociaciones con el gobierno federal, apuntan a él.
La sola mención de Miguel Alemán Magnani, hijo de otro ex gobernador, sería la cortada perfecta para que Fidel impulse a uno de sus vástagos, bajo una hipótesis simple y llana: ¿Si Miguel Ángel Yunes y Miguel Alemán intentan impulsar a sus hijos, que me impide a mí hacerlo? Con el mismo nombre y los mismos intereses en su rededor, tampoco sería muy difícil posicionarlo en cosa de semanas.
Si alguien sabe administrar el caos es Fidel Herrera. Lo disfruta, ese es su hábitat. Por eso, desde donde esté, sigue filtrando rumores y operando en función de rescatar el maximato fidelista de 4 sexenios que se había propuesto y que se truncó con la desastrosa administración de Javier Duarte.
En efecto, Fidel no requiere una excusa para impulsar a uno de sus hijos, pero sí requiere de un contexto que lo justifique. Esa es la razón de que el nombre de Miguel Alemán Magnani esté sonando con relativa frecuencia en el imaginario popular como aspirante al gobierno veracruzano. Fidel necesita un distractor y lo intenta encontrar en el hijo de Alemán Velasco. Dirá que son historias de familia.
Sólo que don Miguel conoce muy bien a Fidel. Y aprendió a conocerlo a fuerza de traiciones y desencuentros. Sabe de lo que es capaz y de las cosas que suele hacer cuando se propone algo.
Por eso es que en la familia Alemán hay mesura y tranquilidad, la misma que resulta de un vínculo estrecho con el Presidente de la República. Porque hasta ahora, quien debe de hacerlo, nada ha dicho sobre el tema. No hay invitación de ningún tipo, y por tanto, las aguas están tranquilas. El tiempo se dedica a los negocios.
En cambio acá, Fidel sabe que puede engañar una vez más. Para eso tiene los medios y el dinero. Entiende también que Veracruz no es una prioridad y que el vacío que se ha dejado desde el gobierno federal lo ha podido aprovechar desde las posiciones de sus muchachos en el Congreso federal, y el control electoral a través del PRI y el Partido Verde. Fidel ni remotamente está jubilado.
Pero hasta ahora, la candidatura de Miguel Alemán Magnani no es más que una fideliña más. Aunque claro, son muchas son las decisiones que tendrán que tomar el Presidente y el candidato al momento de hacer una evaluación de la rentabilidad electoral de los aspirantes a Gobernador. Las sorpresas podrían estar en todos los partidos políticos.
Las del estribo…
- Desde las páginas de un diario nacional, le quisieron arrimar el caballo al senador Héctor Yunes de que no se había cumplido con el nombramiento del Fiscal Anticorrupción. Lo que el diario no aclaró es que la terna está hace meses en la Junta de Coordinación Política y que nunca fue llevada al pleno para su votación.
- La nueva generación de jóvenes azules resultó tan ignorante y rapaz como la que dicen combatir. Nombramientos y presupuestos se han vuelto una arrebatinga vulgar e irresponsable. Ahora resulta que de 38 aspirantes que se inscribieron para ser consejeras del Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM), muchas son de grupos conservadores panistas –amigas consentidas del poder-, y hasta una aviadora de la Conagua.