Bien dicen que las crisis muestran de qué está hecho un gobierno. Y el que encabeza Miguel Ángel Yunes Linares se vio en un principio desencanchado con el tema de los actos vandálicos a las gasolinerías y los saqueos a los comercios. La verdad, no estaban preparados para estos escenarios; en primer lugar porque se trata de situaciones inéditas y en segundo término, porque la administración yunista apenas se está acoplando y agarrando la velocidad y ritmo en este de por sí frenético arranque golpeado por la falta de liquidez y la imparable violencia.
El ya conocido decálogo para enfrentar la rapiña surgió un poco tardado pero aún a tiempo. Los robos masivos a los centros comerciales ha cesado, pero aún falta regresarle la confianza a la ciudadanía. Por citar un botón de muestra, este domingo aún vimos barricadas en varias calles del fraccionamiento Las hortalizas y Río Medio. Hay otros puntos de la ciudad de Veracruz con este tipo de objetos que bloquean calles, pero los sitios anteriormente citados son los que nos constan plenamente porque los vimos con estos ojos que se habrán de comer los gusanos.
Otro aspecto que demuestra que tomó desprevenidos a los actuales funcionarios fue el tema de la Comunicación Social. El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, debe admitir que falló en este importante rubro.
La oficina que encabeza el bisoño Elías Assad Danini se vio lenta. Bien le falta a este inexperto servidor público un curso intensivo de manejo informativo en momentos de crisis. No se vio ni se escuchó una campaña en medios (sobre todo en radio y televisión) que intentara medio frenar estos desmanes, o cuando menos orientar a la ciudadanía de las consecuencias legales de estos delitos. No escuchamos spots en los que se alertara a los gobernados para que no se dejaran manipular por las mentes aviesas que orquestaron estos disturbios. Hubo el clásico boletín, la entrevista de banqueta, la conferencia de prensa, etc., pero no un trabajo más elaborado y sistematizado para contener el conflicto.
Elías debe entender que no basta andar como “damo” de compañía con el Gobernador, sino que le debe dedicar también tiempo para armar estrategias de comunicación. No se le vio a este muchacho como un estratega. Quedó rebasado ante el problema. Que decimos rebasado, ¡rebasadísimo! Para más, una empresa radiofónica del Puerto de Veracruz se ofreció el pasado sábado, durante una conferencia de prensa del mandatario estatal, para impulsar una campaña en sus estaciones para evitar más actos vandálicos.
Yunes Linares, al igual que el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, son personajes muy mediáticos, a grado tal que ellos mismos son sus propios jefes de prensa. Todo el tiempo están declarando, todo el tiempo conceden entrevistas banqueteras o vía telefónica, conferencias de prensa tres o cuatro veces a la semana. La sobre exposición a los medios es frenética, exhaustiva. Por eso es que Herrera Beltrán jamás permitió que Alfredo Gándara destacara. El pozarricense era un mero administrador de boletines y pagos de facturas. Todo lo articulaba el político cuenqueño. Tío Fide era el que amarraba convenios publicitarios, daba línea a los directores de medios, filtraba información para golpear a sus enemigos o hasta sus propios colaboradores que se salían del “huacal”.
Algo parecido está ocurriendo ahora. Miyuli es su propio jefe de prensa. Y en su estilo protagónico, es él que casi siempre sale a dar la cara ante los problemas. Sus colaboradores son meros convidados de piedra en las ruedas de prensa. Meras figuras decorativas. Se está cometiendo el error de centralizar el manejo informativo en el titular del Poder Ejecutivo. El Gobernador debe prestar más la pelota. Los secretarios de despacho y demás funcionarios de alto nivel, deben salir con mayor frecuencia a la palestra. Se debe difundir más lo que hacen las distintas dependencias y no centralizar casi todo en torno del monarca. Los integrantes del gabinete no deben ser minúsculos satélites que gravitan alrededor de un sol que es el único que debe brillar.
Todo esto es muy difícil que lo entiendan los gobernantes y casi todos caen en la tentación del culto a la persona, ya sea por futuros proyectos políticos electorales o bien por puro protagonismo. Este modelo de comunicación a la larga es desgastante y poco redituable. Si se hiciera la prueba de que los titulares de las diferentes áreas de gobierno cacareen sus logros o que el Coordinador de Comunicación Social se convirtiera también en Vocero, a la larga y como consecuencia lógica, el titular del Poder Ejecutivo verá engrandecida su imagen. Los ciudadanos no son tontos. Saben que detrás de una buena orquesta, hay un excelente director. Y admitámoslo. Yunes Linares no está haciendo tan mal las cosas. Hay algunas ideas suyas que no deben ser desdeñadas. Pero debe delegar más. Debe confiar más en su equipo.
Assad Danini está a tiempo de ponerse las pilas. Aún puede redireccionar la política de comunicación social. Y no se trata de volver a los viejos esquemas de los convenios y los embutes. Se trata más bien de que deje de orbitar alrededor de su jefe y brille con luz propia. Él es un muchacho muy preparado en términos académicos. No está maleado. Es bien intencionado. Es leal a su jefe. Debe articular mejor los mensajes a los veracruzanos y ser un verdadero estratega. La ruta de aprendizaje ha sido dolorosa y ha tenido sus costos políticos. Pero aún está a tiempo de enderezar la nave.