Prefacio.
Que vaya Sergio Hernández, el joven y –evidentemente- inexperto coordinador de los diputados panistas, a decirle a su jefe político, el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, que los señalamientos de corrupción “no abonan en nada” y verá lo que le responden: “¡Gracias a esos señalamientos soy gobernador!”. *** Acallado por la estridencia de lo anecdótico (el reclamo a gritos entre legisladores emanados del mismo partido) nadie se ha detenido a analizar lo que, en el fondo, la diputada Cinthya Lobato reclama: Que el ejercicio financiero del Congreso local se transparente. Eso hasta hoy no sucede. *** Si no hubiera sido por la filtración de los videos en los que se observa a una diputada surgida de Morena recibiendo dinero, ésta no habría que tenido que salir a dar la cara a los medios de comunicación, y tampoco hubiéramos sabido que la bancada de Morena en el Congreso local recibe más de 1.2 millones de pesos mensuales para “tareas legislativas”. *** Si la diputada Lobato no es grabada cuando le reclama al coordinador de los diputados panista, Sergio Hernández, por el manejo de los recursos para esa fracción, no nos hubiéramos enterado que el grupo panista recibe más de 1.6 millones de pesos cada mes. *** Falta por confirmar si, en verdad, como lo dijo Cinthya Lobato, parte de ese recurso de los panistas termina en los bolsillos del dirigente nacional del PAN (y quien fuera jefe de Sergio Hernández) José de Jesús Mancha. *** Falta que se aclare si alguna parte de esos recursos se utiliza para “mujeres, borracheras y drogas”. *** El promedio nacional del Índice de Trasparencia y Disponibilidad de la Información Fiscal de las entidades federativas, elaborado por la consultora “ARegional”, menciona que en 2017, por segundo año consecutivo, la transparencia en la información fiscal de los estados del país presentó un deterioro. Según este documento, las entidades que mostraron las calificaciones más bajas en materia de transparencia fueron Veracruz, Zacatecas y Guerrero. *** Falta, pues, transparencia. ¿Cómo exigirla a los ayuntamientos, a los “entes fiscalizables”, si no se practica con el ejemplo?
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Este miércoles se dio a conocer que la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) y la Fiscalía General de Quintana Roo indagan a Mauricio Góngora, quien fuera candidato del PRI al Gobierno de Quintana Roo, pues presuntamente habría recibido 200 millones de pesos, del gobierno estatal, que encabezó Roberto Borge, para su campaña electoral.
Mientras eso sucede en el sureste mexicano, acá, en Veracruz, un audio “ilustrado” circuló en días recientes. En él se escucha una voz que –se asegura en el mismo archivo- corresponde al exsecretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita y que asegura que Javier Duarte aportó a la campaña de Héctor Yunes Landa mil 300 millones de pesos. Que al menos 500 millones de pesos fueron para Manlio Fabio Beltrones y que fue el propio gobernador el que se encargó de operar la movilización.
En el audio esa misma voz menciona a dos supuestos “operadores” del candidato priista: a alguien a quien sólo menciona como “Fernando” y a otro del que se refiere como “Mora Domínguez”. El video que ilustra el audio muestra el rostro de Juan Manuel Velázquez Yunes, exdiputado local priista, al momento de señalar a “Fernando”, pero se le ubica con el nombre de Fernando Vázquez Rigada, un asesor en materia de estrategia electoral que trabajó en la campaña de Héctor Yunes.
Las reacciones no se hicieron esperar. En principio los priistas cuestionaron la autenticidad del audio, dudaron de que en realidad se tratara de la voz de Bermúdez Zurita, pero además, concediendo que así fuera, lo descalificaron por ser “una persona que se encuentra en la cárcel, por lo que carece de calidad moral”.
No sólo eso. Fernando Vázquez Rigada envió a cada medio de comunicación que reprodujo dicho video, una carta aclaratoria, para cuestionar la calidad ética del medio y rechazar tajante que haya tenido algo que ver en el manejo de dinero público para la campaña de Héctor Yunes.
Este miércoles el periódico Notiver publicó una carta escrita a mano, y supuestamente firmada por el propio Arturo Bermúdez, en la que confirmaría que la voz que se escucha en ese audio es la suya, y que el “Fernando” al que se refiere es, efectivamente, Vázquez Rigada.
A partir de ahí lo que se puso en duda es si dicha carta en realidad la escribió y firmó Bermúdez, pues cotejada la caligrafía con otros documentos firmados por el extitular de la SSP, se perciben marcadas diferencias.
Todo esto, a final de cuentas, es lo anecdótico. Lo de fondo es la motivación de dicho video.
El propio Héctor Yunes asegura que es la respuesta de su primo hermano, Miguel Ángel Yunes, a los señalamientos que le ha hecho por la ineficacia de su gobierno. Otros Advierten que son “viejos agravios”.
Hay, sin embargo, quienes sugieren una estrategia de mayor envergadura. No pasan por alto que en el video fue involucrado también Manlio Fabio Beltrones, exdirigente nacional del PRI y aspirante a la Presidencia, quien encabeza un movimiento que plantea reformas a las leyes electorales del país para abrir la posibilidad de crear gobiernos de coalición.
“El video es la carnada –explicaba un agudo analista- y Héctor Yunes el pez chico que va tras ella. Poco a poco irán atrayéndolo hasta que caiga el pez gordo tras el que en realidad van”.
Ya la Fiscalía General de Veracruz, esa que tan eficiente ha sido en el combate a la impunidad en la entidad, salió a informar que se abrió una carpeta de investigación sobre el caso.
A diferencia de lo que sucede en Quintana Roo, donde el candidato priista llegó a firmar recibos por el recurso que le entregaron, en Veracruz hay poco material para proceder jurídicamente. Acaso señalamientos verbales de supuestos testigos que ya están siendo procesados por otros delitos y que culparían a cualquiera si con eso consiguieran una rebaja en sus condenas.
Una consecuencia adicional de este misil sería, como es obvio, que alguien pida en el Senado que mientras se aclara este lío, Héctor Yunes renuncie a la Comisión Anticorrupción y, en consecuencia, quede descartado para contender una vez más por la gubernatura de Veracruz.
Por lo que se ve, no fue una caja china más, no fue una bomba de humo.
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Epílogo.
Estuvo en Veracruz, una vez más, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio. Cada vez resulta más evidente que este personaje de la política nacional funge como enlace entre el Presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares. No hay que perder de vista que ambos (Osorio y Yunes) trabajaron codo a codo al servicio de Elba Esther Gordillo, a la que ambos traicionaron. *** Bien lo dijo el periodista Carlos Loret: “Por el puesto que tiene y por encargo del presidente Peña Nieto, Osorio Chong es el encargado de que marche bien la seguridad en el país. En lo que va de su gestión, ha tenido buenas rachas. Pero han sido más las malas. La peor es la que atraviesa ahorita (…) Pero el secretario Osorio Chong está entregando inmejorables cuentas. No es que manipule la estadística, no es que juegue con los números, no es que maquille las cifras. Es que las prioridades son otras: Miguel Osorio fue encargado —también personalmente por el primer mandatario— de la operación política a favor del PRI en las elecciones de este año. En contra de todos los pronósticos —y echando mano de todos los recursos a su alcance, que no son pocos y no son sólo económicos—, Osorio Chong anotó para el PRI dos gubernaturas (…) En eso ha estado concentrado. Quizá por eso la inseguridad está más descompuesta que nunca”. Veracruz es un buen ejemplo de ello.