Cuando la maestra Sara Ladrón de Guevara fue electa rectora de la Máxima Casa de estudios, la comunidad universitaria y la mayoría de la sociedad veracruzana, se alegraron porque por fin se terminaba la era de corrupción que habían dejado Víctor Arredondo Álvarez y Raúl Arias Lovillo. Pese a críticas, Sara lo ha logrado, aunque existan algunos errores administrativos, pero no de corrupción.
Como se recordará, el 16 de agosto 2013 fueron designados como candidatos a la rectoría los académicos Porfirio Carrillo Castilla, Manlio Fabio Casarín León, Sara Deifilia Ladrón de Guevara González, Francisco Marcelo Monfort Guillén y Leticia Rodríguez Audirac, a quienes se convocó a presentar sus programas de trabajo y a responder a las preguntas formuladas por los miembros de la Junta de Gobierno, en sesión que se realizó el día 26. Tal y como se establece en el artículo 27 del reglamento, la Junta no tomó en cuenta presiones de ninguna especie que pretendían determinar sus decisiones. Asimismo, ponderó las opiniones de la comunidad universitaria desde el punto de vista cualitativo, tanto en función de las personas que las expresaron como de los argumentos que adujeron, y resolvió, por unanimidad, designar a Sara Ladrón de Guevara, como rectora.
La cara de frente de la rectora
Sara Deifilia Ladrón de Guevara González nació en Xalapa, en 1964. En 1988 obtuvo Cum Laude en la licenciatura en Antropología, especialidad en Arqueología, por la Universidad Veracruzana. En 1991, la Maestría en Arqueología e Historia del Arte por la Universidad de París, La Sorbona. En 1996, el Doctorado en Antropología por la Universidad Nacional Autónoma de México con mención honorífica.
Ha sido investigadora y catedrática en la Universidad Veracruzana y en la Universidad de Guadalajara. Fue directora de la Galería del Estado del Instituto Veracruzano de Cultura (1995), Secretaria Académica de la Universidad Veracruzana (1997-2001) y Directora del Museo de Antropología de Xalapa (MAX) de la UV (1995-1997, 2005 a la fecha). Ha participado en 14 proyectos arqueológicos, principalmente en el estado de Veracruz, pero también en occidente y norte de México, así como en Francia. Su línea de investigación se centra en el estudio de la iconografía y la cosmovisión prehispánica, particularmente en las culturas del Golfo de México.
Tiene seis libros como autora y 14 como coautora y coordinadora; 62 capítulos de libro; 43 artículos; cuatro reseñas; dos traducciones, así como dos libros para niños.
Ha publicado en Estados Unidos, Italia, Francia, Suiza, Finlandia, Japón, China, India, Argentina, entre otros países.
Ha disertado más de 60 conferencias o ponencias, destacando su participación en el Museo del Louvre, en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en la Sociedad de Americanistas de París, en el Museo De Young en San Francisco, en la Universidad de Texas, en Austin, en la Fundación Proa, en Buenos Aires, Argentina, entre otras.
Ha participado con la Coordinación de Museos y Exposiciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la organización, curaduría y comisariados de numerosas exposiciones de patrimonio arqueológico, tanto en el país como en el extranjero. Destacan varias exposiciones sobre olmecas en la Galería Nacional de Arte en Washington, en Los Angeles County Museum of Art, en el De Young en San Francisco, en museos en Tokio, Nagoya y otras ciudades en Japón, en el Palacio Imperial en Beijing. Otras, sobre arte prehispánico en Finlandia, Suiza, Argentina y sobre Teotihuacan en París, Zurich, Berlín, Madrid y Barcelona, por citar algunas. En su administración al frente del MAX se montaron más de 100 exposiciones temporales en ocho años, además encabezó la puesta en línea del catálogo digitalizado de las colecciones del MAX, primer museo de antropología en hacerlo en el país.
En 2007 el INAH le otorgó el Premio de Divulgación al mejor trabajo publicado por su libro Hombres y dioses de El Tajín. Fue distinguida como “Mujer Veracruzana 2008” por el Congreso y el Gobierno del Estado de Veracruz.
Habla, lee, traduce y escribe en inglés y francés con fluidez. Lee y traduce italiano y portugués.
La lucha por la Universidad Veracruzana
La escritora Lupita H. Mar, escribió: “En la plenitud del pinche poder”, del gobierno más corrupto y represivo que ha tenido Veracruz, más que el propio Fidel Herrera Beltrán, que ya es mucho decir, los universitarios liderados por Sara Ladrón de Guevara reclamaron desde el año 2015 al gobierno de Duarte de Ochoa, más de dos mil millones de pesos de recursos federales y estatales de años pasados, incluidos los recursos presupuestales del año 2016.
En su lucha estratégica, con supuestos fines políticos dirían algunos, Sara Ladrón de Guevara logró que la Universidad Veracruzana fuera la primera del país en recibir directamente de la federación los recursos públicos asignados, sin que estos pasaran por la Secretaría de Finanzas y nada de Planeación, del gobierno del estado, donde eran metidos a la licuadora y a la lavadora de dinero del gobierno Duartista, lucha que siguieron posteriormente otras universidades del país como la del estado de Morelos y luego la de Tabasco, sin haberlo logrado hasta el momento.
Pese a las burlas del entonces gobernador del estado Javier Duarte de Ochoa, quien personalmente le llamó a la rectora para preguntarle si ya tenía listas sus chanclas para realizar la mega marcha de universitarios en marzo de 2016, Sara Ladrón de Guevara lideró a más de 51 mil participantes que reclamaron a una sola voz, los recursos que le estaban robando a la Universidad Veracruzana. Con ella renació el orgullo de ser UV”.
Palabra de mujer
Agosto del 2015, en la primera manifestación en contra de Duarte por el adeudo de más de 2 mil millones de pesos a la UV.
“Creo que hay una plena conciencia de toda la comunidad universitaria de luchar por sus derechos. Si yo comencé el 7 de septiembre pasado, durante mi segundo Informe de Labores, diciendo que había una deuda, de pronto era yo sola denunciando el tema, y ahora somos miles de voces. Hay una cohesión de toda la universidad con la conciencia, la UV es el espacio del pensamiento, de pensamiento crítico y de la libertad de expresión, que son derechos humanos. Entonces, esta es una lucha no por los dineros, sino una lucha por los derechos humanos. Así lo ubico, totalmente, por eso en mi discurso de la mega marcha no hablo de dinero, se habla de los sueños. Y los dineros pendientes son para la educación, y esa educación es el proyecto de este país, del Estado. En este momento hay una conciencia de los universitarios, y somos muchos, y eso es lo que hace a los universitarios ir a las calles, salir en orden, salir creativos, propositivos, porque estamos defendiendo un derecho humano”.
Siete aspirantes, incluyendo a la actual rectora, aspiran ser rectores. Seis de ellos, piensan que serlo es como pedir “enchílame otra”.
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