“No creo que se le olvide al gobernador Yunes que
Gerardo Buganza le levantó la mano públicamente,
en el campo de béisbol “BEISBORAMA 72”, en Córdoba, a
JAVIER DUARTE cuando era candidato a la
gubernatura en el 2010 y que dijo:
“DE QUE GANE DUARTE…YO ME ENCARGO…”
¡Que se defienda él!, o que lo defiendan sus colaboradores para que de una vez por todas se apacigüen los que a cada rato piden que se aclare eso de la cimbrada. Nosotros no tenemos por qué aclarar la cimbración.
Pero como es una cantaleta que a diario escuchamos: “¿Y la cimbrada que iba a sentir México?”. “Yo cimbro, tú cimbras… “Amanecí cimbrado…”, pues nos vemos obligados a esclarecer algunas cuestiones cimbriáticas.
Que lo digan los priistas si no están cimbrados por haber perdido la gubernatura de Veracruz que desde hacía 86 años tenían en su poder. Sí, que lo digan. Que lo diga el ‘cacique rémora y romántico’, Juan Nicolás Callejas, si su nido de corrupción en la SEP no está cimbrado. Sí, que lo diga su “equipo político” si no se cimbró cuando les quitaron sus cargos que ostentaban en la Secretaría de Educación y que servían para comisionar aviadores, para nombrar a directores, inspectores y supervisores y para tantos otros negocios y cosas. Sí, que lo digan si no están cimbrados.
Yunes le advirtió a Callejas que el día 1 de diciembre se encargaría de él. Ya lo hizo y fue institucionalmente, no a patadas, puñetazos y declaraciones en los medios.
Con el simple hecho de haber ganado la silla principal de Palacio de gobierno a través del PAN, es una cimbrada, a nivel local, nacional e internacional porque la noticia de que el sistema priista que gobierna México, había perdido un bastión priista importante, significa la debacle para ese partido ya que Veracruz, históricamente, es y ha sido, pieza fundamental en los proyectos de la ‘dictadura perfecta’.
De que se cimbró México, se cimbró…
Yunes cumple apenas seis días en el gobierno y ya se sienten como cinco años. No sólo por la intensidad de noticias (ranchos, dinero, edificios, propiedades, corrupción, prestanombres, denuncias), sino las que han salido durante el periodo de transición.
El nuevo gobernador se ha vuelto el más incisivo, feroz y eficaz investigador de su antecesor: contactó a los prestanombres de Duarte, los amagó, se reunió en secreto con ellos incluso en el extranjero y los hizo confesar sus culpas:
“Cuando yo me di cuenta que había debilidad en los cómplices, empecé a localizarlos uno a uno y empecé a sentarme con ellos”, ha explicado Yunes.
“Me di cuenta que tenían puntos sensibles y toqué esos puntos sensibles. Y llegó el momento en que se vieron en la necesidad de pedirme prácticamente piedad, a decirme: ‘sí devolvemos, pero por favor no me toque esto, no me toque lo otro’. No puntos ilegales, absolutamente, sino cuestiones de carácter personal, y me senté con ellos y empecé a recuperar bienes”.
Explica que son más de mil 200 millones de pesos. La PGR anunció la semana pasada el reintegro de 421 millones de pesos.
Así, el nuevo gobernador grabó confesiones y armó con ellas un expediente del que no sabemos qué tan alto salpica y con qué gravedad. Así el mandatario, va soltando, por goteo, los escándalos.
Recordemos aquella conversación nacional en el sentido de que si la PGR procedería contra Duarte, sí, pero contra Yunes también, y que al candidato electo lo arrestarían antes de que pudiera tomar posesión. El propio Yunes declaró que el 1 de diciembre, en su discurso de toma de protesta, haría revelaciones que cimbrarían al país.
La fecha llegó el jueves (1 de diciembre) pasado y el grueso de la opinión pública consideró que Yunes había fallado.
No sabemos si el mandatario tiene o no algo que satisfaga ese apetito, pero sí registramos que desde que amagó con desatar tal terremoto, la actitud nacional cambió y ahora en lugar de tener que presentarse ante la PGR a declarar por su pasado, Yunes se presenta en Los Pinos para hablar del futuro; en Gobernación para que le refuercen la Seguridad pública –que ya ha comenzado- y en Hacienda para hablar de apoyar su gobierno para sacarlo de la crisis en la que lo dejó el prófugo Duarte…
No tenemos por qué darnos a la tarea de aclarar y promocionar actividades de las nuevas autoridades. Es tarea de quienes manejan la información e imagen de todos ellos. Le corresponde a la Oficina de Comunicación pero como nadie da la cara ni en boletines ni en imágenes, corremos el riesgo de equivocarnos.
Nos han dicho que se rediseña la página web, y otros comentan que el nuevo funcionario de esa oficina, Elías Assad Danini, declaró que ya es tiempo de que los periodistas se pongan a trabajar. De ser cierta esta información tenemos que reconocer que durante más de 20 años el oficio reporteril se ha desprestigiado. Es corrupto. La mayoría busca la comodidad a través de dádivas del gobierno. Por eso hay muchos elementos que son millonarios porque se han dedicado al negocio del periodismo, en esas condiciones.
Tal vez con estas autoridades panistas, el periodismo viejo, vaya a ser el último refugio de los reporteros de la vieja guardia, no aquellos autodidactas armados con libreta y bolígrafo, consagrados a la tarea de innovar el formato y el contenido periodístico. No, ahí empezaron las modernas redacciones con el ingreso definitivo de las mujeres y de los egresados de las universidades, así como el tirante distanciamiento del poder político.
Quizás el periodismo veracruzano vuelva a ser una historia de endiosamiento, de vanidades, de genio y de miseria humana. Se mostrarán las entrañas de un quehacer ejercido por la tropa que a diario vive y muere al librar la batalla por la información, con pugnas, ambiciones y hasta traiciones.
¿Es lo que quiere el nuevo régimen panista a través de su coordinador de Comunicación?
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