Si algún nombramiento estaba cantado en el Gabinete que entra en funciones este bendito 1º de diciembre, era el de la maestra Clementina Guerrero García, quien en realidad más que tomar posesión continuará en el puesto de Secretaria de Finanzas y Planeación, al que llegó con antelación hace unas semanas, en el primer movimiento estratégico del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

Y ese nombramiento estaba cantado por razones que tienen orígenes diversos:

Amistosos: ya que es conocida de todos la antigua relación de afecto y cercanía que la maestra Clementina Guerrero ha guardado con Miguel Ángel Yunes Linares, desde los tiempos inmemoriales en que ambos fueron estudiantes de la Universidad Veracruzana; tiempos gloriosos en que ella y él (y un servidor, y todos los miembros de nuestra generación) eran muchachos con sueños imprevistos, con metas impecables, con las ilusiones no perdidas ante un mundo que se nos presentaba lleno de promesas, que tantos años después podrán intentar hacer reales. Tula -como se refiere siempre cariñosamente a ella el Gobernador- fue el punto de enlace del aspirante/candidato/Gobernador Electo con el potente grupo que está al frente de la Universidad Veracruzana y con la intelilgentsia veracruzana, representada exquisitamente (no lo digo en plan de sorna) por los académicos, investigadores y artistas que conforman la cumbre intelectual de nuestra casa de estudios.

Políticos: porque Tula fue un alfil protagónico del proyecto de Miguel Ángel Yunes Linares desde los inicios de su recorrido hacia la gubernatura; en ese largo y sinuoso camino que finalmente encontró su meta y la victoria el histórico 5 de junio de 2016. Pocos como ella estuvieron desde el principio; pocos como ella merecen ser considerados en el círculo rojo de la confianza, de la cercanía, de la inclusión; son nones y no llegan a nueve los que caben en esta clasificación: Enrique, Manuel, Leopoldo; seguramente los dos hijos; algún otro incondicional de siempre.

Profesionales: puesto que el complejo panorama financiero y administrativo que enfrenta el Gobierno, lo que es todo un eufemismo para describir el desastre absoluto en que nos sumieron los excesos estrambóticos del duartismo… puesto que, decía, ese complejo panorama que recibe el nuevo gobierno requiere de alguien con un talento especial, con un gran conocimiento en su área, con una alta preparación en crisis profundas e inexorables como la que hoy padecemos los veracruzanos. Y esas facultades y virtudes se congregan naturalmente en la maestra Tula Guerrero, quien supo surcar airosamente las aguas turbulentas de una universidad que alcanzó a seguir navegando no obstante la atonía económica a que fue condenada por los recursos multimillonarios que le sustrajo el Gobierno duartista.

Y de confianza: porque ante la corrupción galopante de los últimos dos sexenios en Veracruz, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares deberá presentar un gabinete compuesto por personas impecables, que puedan revertir la percepción ciudadana que existe ahora respecto de los funcionarios públicos. La honestidad, la honorabilidad, la honradez deberán ser los valores que muestren los miembros del gabinete entrante.

Tula los tiene… y bien puestos.

P.D. Y por fin hoy termina la catástrofe, la debacle, la hecatombe. Lo que sigue, será la garra suave (dejadme la esperanza…).

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