Prefacio.
Con seguridad muchos lo recuerdan. Fue el primero de julio de 2015. En un encuentro con medios de comunicación en Poza Rica, Javier Duarte, en ese entonces gobernador de Veracruz, advirtió: “Pórtense bien, todos sabemos quiénes andan en malos pasos, todos sabemos quiénes tienen vínculos y quienes están metidos con el hampa”. Fue duramente criticado y señalado por “amenazar” al gremio. *** Hoy es Miguel Ángel Yunes Linares el que señala: “Hay delincuentes que, escudándose en credenciales de periodistas colaboran con la delincuencia organizada. Estamos trabajando en la zona conurbada (Veracruz-Boca del Río, es de suponer) en relación con tres personas que, en su condición de periodistas, se dedican a dar información a la delincuencia organizada”. *** Quizá tenga razón, quizá también Javier Duarte estaba acertado, pero con insinuaciones, sin nombres ni denuncias específicas, todo suena a amenaza. *** No olvidemos que justo en la zona Veracruz-Boca del Río hay periodistas que han denunciado que son blanco de ataques y amenazas por parte del gobierno estatal. No vaya a ser que pretendan inventarles cargos para callarlos.
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Luego de los contundentes golpes que diera en días recientes la policía federal a la delincuencia organizada que opera en Veracruz, queda la sensación de que nuestras autoridades, en los tres niveles de gobierno, no trabajan con la intensidad y el compromiso que debieran. Que basta con que asuman como “personal” un tema, para que demuestren de lo que son capaces en el combate al crimen.
La motivación en esta ocasión fue la ejecución de dos mandos de la policía federal en Cardel. Eso fue suficiente para que se pusiera a trabajar en serio la máquina de la justicia y en menos de una semana dieran con los responsables del crimen.
Pero en nada ayudaba que fueran tan eficientes para localizar a los homicidas de sus compañeros, si no conseguían resultados similares con el otro caso que sacudió a Veracruz y que, por coincidencia, se dio el mismo día del ataque a los jefes policiacos: La ejecución de una familia en Coatzacoalcos, entre ellos 4 niños de seis años o menos.
Ya el gobernador de Veracruz, en su persistente afán protagónico, había cometido la pifia de ofrecer recompensa por los asesinos de los policías federales y no hacer lo propio con quienes dieran informes sobre los criminales que en Coatzacoalcos masacraron a esa familia, error que tuvo que admitir y corregir.
Las fuerzas federales no podían cometer la misma pifia. Tenían que operar en ambos frentes y ofrecer resultados.
Finalmente, en una colonia de Puebla los policías federales dieron con una casa de seguridad en la que se refugiaban diez sujetos fuertemente armados. Todos fueron arrestados y entre ellos se identificó a los cuatro que ejecutaron a los elementos de la Policía Federal.
Horas más tardes trascendió que en Coatzacoalcos había sido capturado el “jefe de plaza” de un grupo criminal, identificado como Hernán Martínez Zavaleta, alias “Comandante H” y a quien se atribuye haber ordenado el ataque de la familia.
La reacción de las fuerzas federales fue de tal intensidad, que incluso dieron con uno de los objetivos más buscados en Veracruz, Ricardo Pacheco Tello, alias “El Quino”, presunto jefe de plaza del Cártel de Jalisco Nueva Generación en esta entidad.
Este delincuente fue abatido en la comunidad de Chipilo, del municipio de San Gregorio Atzompa, en Puebla, tras un operativo de las fuerzas federales.
Es de llamar la atención que en el caso del ataque a los jefes policiacos Camilo Castagné Velasco y José Rigoberto Peña Cárdenas, la responsabilidad se le atribuye al cártel Jalisco Nueva Generación, en tanto que en la masacre de Coatzacoalcos las autoridades le asignan la autoría a Los Zetas.
Al menos en la última década han sido estas dos organizaciones criminales las que se han disputado, palmo a palmo, el control de las principales plazas en Veracruz, lo que ha provocado que en los meses recientes se haya disparado el número de ejecuciones vinculadas a la guerra entre grupos delictivos.
Sin embargo, es absurdo pretender convencer a la población que es esa guerra entre bandas la única causante de la ola de violencia e inseguridad que vive Veracruz. La policía estatal ha demostrado su ineficiencia en el combate de los delitos del fuero común, que se han disparado ante la percepción –muy bien fundada- de que esta entidad es “tierra de nadie” y que aquí se puede delinquir sin que haya castigo.
