Siempre he pensado que la vida es una mezcla de muchas cosas: sucesión de hechos encadenados; decisiones que uno va tomando y que nos van marcando, y el inevitable azar o las circunstancias.
En 1988 cursaba el cuarto semestre de la licenciatura en Letras Españolas de la Universidad Veracruzana cuando la madre del compañero Apolinar Rodríguez, falleció.
Así que “Polo” como le decíamos, tuvo que buscar chamba. Y la encontró en el diario “Política”, como corrector de estilo.
Meses después “Polo” me preguntó que si me interesaba cubrir las vacaciones del otro corrector, de nombre Anselmo. La verdad, no me latía porque sabía de las jornadas extenuantes que se prolongaban hasta las dos o tres de la mañana.
Pero tanto insistió “Polo” que acepté. Además, un dinerito extra no me caía nada mal. Y sucedió que el tal Anselmo no regresó de las vacaciones, y me propusieron que yo me quedara con esa plaza de corrector. La neta, no me agradaba mucho la idea. Eran unas auténticas madrizas y al otro día había que ir a la facultad, a las 8 de la mañana. Era cuestión de dormir unas cinco horas, llegar como zombi al aula, salir a las 2 o 3 de la tarde, comer, y entrar a las 4 de la tarde a la corrección en el periódico. Muchas veces me quedé dormido, por cuestión de segundos, con el texto y el plumón en la mano.
Un año después tuve que renunciar a la corrección de estilo en el diario Política para conducir el noticiario “Avance” de Avanradio, y quien me sustituyó fue otro estudiante de Letras: Salvador Muñoz. Chava creció mucho en ese rotativo pues llegó a ser Subdirector y ahora es uno de los columnistas más leídos en el estado de Veracruz y más allá de sus fronteras.
Y aunque estaba fuera de las filas de “Política”, no me desligué del todo. Mi tesis de la licenciatura la hice con base en un análisis semántico de los titulares periodísticos de ese impreso.
Años más tarde, en 1998, retorné a “Política”, pero como reportero en las mañanas y como Secretario de Redacción en las tardes-noches. Era el segundo de a bordo de Salvador Muñoz.
En 1999 renuncié al diario “Política” porque me invitó Rafael Hernández Villalpando a ser su director de Comunicación Social. Me sustituyó en la Secretaría de Redacción mi buen amigo Quirino Moreno.
Recuerdo que Yayo me dijo al despedirse: “si algún día te cansas de contar dinero con Villalpando, debes saber que ésta es tu casa y puedes volver cuando gustes”.
En 2001, abro la puerta de mi casa para recoger los periódicos y leo la nota principal del diario “Politica”: Fallece Ángel Leodegario Gutiérrez Castellanos. Fue un golpe brutal. Se había ido uno de los grandes del periodismo y de la política veracruzana.
Después de Yayo, el diario ya no fue lo mismo, faltaba la chispa, el ingenio, la información exclusiva, de primera mano. Yayo era “Política”; “Política” era Yayo. Por cierto, no sé en qué año dejó de ser “Política” para convertirse en “La política”, por una cuestión de derechos de autor del cabezal que si mal no recuerdo, era propiedad del también extinto Fausto Fernández Ponte.
En ese periódico conocí a grandes amigos y compañeros: Regina Martínez (+), Guadalupe López, Raciel D. Martínez, Francisco Urbina Soto, Alberto Morales, Fernando Morales, Adrián García, Ylia Ortiz Lizardi, Irma Villa, entre otros.
Recuerdo los días de quincena, cuando en la madrugada, al cierre de la edición, íbamos a degustar unos deliciosos chilatoles de panza, en el restaurante “Arses”, chilatoles que por cierto, ya no saben igual. Ahí nos reuníamos con Raciel, Apolinar, don Yrineo el formador, y de vez en cuando con alguna de las capturistas.
Este martes 31 de enero, dejó de salir “La política”. Es uno más de los medios que sucumben ante la crisis económica.
Aunque no estuve mucho tiempo laborando en ese diario, su cierre me impacta y me entristece. «Política» fue en su momento un parteaguas en el periodismo veracruzano. Ahí se hizo periodismo crítico, con impacto social. Era una especie de “Jornadita” a la veracruzana. “Política” fue para muchos como una escuela de periodismo. Ahí aprendí mis primeras lecciones.
Itzel Aragón, líder estatal de Mujeres del MT
El primer acto priista importante en el que Renato Alarcón Guevara acudirá como nuevo presidente del CDE del PRI será el próximo sábado en el Puerto de Veracruz.
A las 10 de la mañana de ese día, en el salón Reyna del Club de Leones, habrá de rendir protesta Itzel Aragón como líder estatal de las Mujeres del Movimiento Territorial del partido tricolor. Ahí estarán presentes los dirigentes nacional y estatal del MT, Alberto Escamilla y Víctor Rodríguez, respectivamente.
De igual forma, acudirán a este desayuno con 800 mujeres, los senadores Héctor y Pepe Yunes, así como la delegada del CEN, Lorena Martínez.
Itzel apenas cuenta con 21 años de edad y es hija de la legendaria priista porteña Irene Aragón. Pero antes, este viernes, el líder nacional del MT acudirá a la toma de protesta de Nereida Santos como nueva dirigente del Movimiento Territorial en Coatzacoalcos.
Prima de Mota, responsable de Recursos Humanos en Contraloría
Nos comentan que Natalia Ochandarena Bonilla es la responsable de Recursos Humanos en la Contraloría del Estado. Lo interesante de esto, es que –según nos dicen— Natalia es prima del diputado federal priista Adolfo Mota Hernández. ¿El primo la recomendó o ella llegó ahí por otra vía? Ya se sabrá.
Sugey Alondra buscará ser candidata por Oteapan
Si el PRI quiere ganar en Oteapan, no le deben dar más vueltas al asunto. En ese municipio sureño la única que puede ganar con amplio margen es Sugey Alondra Ramírez Rodríguez. Sugey ha realizado una gran labor en la Sedesol estatal, pero está por presentar en estos días su renuncia a la dependencia, y así emprender su sueño de convertirse en alcaldesa de su tierra. La apoya el Movimiento Territorial del partido tricolor. Enhorabuena y le deseamos éxito.