A Miguel Ángel Yunes Linares le están convirtiendo el estado en algo muy parecido a un cementerio. De acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública, en los primeros 151 días de su gobierno fueron ejecutadas 318 personas, cantidad muy por encima de los 81 asesinados en el gobierno de Fidel Herrera y los 116 en el gobierno de Javier Duarte en ese mismo lapso.
Son un mundo de ejecuciones para un estado al que prometió devolverle la paz, la tranquilidad y la seguridad en seis meses, de los que quedan siete días.
Y no pudo.
La semana anterior el periodista Filiberto Vargas preguntó a sus lectores: “¿Cuál sería su reacción si escuchara algo como esto de nuestro actual gobernador? ‘Yo sé que les prometí devolverles la tranquilidad, yo sé que me comprometí a sacar a Veracruz de la crisis provocada por Fidel Herrera y Javier Duarte. Pero deben entenderme; la seguridad y las finanzas son temas muy complejos. Necesito más tiempo’”.
Dejaré para mejor ocasión el tema de las finanzas para quedarme con el de la seguridad. Y pienso que la reacción sería ésta: ¿Cuánto tiempo quiere, señor gobernador, cuando le quedan escasos 563 días a su bienio? ¿Otro mes, dos meses, un año? Usted diga.
Sí, la seguridad es un tema muy complejo pero ¿acaso no lo sabía? ¡Vaya que sí! Y tan seguro estaba de que se la devolvería a los veracruzanos en seis meses que, en abril del 2016, cuando le preguntaron si no era aventurado hablar de un tiempo tan corto para un problema tan grande contestó:
“No es aventurado por una cosa, a mí me tocó manejar los penales federales en época de crisis. A mí el presidente Fox me nombró subsecretario de Seguridad Pública Federal para manejar la seguridad y los penales cuando se vivía una situación realmente crítica. Y en seis meses resolvimos el problema».
Y como se trataba de prometer fue más allá al asegurar que los mandos policiacos se capacitarían en Estados Unidos. “A partir del 6 de junio -una vez que me declaren gobernador electo- empezaremos a capacitar personas y a partir del primero de diciembre inicia el comando contra el secuestro. Mi compromiso es acabar con ese flagelo y con los secuestradores”.
¿Y…? nada.
Yunes Linares parece no dimensionar que fue por ese tipo de declaraciones (y no porque prometiera convertir la entidad en una sucursal de Disneylandia) que los veracruzanos votaron por él.
Esas palabras, aunadas al clima de seguridad que se vivió durante su estancia como Secretario de Gobierno en el sexenio de Patricio Chirinos, le quitaron votos a su primo hermano Héctor Yunes Landa para dárselos él.
Pero cuando falta una semana para que se cumpla el plazo, la inseguridad aumenta en proporciones de escándalo; 318 ejecutados no me están dejando mentir.
¿Cuántos arrojará el mes de mayo? ¿Cuántos habrá en septiembre? ¿Con cuántos se cerrará el año y con cuántos comenzará el 2018?
Alguna vez comenté que aunque Yunes Linares no hiciera ninguna de las obras que prometió como candidato, la raza aprobaría su gestión si metía al bote a los autores del saqueo y nos devolvía la seguridad.
Pero por pasarse el tiempo endulzándonos el morbo con la detención de varios miembros de la banda, está dejando de lado lo que anhelamos todos: seguridad.
La aprehensión de los peces gordos le dará votos en estas elecciones, pero se los quitará en el 2018 si sigue aumentando el número de secuestrados y ejecutados; por mucho que entambe a todo el gabinete duartista incluyendo a la señora Karime Macías.