La población en Veracruz esperaba que, una vez asumido el cargo, Miguel Ángel Yunes Linares habría de poner solución al tema de la inseguridad. Ya quedó claro que no sólo no pudo cumplir su compromiso de resolverlo en sus primeros seis meses de gestión, sino que tampoco le interesa hacerlo, pues hasta la fecha no ha hecho ningún ajuste en su equipo de trabajo, que ha demostrado con creces su ineficacia.
Yunes Linares está convencido de que teniendo en la mente de los veracruzanos la captura y el proceso en contra de Javier Duarte y sus colaboradores, todo lo demás (inseguridad y crisis financiera) pasará a segundo término. Le apuesta a que la sed de venganza de los habitantes de Veracruz sea más fuerte que su reclamo de seguridad y estabilidad económica.
Esta semana el gobernador de Veracruz tendrá el beneficio de un nuevo circo mediático, con la segunda audiencia de Javier Duarte ante las autoridades de Guatemala. Espera que el tema le dé para bajar la presión sobre su gobierno durante varios días.
Sin embargo, de ser necesario, tiene ya preparados varios expedientes de exfuncionarios del gobierno duartista, para que su subalterno, el Fiscal de Veracruz Jorge Winckler, los convierta en nuevas aprehensiones que tiendan nuevas cortinas de humo y así ocultar la ineficiencia de su gobierno.
Y mientras Yunes Linares arma su juego y construye las circunstancias que le permitan a su hijo Miguel Ángel llegar a la gubernatura el próximo año, los veracruzanos se ven en la necesidad de asumir sus propias medidas para protegerse de la delincuencia.
Las agrupaciones vecinales son la antesala de las autodefensas, una expresión social que surge como consecuencia de la ineficacia de los gobernantes.
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Epilogo.
El senador José Yunes Zorrilla acudió este domingo a la Asamblea estatal del PRI. Ahí dijo que su partido tiene muy claro cuál es el papel que debe jugar, cuáles son los retos que está enfrentando, y bajo esas circunstancias, seguirán trabajando para que siga siendo una opción de gobierno competitiva, cuyo principal objetivo es estar cerca y trabajar para la gente. *** La Auditoría Superior de la Federación (ASF) entregó los primeros resultados de la revisión de las cuentas públicas del 2016. Una vez más destaca Veracruz, entre las entidades con los mayores montos en observación, con 3 mil 482 millones de pesos. *** Miguel Ángel Yunes Linares encabezó el mensaje que cada domingo emite el llamado Grupo de Coordinación Veracruz. Dio a conocer que hay un millón de pesos para quien dé información que ayude a localizar y detener a Alaín López Sánchez, alias “La Liebre”, presunto autor material del homicidio de cuatro niños y sus padres en Coatzacoalcos. *** Mientras tanto, el fin de semana se mantuvo la alta incidencia de ejecuciones en la entidad. Para muestra, bastan unos cuantos botones: En Cosoleacaque, el pasado sábado fue encontrado en el ejido Zacatal Victoria un automóvil Jetta, con los cuerpos de tres hombres, ejecutados con huellas de violencia, en su interior. La unidad, de color verde, portaba placas del Estado de Chiapas y fue abandonada a escasos metros de la carretera que conduce a Mapachapa. *** Ese mismo día, en Xalapa, en la calle Ignacio Zaragoza de la colonia 21 de Marzo, fueron encontradas varias bolsas negras que contenían restos humanos y sobre estas, una cartulina con un mensaje amenazante contra el hermano de la víctima. *** El domingo, en Tuxpan, cerca de la Central Termoeléctrica, fue encontrado el cuerpo sin vida de un joven estudiante del Conalep, quien había desaparecido desde el pasado viernes cuando salió de su domicilio hacia la escuela. La mañana del domingo el hallazgo de un cuerpo sin vida, con evidentes huellas de ejecución, que se encontraba envuelto en unas cobijas a un costado de la carretera que conduce a la Central Termoeléctrica, a la altura de Playa Azul. *** Lo preocupante de todo esto, es que nuestro gobernador se siente satisfecho con el desempeño de su equipo. Cualquier semejanza con Juan Carlos Osorio, director técnico de la Selección Mexicana, es mera coincidencia.