Ni duda cabe que los jalapeños son demócratas. Para ellos la democracia no es un juego; es una realidad, y la han practicado una vez más este día cuatro del presente mes al emitir su voto por el candidato a la alcaldía por el partido Morena.
La manera especial de pensar de los jalapeños es diferente al resto de los veracruzanos. Los jalapeños han reconocido que se equivocaron con Elizabeth Morales priista; luego con Américo Zúñiga, también priista, cuyos errores le han costado al candidato de ese partido, Alejandro Montano, el desprecio de la mayor parte de electores del municipio. La democracia jalapeña consiste en votar por el candidato y no por el partido, salvo en algunas excepciones como en este caso con el maestro universitario Hipólito Rodríguez quien ganó todas las casillas. Más del 42 por ciento de los electores le dio el triunfo. No hubo una sola casilla donde Morena no ganara.
Tendrá, Hipólito, que demostrar con hechos el por qué quiere ser alcalde de la capital veracruzana. Se le vienen encima varios acontecimientos:
1.- Hacer obra pública, en serio, para hacer de Jalapa una auténtica capital del Estado como lo son: Guadalajara, Monterrey, Morelia, Mérida, Villahermosa, etcétera. Obra material profesional y no seguir con esos programas de pavimentar pedazos de calles sólo para llevarse la mochada. Generar empleos, y sobre todo enfrentarse a la inseguridad que se vive a diario, armando un importante cuerpo policiaco, con el apoyo de la policía estatal y federal.
2.- Terminar con la tremenda corrupción que se arrastra en el Ayuntamiento desde los tiempos de David Velasco, pasando por Elizabeth y Américo. Realizar auditorías y responsabilizar a los depredadores.
3.- Si este partido que dirige Andrés Manuel López Obrador quiere fortalecer su presencia para enfrentar actividades políticas futuras, se tiene que trabajar mucho (no robar, no mentir no traicionar). Hacer acuerdos civilistas e institucionales con el gobierno panista pues se trata de la capital veracruzana.
El equipo humano para trabajar ya debe tenerlo el novel presidente. Es cuestión de horas para conocerlo. Así lo prometió. El triunfo en las urnas ya nadie se lo quita. Sólo falta cristalizar las propuestas de campaña que al fin y al cabo son las que a muchos electores conquistaron, por su seriedad y profesionalismo. Esperaremos hasta diciembre para ver cómo arranca el morenista universitario que a decir verdad, en un principio nadie lo pelaba.
La crisis política que estamos viviendo enriquece las oportunidades de Jalapa, porque vigoriza el soporte para la negociación inteligente con los que gobiernan enfrente, para atraer la lección histórica de un municipio pujante, culto y trabajador.
Jalapa ya debe soltarse de las ataduras a la que ha sido sometida, atrapada. Podría decirse que fue violada durante muchos años con una férrea dictadura cotidiana, disfrazada en ropajes versallescos de progresos económicos y culturales durante los cuales se mantuvieron cerrados los caminos a la protesta civilizada y al diálogo inteligente.
Estos acontecimientos políticos colocan a Hipólito como actor insertado en el drama del diario acontecer, como hombre alerta en el misterio de su peregrinar que ya ha comenzado para alcanzar su destino jalapeño cargando en las espaldas a su partido MORENA.
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