Una carta fechada en la prisión de Matamoros, Guatemala, y una bitácora de vuelo más falsa que un billete de tres pesos, son motivo del nuevo enfrentamiento entre Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes.
¿El tema? El préstamo que Javier le hizo a Yunes y a uno de sus hijos de dos aeronaves propiedad del gobierno del estado.
Como prueba del préstamo circula en las redes el texto de una supuesta bitácora que en el primer renglón muestra su falsedad: “Por instrucciones del entonces Gobernador Javier Duarte de Ochoa…”. Y ahí está la falacia.
Las bitácoras siempre se escriben en tiempo presente y el mismo día de los hechos, por lo que debió decir: “Por instrucciones del Gobernador Javier Duarte de Ochoa…”.
Pero el préstamo de la aeronave sí existió. Fue un helicóptero matrícula XC-XAL propiedad del gobierno del estado en el que Miguel Ángel se trasladó de Boca del Río a Tantoyuca el 3 de febrero del 2012. (Lo de la segunda aeronave no está muy claro).
Yunes por supuesto lo negó. Pero eso es intrascendente porque ya sabemos lo mentiroso que es.
No estoy justificando al bandido, pero es práctica común de todos los gobernadores hacer uso de medios de transporte ajenos, como si fueran propios. El mismo Duarte le facilitó ene veces un avión a su esposa para que fuera a su salón de belleza preferido en la Ciudad de México.
En el caso de la carta escrita supuestamente por Duarte y con dedicatoria a su enemigo sólo el último párrafo es rescatable: “Yunes sé que soy muy importante para ti, pero te doy un consejo gratis: deja de pensar en mí y ponte a trabajar que no haz (sic) hecho nada y tienes a Veracruz peor que nunca.”
Y la verdad es que tiene razón.
En Veracruz no hay obra pública, crece el desempleo, el turismo se está yendo a pique, los hospitales regionales siguen en pésimo estado, no hay becas para estudiantes de escasos recursos, tampoco apoyos a la UV. Veracruz es un desastre económico y social, pero al gobernador lo único que le preocupa es que le creamos que nunca le pidió un helicóptero a Javier. Por Dios.
Dos días ha durado el pleito y en 48 horas la nota roja se abultó.
El miércoles fue encontrado el cuerpo de un hombre asesinado y desmembrado en el municipio de Fortín; la víctima era un taxista que horas antes había sido “levantado”. En el puerto de Veracruz unos sujetos allanaron y robaron en la casa de la periodista Daniela Jácome. En el municipio de Yanga, el maestro de la Universidad Tecnológica del Centro, José Daniel Luna Alvarado, fue ejecutado a balazos mientras manejaba su automóvil. En Lerdo de Tejada ejecutaron a un hombre frente a una funeraria. De acuerdo con testigos, sus verdugos fueron dos sujetos que iban a bordo de una motocicleta.
Y este jueves 29, murieron ejecutados a balazos un taxista en Minatitlán y un hombre en Emiliano Zapata. En Coatzacoalcos asaltaron la petroquímica y asesinaron al guardia de seguridad. En Amatlán secuestraron a un empresario tortillero. Y en Acayucan asesinaron a otro taxista.
Como puede observarse, el oficio de taxista se ha vuelto tan peligroso como el de periodista ya que entre miércoles y jueves ejecutaron a tres.
Mientras todo esto sucede Miguel Ángel Yunes se trenza en un pleito insulso con su antecesor como si en ello le fuera la vida. Y de sacar adelante a la entidad y acabar con la violencia, nada.
“Algo muy carajo debimos hacerle a Dios Nuestro Señor, que llevamos doce años y siete meses viviendo la pesadilla de la violencia por obra y gracia de Fidel, Javier y Miguel Ángel, que mal haya la hora en que los parieron en Veracruz” me dijo un paisano. Y vaya que tiene razón.