Con la información difundida recientemente de parte del gobernador Miguel Ángel Yunes, en la que se afirma la utilización de medicamentos falsos para tratamiento de cáncer en los servicios de salud de Veracruz, se ha vuelto a poner el gran reflector de la atención mediática y política en Javier Duarte y Fidel Herrera. Justamente en el pasado texto expuse que el discurso sobre el prófugo exgobernador había bajado de intensidad, hoy nuevamente está al tope.
Periodistas, especialistas, políticos, han dicho que esa acción aberrante podría ser considerada un crimen de estado o crimen de lesa humanidad; desde hace tiempo el tema no es nuevo para la sociedad veracruzana, en algunos (pocos) medios de comunicación circulaba la versión de que los medicamentos empleados por la Secretaría de Salud de la entidad eran de dudosa procedencia y que su compra tenía trasfondo de transa, de robo.
Si se llega a comprobar, lamentablemente creemos que si, el hecho de que pacientes sometidos a tratamientos contra el cáncer, con esos medicamentos falsos, fallecieron por dicha causa y son una cantidad considerable, entonces el tema supera cualquier adjetivo que a Duarte y Herrera se le haya puesto. Suena escalofriante, bárbaro, bestial, brutal, monstruoso; supera por mucho la acción de manejar dinero sin escrúpulos, se trata de haber jugado con la vida de niñas y niños, con la esperanza de sus familias, es abusar de los vulnerables, es un acto que solamente puede derivarse de tipos repugnantes, inmundos, psicóticos.
La pregunta que muchos nos hacemos es ¿qué castigo habría para los culpables de tan tremendo acto?.
Un crimen de lesa humanidad es, según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, un acto que atente gravemente contra la integridad física o salud mental cuando se comente de manera generalizada y sistemática contra la población civil y con conocimiento de ello. Pues generalizado si es, sistemático también, y claro que sabían lo que hacían. Ahora, vale aclarar que el concepto de crimen de estado no se ha desarrollado dentro de algún ordenamiento legal internacional, éste se utiliza de manera informal y lo que relaciona la acción con el gobierno es que dichos ilícitos sean considerados internacionalmente y hayan sido derivados de un sujeto con carácter de autoridad. Todo cuadra, aunque no somos instancia para dar veredicto.
Para finalizar y en el supuesto, porque falta que se desarrolle una investigación, esto podría llegar a la Corte Penal Internacional, organismo superior que podría tomar en sus manos la búsqueda y captura de Javier Duarte y secuaces, significa un oportunidad de que la investigación no se ejecute por la PGR; conveniente por muchos lados y para los intereses justicieros del gobierno actual. Hacer lo que sea necesario, pero quien tenga responsabilidad debe ser castigado, razones sobran y la última es de vergüenza mundial. Escriba a mossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas