El próximo 30 de noviembre, en Veracruz y otras 19 entidades del país (Aguascalientes, Ciudad de México, Chiapas, Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Oaxaca, Tabasco, Tlaxcala y Zacatecas) serán liberados los precios de los combustibles a los consumidores finales, gasolinas magna, premium y diesel.

Ello ocurrirá luego de que este 15 de junio fue adoptada dicha medida en tres estados, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León; y en una ciudad de Durango, Gómez Palacio, donde los precios de los combustible se fijarán en función de las condiciones del mercado; en pocas palabras, los empresarios del ramo determinarán el precio, lo que podría implicar, de entrada, una serie de nuevos incremento.

Esa medida, la liberalización del precio de las gasolinas, ya se había anunciado desde hace un semestre. Recordamos que en diciembre del año pasado se dijo que a partir del primero de enero de 2017 el combustible aumentaría en un 20 por ciento. Posteriormente hubo un incremento más al comenzar febrero y otro el día 18 de ese mismo mes.

El punto es que en los últimos años, el precio de la gasolina en nuestro país se ha disparado de forma exponencial; durante julio de 2010, por ejemplo, la gasolina Magna se ubicaba en 8.36 pesos, en tanto que la Premium estaba en 9.90. Dos años después, en el mismo mes, pero de 2012, los precios ya se encontraban en 10.36 y 10.95 pesos por litro; era el comienzo del sexenio de Enrique Peña Nieto.

Apenas en agosto del año pasado, la gasolina Magna tenía un precio de 13.96; y la Premium, de 14.81; a partir de enero, la cotización se ubicó en 15.99 pesos y 17.79, respectivamente. El pasado 15 de junio, la Comisión Reguladora de Energía fijó los precios máximos de las gasolinas de bajo y alto octanaje en 16.30 y 18.05 pesos, respectivamente; y los mínimos, en 15.06 y 16.77 pesos.

El precio varía prácticamente todos los días; sube o baja algunos centavos; sin embargo, los mayores cambios se registrarán a partir del 30 de noviembre en más de la mitad de las entidades del país.

Esa liberalización del precio de los combustibles ocurrirá ya iniciado el proceso federal electoral 2017-2018, para renovar Presidencia de la República, Senado y Cámara Baja; y, en el caso de Veracruz, también Gobierno del Estado y Poder Legislativo Local.

Se trata de un factor que podría jugar en contra del partido en el poder federal, el PRI, dado que todo aumento al precio de los combustibles tiene un efecto negativo en la imagen de la Presidencia de la República y, por consiguiente, en la del partido que representa el ejecutivo. Existe el antecedente de 2016, cuando hubo elecciones en 12 entidades del país; sólo en 5 de ellas ganó el Revolucionario Institucional con Omar Fayad, en Hidalgo; Alejandro Murat, en Oaxaca; Quirino Ordaz, en Sinaloa; Marco Antonio Mena, en Tlaxcala; y Alejandro Tello, en Zacatecas.

El año pasado, el PRI fue derrotado en siete estados: Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Puebla, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz; y aunque en ese desastroso resultado para el tricolor hubo muchos factores en contra de ese partido, desde ambiente de inseguridad, desempleo, corrupción gubernamental y crisis económica, también se habló del descontento social por lo que se anticipaba ya como el inminente aumento en el precio de los combustibles.

Veremos en la jornada electoral del próximo año qué tanto impactan los nuevos incrementos a la gasolina en el ánimo de los electores, y cómo se refleja ello en el resultado del domingo primero de julio de 2018. @luisromero85