A 580 días del final, el cambio prometido no llega y mucho de la situación presente empeora; lo más preocupante es que, en consecuencia, el futuro se complica y agrava más. ¿Y los miles de millones de pesos desaparecidos?
Aumentan fundadas inconformidades y comprobadas denuncias populares. Hartazgo y rechazo a más de lo mismo, inundan las expectativas políticas y sociales. A pesar y en contra de escándalos prefabricados y manipulados, MORENA crece y se fortalece.
Increíble, pero todavía no se determinan y mucho menos se hacen del conocimiento público, los alcances, formas y tamaño del daño causado. La opacidad se extiende y afecta, tanto alternancia como desarrollo mismo.
Causas y fuentes del deterioro
Y hay que insistir, respecto a la crisis financiera heredada que afecta, cada vez más fuertemente al gobierno del estado, la novedad es que no solo no hay la obligada transparencia que debería haber, respecto a este y otros asuntos públicos. Además, no se cuenta con un diagnostico objetivo, actualizado y confiable; y en consecuencia, tampoco hay programa oficial, ni estrategia financiera integral. ¿Administración discrecional y autoritaria?
Hay responsables del daño ocasionado, la mayoría intocable y reciclable; y más que siguen identificándose. Pero habría que señalar, que ahora también hay responsables a cargo, obligados a enfrentar, atender y resolver estos asuntos oficiales. Los problemas son institucionales, no personales. ¿Lo hacen? ¿Son capaces y lo resuelven?
Y lo que es más importante. Razón y Derecho. Ciudadanía y Sociedad exigen que al mismo tiempo que se pone a disposición de la Justicia, a presuntos responsables del daño, se ponga también toda la atención oficial y se encuentren, cuanto antes, las soluciones pertinentes y eficientes a dicha crisis financiera; y también, que se efectúen las previsiones correspondientes, para evitar crecimiento, complicación y mayor afectación de dicha problemática. ¿O sostenerlo, por aprovechable negocio?
Ignorar o minimizar situación y consecuencias, es altamente perjudicial.
Inevitablemente, tarde o temprano hay que preocuparse y ocuparse, porque entre otros efectos o consecuencias, se están ocasionando graves daños a instituciones y dependencias gubernamentales.
No es exagerado ni inútil, repetir y señalar que el Instituto de Pensiones del Estado (IPE) y la Universidad Veracruzana (UV), son unas de las más afectadas; y pueden serlo aún más, si no se realizan los diagnósticos necesarios y se establecen las estrategias pertinentes. Por cierto, la deuda pública es del gobierno del estado, es institucional no personal.
Repensar la Universidad Pública
Gracias a la comunidad universitaria de la Facultad de Arquitectura-Xalapa, por invitarme el pasado 28 de abril, a su reconocido espacio de análisis, diálogo y debate. Sobre todo, por centrarlo en el tema de la educación superior pública, de indudable importancia permanente y que, por su esencia, debe ser abordado por todos y tratado desde diversas especialidades y perspectivas.
Ante condiciones y circunstancias presentes y de corto plazo; y tomando en cuenta, todo lo que implica el embate constante, contra la Universidad Pública, así como contra el mismo Estado de Bienestar. Lo menos que debe decirse, es que hay demasiados aspectos, que alertan y preocupan sobremanera, mismos que no conviene ignorar o minimizar.
En efecto, además de los múltiples temas filosóficos, educativos, tecnológicos, axiológicos, y de garantía y ejercicio de derechos y libertades, que pueden y deben abordarse permanentemente, por ahora, solo voy a presentar uno, el de la evolución presupuestal reciente, que a simple vista y en forma general muestra algunos de los alcances, presencia y permanencia, de una crisis de las finanzas públicas estatal y nacional, en la que sin duda alguna, la Universidad está inmersa y padece.
No sin antes reconocer rápida y brevemente, la ejemplar defensa y singular resistencia de la comunidad universitaria y sus autoridades, ante la inocultable agresión padecida los últimos años.
Resistencia, más no complacencia, ya que ante el daño causado y las expectativas de agravamiento de la crisis financiera que Veracruz y el país padecen, lo menos que puede hacerse es Repensar la Universidad, ubicarse en el contexto estatal y nacional actual; identificar las perspectivas y formas de afectación, internas y externas; diagnosticar y programar, organizar y movilizar.
Desde luego, hacerlo a partir de fortalezas y logros alcanzados, entre ellos un destacado acceso público a la información; pero sobre todo, de una evaluación puntual y una previsión efectiva, ampliamente participativas.
En fin, he aquí un vistazo general de la evolución presupuestal de la UV, en términos nominales. A simple vista y considerándose los efectos inflacionarios, nótese la pérdida de poder adquisitivo y los efectos en la distribución interna.
Presupuesto
(miles de millones de pesos)
2017- 5 384 2012- 4 448
2016- 5 165 2011- 5 290
2015- 5 286 2010- 5 222
2014- 5 999 2009- 4 989
2013- 5 728 2008- 4 529
Fuente: https://www.uv.mx/transparencia/buscador-tematico/finaciera-infpublica/presupuesto/
Si se amplia y profundiza el estudio, saltan más interrogantes y alertas. ¿Se diversifican los ingresos? ¿Casi 97% se destina a servicios de personal y transferencias, vinculadas con prestaciones? ¿Cuánto a inversión?
Muchos aspectos que analizar; demasiadas preguntas que contestar. Prevenir lo previsible es obligación ineludible. El deterioro ahí está, sigue, crece….
*AcademicoIIESESUV@nullRafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH