Hace tres semanas, cuando empezaron a mencionarse algunos nombres de posibles candidatos de Morena a las principales alcaldías de la entidad –entre ellos los de un par de ex diputados del puerto de Veracruz que renunciaron como militantes del PAN, y el de un polémico empresario periodístico de la ciudad de Córdoba–, el coro de apologistas del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares criticaron al partido de Andrés Manuel López Obrador por andar reciclando a lo peor del “cascajo” desechado por Acción Nacional y otras fuerzas partidistas.
Quién sabe si esas opiniones motivaron a los lopezobradoristas para bajar a los ex panistas y ex priistas que buscaban ser nominados en un buen número de municipios, pero lo cierto es que este sábado Morena dio a conocer a sus candidatos para contender por las 212 alcaldías, los cuales tienen en su mayoría un perfil ciudadano o bien son militantes del partido del Peje.
Sin embargo, los que ahora están cachando desechos del PRI y de otros partidos que durante las administraciones de los ex gobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte fueron aliados del priismo son el PAN y el PRD, cuyos dirigentes formalizaron una alianza que para esta elección municipal denominaron paradójicamente “Contigo el cambio sigue”.
Y es que, por ejemplo, este sábado, durante su visita a Pánuco, el gobernador Yunes Linares parece haber destrabado el bloqueo que su secretario de Desarrollo Agropecuario, Joaquín Guzmán Avilés, en su calidad de comisionado político para Tantoyuca y esa otra zona huasteca del norte de la entidad, mantenía en contra de la familia del ex contralor duartista Ricardo García Guzmán, quien actualmente tiene el aparente control de esa demarcación a través de sus hijos Ricardo y Rodrigo García Escalante, alcalde y diputado local, respectivamente, y cuyo padre pretende retener a través de él o de su esposa Nora Escalante la alcaldía panuquense bajo las siglas de la alianza PAN-PRD.
Este escenario ya se veía venir desde hace tres semanas, cuando el diputado García Escalante, quien en noviembre de 2016 llegó al Congreso veracruzano por el Partido Verde Ecologista de México –aunque recién instalada la LXIV Legislatura local abandonó la bancada de la coalición priista para conformar el grupo independiente “Juntos por Veracruz”–, detonó un escándalo mediático al acusar sin pruebas al delegado especial de candidaturas del PVEM, Francisco Garrido Sánchez, de vender las postulaciones de este instituto político, motivo por el que amenazó con renunciar a su militancia en el partido del tucán porque “prefiero conservar mi dignidad”.
En respuesta, Garrido Sánchez le reviró que “el león cree que todos son de su condición”, retándolo a que presentara las pruebas y denuncias correspondientes. El ex diputado y ex secretario general de Alternativa Veracruzana (AVE) declaró que la acusación del hijo del ex contralor carecía de fundamento y que todo era un simple teatro para justificar el inminente cambio de partido, pues desde entonces pronosticó que la familia García Escalante buscaba refugiarse en las filas de Acción Nacional (PAN).
De hecho, el acercamiento de García Guzmán y sus hijos con Yunes Linares se evidenció desde el 17 de septiembre del año pasado, cuando ya como gobernador electo, el panista encabezó en Pánuco el último foro regional del Plan Veracruzano de Desarrollo 2016-2018. En esa ocasión, el ex candidato de la alianza PAN-PRD a la gubernatura se reunió en privado con el ex contralor y su familia, que le organizaron una apoteósica recepción en esa cabecera distrital. Desde esa ocasión trascendió que posiblemente la candidata del partido blanquiazul sería la esposa del ex funcionario duartista, una de cuyas sobrinas procreó un hijo con el senador con licencia Fernando Yunes Márquez, quien este domingo se registró como precandidato de Acción Nacional a la alcaldía del puerto de Veracruz.
Esa habría sido una razón por la que Yunes ha dado impunidad a García Guzmán, pese a que en su campaña electoral lo acusó de ser el principal cómplice y encubridor del ex gobernador Duarte, por lo que también amenazó con encarcelarlo. Y a su primogénito, el alcalde Ricardo García Escalante, le señaló que sus gobernados nunca lo encontraban en el palacio municipal porque se la pasaba en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río gastándose los recursos del ayuntamiento de Pánuco.
Pero otra incongruencia es que en ese foro, Yunes mandó este mensaje al crimen organizado que tiene asolada a esa región: “Le digo a la delincuencia desde Pánuco: se van a encontrar a un gobernador que tiene los pantalones bien puestos y la mano muy firme para combatirlos, de correr todos los riesgos. ¡Ya basta de complacencias con los delincuentes, porque ya basta de desaparecidos! ¡Ya basta de homicidios, ya basta de extorsión, ya basta de pago de derecho de piso y ya basta de que nuestro estado se encuentre en manos de la delincuencia organizada, permitido sin duda alguna por los altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública. ¿Nos toca acostumbrarnos a que toda la vida vivamos con miedo? ¿Nos tendremos que acostumbrar a vivir en la inseguridad? ¿Nos tenemos que acostumbrar a vivir en el terror? ¡La respuesta es no!”.
La semana pasada, en un texto titulado “¿Y la credibilidad apá?”, al referirse al ex contralor García Guzmán, el periodista Julio Fentanes reseñaba que “hemos reproducido grabaciones completas donde se escucha al padre y sus hijos, el diputado Rodrigo y el alcalde Ricardo, burlando la ley, utilizando recursos públicos para fines electorales desde luego personales, y por si fuera poco ajustando cuentas con la mafia”.
El autor de la columna política “Del cajón del director” consignaba que “ahí están las grabaciones telefónicas, que (Rodrigo García) no puede desmentir porque sabe que son él, su padre y su hermano, acordando con otros compinches.”
¿Y con este tipo de “cascajo” la alianza PAN-PRD nos quiere hacer creer que “Contigo el cambio sigue”? Otro caso es el del ex alcalde priista Rafael Fararoni Mortera –el llamado “Zar de los expendios de cerveza” en Los Tuxtlas y muy vinculado también, como los García Escalante, de Pánuco, al diputado federal Jorge Carvallo Delfín, del PRI–, a quien la coordinadora de la diputación local perredista, Jazmín Copete Zapot, estaría promoviendo para que contienda por el municipio de San Andrés. ¡Ya no hay moral!