¿Realizará la Policía Militar una campaña prolongada en Veracruz? ¿Viene con el objetivo de atacar frontalmente a las bandas criminales o, como la Gendarmería, solo a provocar un positivo efecto mediático en la población? ¿Son ellos los que traerán los avances tecnológicos para la lucha contra el crimen, que Yunes prometió pero que no podrá cumplir porque está hecho bolas con las finanzas públicas? ¿El mando de estos elementos estará depositado en elementos castrenses o se moverán por el estado a capricho de las inexpertas autoridades estatales, más interesadas en la imagen que en la sustancia?
Estas y varias interrogantes más están surgiendo a raíz del anuncio hecho por el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares sobre la presencia en nuestro territorio de elementos de la Policía Militar, con lo que prácticamente todas las corporaciones de seguridad de nivel federal tienen presencia en un estado que, como Veracruz, está asolado por un derramamiento de sangre nunca antes visto, ni siquiera en las peores etapas de violencia del duartismo, lo que ya es mucho decir.
No podemos negar la astucia y perseverancia de Yunes Linares para hacer que el gobierno federal cargue con el muerto. Aunque no logró que Enrique Peña Nieto aceptara resarcir las finanzas públicas estatales del enorme hoyo dejado por el paso criminal del ladrón Javier Duarte, ya ha obligado a que elementos federales de seguridad vayan cubriendo las desnutridas filas de la SSP local sin tener que erogar un solo centavo en la contratación y formación de nuevos elementos policiacos, ni para adquirir armamento y pertrechos y, mucho menos, para adquirir equipo sofisticado de vigilancia cibernética o los famosos drones con que embelesó a los votantes durante su campaña electoral.
En esta ocasión, el gobierno estatal se ha hecho con los servicios de la Policía Militar que, según un estudio de la empresa encuestadora Parametría, es la que mayor confianza tiene entre la población. “Datos de la serie histórica realizada por Parametría hace más de 15 años muestran que los porcentajes de confianza en las fuerzas militares han oscilado entre 52 % y 75 %, cifras muy por arriba de lo que registran otras instituciones como la policía estatal o la policía federal”.
La encuesta más reciente realizada en vivienda por la empresa establece que el 58 % de los mexicanos dijo tener “mucha” o “algo” de confianza en el ejército, mientras que 40 % opinó lo contrario. Y señala que, a pesar de los eventos donde el ejército se ha visto involucrado en la violación de derechos humanos, “seis de cada diez mexicanos (62 %) afirmó sentirse más seguro con la presencia de esta institución en las calles, el 19 % dijo sentirse igual de seguro y sólo 15 % mencionó sentir menor seguridad”.
Aún más, “el 64% dijo que creía necesaria la presencia del ejército en las calles para mejorar la seguridad del país. El 28% mencionó que no era necesario que el ejército estuviera en las calles y 8% no supo o no quiso opinar”.
¿Resolverá Yunes Linares el problema de seguridad?
Este sábado, en efecto, Miguel Ángel Yunes Linares dijo que ya se encontraba en Veracruz la Policía Militar, dotada con armamento, equipo de radiocomunicación y de alta tecnología para combatir al crimen organizado, y ya habían comenzado el viernes pasado por la noche operaciones en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, donde estarían por unos días para luego trasladarse a otras regiones del estado “donde se han presentado en las últimas semanas hechos delictivos de alto impacto”.
¿Qué harán con esos nuevos elementos enviados por el presidente Enrique Peña Nieto, a raíz del acuerdo logrado con el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong?
Según Yunes, se fortalecerá la presencia de la Policía Estatal y de la Fuerza Civil en las zonas de mayor actividad delictiva; la Fuerza Civil se reagrupará, de tal manera que opere en poblaciones específicas con un más alto número de elementos; la Policía Estatal será igualmente reagrupada y concentrará su actividad en las zonas de mayor incidencia delictiva.
Además, los elementos de la Gendarmería que actualmente prestan sus servicios en la zona de Córdoba y Xalapa serán concentrados en su totalidad en la Capital del Estado, y en Córdoba serán sustituidos por Policía Militar, y se redefinirán las regiones que comprenden los operativos que se llevan a cabo para integrar más regiones de menores dimensiones cada una, con menos municipios, lo que nos permitirá operar y evaluar con mayor eficacia.
Ese mismo día anunció cuáles son los planes de su gobierno, independientemente del gobierno federal, aunque no definió los plazos sino que lo dejó en el limbo del tiempo y las condiciones: la creación de las policías metropolitanas Veracruz-Boca del Río-Medellín-Alvarado y Poza Rica-Tihuatlán-Coatzintla, y de las policías municipales en Coatzacoalcos y Córdoba.
En esa misma ocasión Yunes Linares pareció haber descubierto la verdad histórica cuando dijo que la inseguridad tiene raíces añejas y profundas y que no surgió en su administración.
Pero añadió una mentira: que a él le toca resolverlo. No será, para desgracia de los veracruzanos, el antes y el después de Yunes. Los veracruzanos no esperamos que en menos de dos años pueda (con las dificultades financieras heredadas) resolver un problema que tiene causas nacionales e internacionales. Lo que demandamos es que haya efectividad y que deje una estructura policiaca fortalecida e inteligente para enfrentar los desafíos de la violencia criminal.
Para el refranero, ciertamente, quedará grabada la frase yunista: “Nadie canta victoria, pero para fortuna de los veracruzanos quienes hoy cantan derrota verán frustrados sus objetivos”.
A no ser los fidelistas y duartistas de closet, todos queremos que el Gobernador del Estado triunfe, porque quienes estamos expuestos estamos fuera de ambos ámbitos. Si él triunfa, quienes no tenemos la sobreprotección de los cuerpos policiacos, como él y su familia, podremos pisar las calles sin tanto temor como ahora lo hacemos. Que no se equivoque.
La inversión federal en seguridad para Veracruz
Para el delegado en Veracruz de la Secretaría de Gobernación, Ángel Isaac Ochoa Pérez, muy golpeado por cierto por el mismísimo Yunes Linares porque como él está involucrado en el proceso electoral, “el Gobierno Federal está ocupado en apoyar las tareas de seguridad de Veracruz. Prueba de ello es la entrada de la Policía Militar, integrada por soldados que con entrenamiento especializado, equipo técnico de última tecnología, además de su probada lealtad, eficacia y compromiso, velarán por la tranquilidad de las y los veracruzanos”.
El funcionario federal informó que la Federación asignó al Estado 300 millones 388 mil 372 pesos del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP) que se suman a los del Fortaseg que, paralelamente, dispuso de otros 280 millones 439 mil pesos para 19 municipios veracruzanos. El FASP es un fondo presupuestal previsto en la Ley de Coordinación Fiscal a través del cual se transfieren recursos para dar cumplimiento a Estrategias Nacionales en materia de seguridad pública.
Según el coordinador de los delegados federales, Veracruz es el estado que ocupa el quinto lugar nacional en volumen de recursos de la federación por concepto del FASP, solo superado por Estado de México, Ciudad de México, Chiapas y Sonora.
Con los recursos del Fondo Aportaciones para la Seguridad Pública, las entidades deben orientar las acciones a desarrollo de las ciencias forenses en la investigación de hechos delictivos; desarrollo, profesionalización y certificación de policías; Sistema Nacional de Información; tecnologías, infraestructura y equipamiento de apoyo a la operación policial; Sistema Nacional de atención a llamadas de emergencia y denuncias ciudadanas, entre otros aspectos.
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