Aparte de que las finanzas del estado están a punto de colapsar –pues tardíamente el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares tuvo que aceptar que debía reestructurar la deuda pública como casi todo mundo se lo había sugerido desde un principio; además de que no ha querido compactar el aparato burocrático para reducir el gasto corriente–, la inseguridad sigue agravándose en el norte y sur de Veracruz mientras el mandatario estatal del PAN y el fiscal general Jorge Winckler Ortiz, titular de un ente constitucionalmente autónomo, siguen enfrascándose en reyertas político-electorales que en nada benefician a los veracruzanos sino sólo a su grupo en el poder.
Ahora Yunes y Winckler se volvieron a enganchar en un pleito con el dirigente nacional de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, y con la diputada federal Rocío Nahle, mientras en Pánuco y Coatzacoalcos siguen las ejecuciones y los secuestros.
Esta semana, por ejemplo, en el antiguo Puerto México fueron plagiados el médico pediatra Juan Barahona Dueñas; la jovencita Yaziri Domínguez Montalvo; el transportista de carga Aurelio López Soto, y un estudiante de Ingeniería Mecánica del Instituto Tecnológico Superior de Coatzacoalcos. Pero también fue asesinado el vigilante del mercado Plaza del Sol, Rogelio Báez Benítez.
Este jueves, en Pánuco, fueron acribillados el regidor quinto Juan Carlos Zamarripa Fernández y el médico Miguel Ángel Serrano Castro, presidente de la Asociación Ganadera de la colonia Piloto. El atentado, curiosamente, ocurrió a menos de un kilómetro de un retén permanente de la SEDENA.
De acuerdo con la grabación de una conversación telefónica entre el alcalde de Pánuco, Ricardo García Escalante, y su padre, el excontralor Ricardo García Guzmán –cuyo audio fue difundido por algunos medios de comunicación en febrero de este año–, Zamarripa Fernández era uno de los presuntos operadores políticos del Cártel del Golfo.
En esa misma conversación entre García Guzmán y su hijo, el munícipe, también se menciona a Ciro Nieto Zamora, regidor del PVEM, un cañero que presuntamente estaría ligado a Los Zetas, el grupo delictivo contrario al Cártel del Golfo. Ciro es hermano de la dirigente de la Confederación Nacional de Productores de Caña, Adriana Nieto Zamora, quien asumió dicho liderazgo tras el asesinato de Teódulo Gea, quien en 2013 encabezaba las encuestas para la alcaldía de Pánuco por encima de García Escalante.
Por eso las justificadas críticas a Yunes y al fiscal Winckler, ya que en vez de perseguir a criminales y secuestradores están perdiendo el tiempo en acosar a sus adversarios políticos.
¿Acaso ya olvidó el gobernante panista lo que prometió en Pánuco en septiembre del año pasado, durante el último foro del Plan Veracruzano de Desarrollo 2016-2018? Si no lo recuerda, aquí se lo citamos: “Le digo a la delincuencia desde Pánuco: se van a encontrar a un gobernador que tiene los pantalones bien puestos y la mano muy firme para combatirlos, de correr todos los riesgos. ¡Ya basta de complacencias con los delincuentes, porque ya basta de desaparecidos!”.
“¡Ya basta de homicidios, ya basta de extorsión, ya basta de pago de derecho de piso y ya basta de que nuestro estado se encuentre en manos de la delincuencia organizada, permitido sin duda alguna por los altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública.
“¿Nos toca acostumbrarnos a que toda la vida vivamos con miedo? ¿Nos tendremos que acostumbrar a vivir en la inseguridad? ¿Nos tenemos que acostumbrar a vivir en el terror? ¡La respuesta es no!”.
¿Por qué entonces Yunes no se dedica a gobernar y deja que los dirigentes de su partido confronten a López Obrador?
PRI y PRD condenan agresión
Por segunda vez consecutiva, el dirigente nacional de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, fue agredido físicamente en otra de sus giras por el centro del estado de Veracruz.
Hace once días ocurrió al término de un mitin en Córdoba; este jueves sucedió en Huatusco, donde una mujer, supuesta militante priista de la CNC, le arrojó un huevo a la cabeza.
Causó extrañeza que ni Miguel Ángel Yunes Linares –por ser quien constitucionalmente “gobierna” la entidad–, ni la dirigencia estatal y nacional de su partido, el PAN, hayan condenado públicamente esta agresión contra su opositor, como en cambio sí lo hicieron Enrique Ochoa Reza, presidente del CEN del PRI, y Alejandra Barrales y Beatriz Mojica, presidenta y secretaria general del PRD, respectivamente, los cuales reprobaron la violencia e hicieron un llamado al respeto y la tolerancia.
Un pronunciamiento similar, aunque hubiese sido de dientes para afuera, hubiera sido un buen gesto de civilidad política de Yunes Linares y sus correligionarios, pero se nota que les ciega el odio y la intolerancia.
¿A poco ya se les olvidó cuando a finales de junio del año pasado las huestes de César del Ángel Fuentes agredieron con piedras y botellazos al entonces gobernador electo, al presidente del CEN del PAN, Ricardo Anaya, y al exsenador Santiago Creel Miranda cuando en actitud provocativa salieron por el frente del Palacio Legislativo de Xalapa donde acampaban decenas de campesinos del Movimiento Nacional de los 400 Pueblos? ¿No hasta el histérico hijo del mandatario estatal, Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río, acusó del atentado al gobernador Javier Duarte de Ochoa, al que en su cuenta de Twitter llamó “estúpido”?
Parece que no tienen remedio.
Descansamos el lunes
Debido a un compromiso personal de su autor, que lo obligará a salir este fin de semana de la entidad, esta columna no aparecerá el próximo lunes 29. Su publicación se reanudará a partir del martes 30.
Muchas gracias por su comprensión.