La salida del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán del consulado de México en Barcelona desató toda clase de especulaciones sobre los motivos de dicho movimiento; unos apuntan que el ex ejecutivo veracruzano fue obligado a renunciar desde el gobierno federal, como consecuencia del escándalo derivado de las acusaciones sobre la administración de medicamentos clonados a pacientes con cáncer; otros, los defensores del de Nopaltepec, aseguran que pronto le veremos encabezando la alianza PRI-Verde-Panal para buscar recuperar el gobierno estatal.
Como sea, la salida de Herrera Beltrán del consulado fue la nota que acaparó las portadas y los espacios privilegiados en la prensa estatal veracruzana, debido al morbo que provoca el regreso al país, y sobre todo a la entidad, de un personaje de las características del ex gobernador, quien por años ha protagonizado una rivalidad política con el actual ejecutivo, Miguel Ángel Yunes Linares –hay quien asegura que la mala relación entre ambos podría calificar como enemistad, odio incluso–.
Pues bien, Fidel Herrera regresa a Veracruz con el sambenito de la corrupción y el fraude relacionado con los medicamentos clonados y con el suministro de agua destilada en vez de quimioterapia a enfermos de cáncer; también se le señala por el endeudamiento exagerado e injustificado; por una administración irresponsable; por el saqueo; y por el peor pecado que señala la inquisición política contemporánea: dejar a un pésimo sucesor en el cargo, quien terminó por capitular, entregar la plaza y emprender la cobarde huida.
El ex gobernador Herrera vuelve, decía, en medio del escándalo; este lunes, declaró que regresará a la entidad para defenderse; que estará en el país el fin de semana y que él mismo encabezará su defensa ante las acusaciones que pesan en su contra; que demostrará su inocencia; y que en el caso de los medicamentos apócrifos a pacientes con cáncer, 450 niños que recibieron tratamiento serán sus testigos.
Apuntó que la Procuraduría General de la República, PGR, debe atraer el caso derivado de las denuncias por los medicamentos falsos, dado –dijo– que la Fiscalía estatal es controlada por el ejecutivo.
En respuesta, el actual mandatario estatal descartó que la PGR deba intervenir, en virtud de que se trata de un asunto local; recordó que existen denuncias de la Auditoría Superior de la Federación por un presunto desvío de recursos, 530 millones de pesos, del Seguro Popular, durante la administración de Herrera Beltrán, a quien Yunes Linares ha calificado como un “profesional de la mentira”.
El asunto es que al margen de las acusaciones en su contra, Fidel Herrera llegará próximamente a nuestro país; dicha noticia enrareció de inmediato en ambiento político veracruzano porque, además, se produce unos días después de que el PRI anunciara su alianza con el Partido Verde, que en la entidad es controlado precisamente por el hijo del ex gobernador, Javier Herrera Borunda, actual diputado federal.
Vendría FHB a operar las elecciones para el PRI
El escenario que apunta a que Herrera Beltrán sólo llegará para encabezar su defensa jurídica no resulta del todo creíble; lo más probable es que el ex ejecutivo de la entidad vendrá también a reorganizar a un priismo veracruzano sin pies ni cabeza y desarticulado tras la derrota de 2016; en ese contexto, corren versiones en el sentido de que Fidel Herrera estará en Veracruz para operar el proceso electoral local del presente año, las municipales; y que preparará el terreno para la elección federal de 2018, cuando se votará por presidente de la República, gobernador, senadores, diputados federales y legisladores locales.
Hay que recordar que el PRI veracruzano actualmente carece de figuras que garanticen un buen resultado en las elecciones del presente año. En ese sentido, Fidel Herrera llegaría a reorganizar a un grupo que hoy se ve desdibujado, las viudas de la fidelidad y del duartismo, a quienes se podrían sumar los grupos políticos que son desplazados y excluidos por el actual gobierno del estado.
Por otra parte, en cuanto a las denuncias que pesan contra Herrera Beltrán, dos factores llaman la atención: primero, la posible prescripción del delito; y segundo, el hecho de que las cuentas públicas de los seis años de ese gobierno ya fueron validadas.
Finalmente, Fidel Herrera viajará pronto del aeropuerto El Prat, en Barcelona; a Barajas, en Madrid, para de ahí salir al Benito Juárez de la Ciudad de México. Con su llegada iniciará una reedición de la vieja rencilla entre el ex gobernador y el actual mandatario, un pleito que podría convertirse en un verdadero encontronazo político.
Por cierto, hay quien desde ahora observa una posible contienda por el gobierno del estado, en 2018, entre los hijos de esos dos personajes: el diputado Javier Herrera Borunda, por un lado; y el alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, por el otro; algo así como una lucha máscara contra cabellera, de pronóstico reservado. @luisromero85