Faltan 508 días y el cambio prometido no llega. El gobierno de la alternancia,  pronto empezará a gestionar  su último presupuesto; y después a preparar la entrega de la administración.

Preocupa y hay que advertirlo, que ante escenarios financieros y económicos,  notoriamente diferentes y más complicados, no se tomen a tiempo, las medidas pertinentes; e incluso, se continúe  sin aprobación de presupuesto de egresos,  y su ejercicio sea al margen de la ley.

Lamentable que el tema de finanzas públicas, siga atrapado en perversidad gubernamental, mediocridad burocrática y pasividad e ignorancia social.

De entrada, para el país, además de otras importantes variables económicas,  ante la permanencia de las presiones a la moneda y la inflación, que puede llegar a 6.5 %, en círculos de expertos  se considera que la junta de gobierno de Banxico mantendrá la tasa de  interés TIIE, en 7% durante lo que resta de 2017 y en 2018.

Para Veracruz se complica  a corto plazo,  altos intereses y calificaciones a la baja.  Lo que afecta la viabilidad de medidas anunciadas, como la de la cada vez más cara e improcedente reestructuración total de la deuda pública,  y el urgente ajuste presupuestal, que tampoco llega.

Es más,  recientemente calificadoras sostienen que Veracruz debe estar en semáforo rojo. O sea, se alerta de un desastre financiero mayor.

”Fitch opinó que los rangos  con los límites establecidos por  la SHCP para medir el nivel de endeudamiento de los estados, son muy holgados y se corre el riesgo de que incrementen su endeudamiento; hasta proporciones  que limiten su capacidad,  para mantener o fortalecer sus niveles de inversión con recursos de libre disposición…En un reporte que emitió al respecto, advirtió que el Sistema de Alertas puede ser poco efectivo” (AZ-Universal.050717)

Estas y otras dificultades, se han visto  acentuadas porque, para empezar,  persisten opacidad creciente, falta de transparencia y desatención al acceso de información; no hay diagnósticos actualizados, ni estrategias consistentes, integradas y coordinadas; fiscalización y evaluación afectadas por la simulación; y poca o nula participación ciudadana y social.

Hay que apuntar también, que es indudable que los contextos son más complicados y hasta adversos; y además, que se deben incluir sus propias condiciones, contradicciones e incapacidades.

“En el análisis de la situación económica, la Junta de Gobierno del Banco de México concluyó que prevalecen los riesgos a la baja para el crecimiento económico mundial y nacional…Lo anterior, derivado de la incertidumbre sobre el rumbo que tomará la política económica de Estados Unidos, las tensiones geopolíticas en diversas regiones y el establecimiento de barreras al comercio…Advirtió una desaceleración de la actividad económica nacional, así como la posibilidad de que el dólar se aprecie respecto al peso y de que el traspaso del tipo de cambio a precios genere presiones inflacionarias de segundo orden.” (http://www.dineroenimagen.com/2017-07-07/88545)

 Entre perversidad, mediocridad y pasividad.

Ante esta perspectiva,  es oportuno insistir y advertir, el agravamiento real  de la situación de  millones y millones de veracruzanos,  que padecen y padecerán las consecuencias de políticas y acciones  insuficientes o ineficientes; así como, soportan y soportarán  a  gobernantes y funcionarios complacientes o cómplices,  simuladores e incapaces, afectados cada vez más, por corrupción e impunidad.

Se busca el poder público para atender y enfrentar problemas sociales; se otorga para poder, no para no poder. Y ni modo, no hay de otra: que los hechos hablen y se demuestre el buen gobierno en los hechos.

Pobre Veracruz de resultados conocidos y padecidos.

Y hay que repetir e insistir. ¿Cuál es el monto total-total de la deuda pública del gobierno del Estado de Veracruz? ¿En dónde están los miles de millones de pesos desaparecidos? ¿Por qué se impone un presupuesto discrecional e ilegalmente pospuesto, sin transparencia y seguimiento y control, institucional y social?

A los desastres heredados, destacan ya,  comportamientos y contribuciones propias a hechos, que  empeoran y hacen más complejos los problemas y más difíciles sus soluciones.
En fin,  tanto en finanzas como en todo asunto oficial, urge aprender que no es recomendable seguir sosteniendo tradicionales y contraproducentes políticas y acciones; así como a funcionarios y “expertos”, partícipes y cómplices de la perjudicial y regresiva forma de mal administrar y saquear la hacienda pública; así como ir contra la ley, usar y abusar de sus atribuciones para favorecer corrupción e impunidad; que en muchas formas, crece y se fortalece, al debilitarse las instituciones públicas  e impedirse la participación social real y efectiva; y en general; al seguirse en más de lo mismo, como gastar más y endeudar más.

No puede dejarse de mencionar,  la persistencia del grave problema que crece y se fortalece en todo el país.

“El informe anual sobre el Clima de Negocios en el Mundo 2017, elaborado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, ubicó a México –por tercer año consecutivo—como un país corrupto en el ámbito público y privado…La autoridad estadunidense recordó que el año pasado México ocupó el lugar 123 de 176 en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, el último escalafón de las 35 economías que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Un año antes el país se ubicó en el puesto 95 de 168 naciones”. (APRO.050717)

Pd.-Frente a las adversidades  y lo mucho por hacer, además de la permanente crítica objetiva,  es justo y oportuno reconocer  al esfuerzo federal y estatal  por la seguridad pública,  entre otros contados logros, la recuperación de vehículos robados,  cuya lista  ha hecho pública el Gobierno Estatal.

Hechos, simplemente hechos.

*AcademicoIIESESUV@nullRafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH