Durante el segundo trimestre del año, la economía de Veracruz cayó 4.7 por ciento, según el Indicador Trimestral de Actividad Económica Estatal (ITAEE) que dio a conocer el INEGI a finales de octubre. Veracruz fue, junto con Campeche (-5.7 %) y Tabasco (-4 %), de los estados que sufrieron el mayor descalabro, además de Chiapas, Guerrero y Tamaulipas.

El Semáforo Económico de México, ¿Cómo Vamos? señala que estos comportamientos impactan al PIB nacional, y agrega algo que debe ser preocupante para los próximos gobiernos estatales: “Hoy la economía veracruzana representa 5 % del PIB nacional, pero esta aportación podría caer a 3.9 % en 2030 si continúa creciendo a una tasa de 1 % promedio anual”.

En correspondencia con lo que está ocurriendo en la economía en general, las finanzas públicas están mostrando un comportamiento sumamente negativo, lo que representará un serio obstáculo para los meses que siguen, cuando la próxima administración estaría buscando una reestructuración de la deuda para disminuir los compromisos de corto plazo y aliviar las presiones por las altas tasas de interés.

Lo que ha reportado la empresa calificadora Fitch & Ratings, una nueva baja en la calificación crediticia de la entidad ante los mercados, pondrá en serios predicamentos a los negociadores del gobierno panista que en 15 días asumirá el poder.

En efecto, según el veredicto de la calificadora, Veracruz ha pasado de tener una calificación de BB+(mex), que ya era preocupante, a una BB-(mex),  lo que en materia financiera le hace un sujeto riesgoso para la inversión; esto aumentaría tasas de interés y los requisitos en caso de solicitar un nuevo crédito o incluso un reajuste a los créditos ya existentes.

Cuáles son las causas que esgrime Fitch & Ratings: falta de liquidez, aumento al pasivo circulante (PC) por un monto de 46 mil 398 millones de pesos y atrasos de la entrega de las participaciones a los ayuntamientos, incrementados en el último trimestre.

De ahí la preocupación del gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares expresada en entrevista con MVS Radio. El próximo mandatario dijo que esta nueva calificación es una noticia grave para el estado, porque podría aumentar los intereses de la deuda hasta en 500 millones para 2017, según análisis con un equipo de expertos financieros: “serían 500 millones de pesos menos de medicamentos, de apoyo a la universidad, de apoyos alimentarios, esa es la realidad, la crisis, y todos vemos números, pero no seres humanos”.

La empresa calificadora señala, en un comunicado oficial dado a conocer este lunes 14, que la Observación Negativa en la calidad crediticia evidencia la probabilidad alta de recurrir al uso de crédito bancarios de corto plazo derivada de las métricas de liquidez muy débiles en combinación con un pasivo circulante muy elevado que, al tercer trimestre de 2016, “representa 1.11x (veces) el saldo insoluto de la deuda de largo plazo”.

Bajo lupa, las finanzas públicas

Este monitoreo de la situación de la entidad continuará, especialmente al momento de la entrada de la nueva administración por el impacto que esto pudiera tener en la calidad crediticia de Veracruz, particularmente en materia de pasivo circulante y en las políticas financieras, de gestión y de gobernanza “que implemente la administración nueva, así como su posible impacto en la calidad crediticia de la entidad y sus financiamientos.”

De acuerdo con las mediciones de la empresa, actualmente el pasivo circulante de Veracruz asciende a 46 mil 398 millones de pesos, el cual representa un crecimiento importante respecto del reportado en junio pasado. Lo más grave es que esa cifra es 1200 por ciento mayor a la estimada en el mismo periodo del año pasado, es decir, más de 10 veces arriba a la reportada en octubre de 2015, cuando se contabilizaba en apenas 3 mil 469 millones de pesos.

Otra de las herencias de Javier Duarte y del extitular de Sefiplan, Antonio Gómez Pelegrín, es que en opinión de la calificadora, “la inconsistencia y falta de credibilidad en la información financiera continúan presionando el riesgo crediticio del estado de Veracruz”. Esta situación, además, representa un riesgo para la tasa crediticia que mantiene Veracruz, pues reportes como el incremento de pasivo circulante han desatado las alertas a tenedores de los certificados bursátiles que han sido emitidos por Veracruz, lo cual de no resolverse, podría afectar y aumentar incluso las tasas crediticias para la entidad.

Ante este panorama, el pronóstico es que de no resolverse la situación financiera de Veracruz, las calificaciones en descenso podrían materializarse, es decir, complicar la liquidez y operatividad de las administraciones futuras, incluyendo a la que rinde protesta el primero de diciembre de este año.

El robo jubiloso hirió gravemente a la economía

Para nadie es un secreto que el robo gigantesco realizado a las finanzas públicas por Javier Duarte de Ochoa, su esposa Karime Macías Tubilla y su grupo de operadores afectó gravemente la economía de Veracruz. La desviación de recursos originalmente destinados a la escasa obra pública contratada, que impidió el pago a decenas de empresas constructoras, afectó gravemente el empleo y la liquidez de los inversionistas.

Centenares de empresas sucumbieron ante la falta de pago de inversiones hechas, muchas veces, con créditos suscritos con empresas fiduciarias, a la espera de que les fueran entregadas las ministraciones acordadas en los contratos de obra. Lo mismo ocurrió con casi todos los proveedores, incluso pequeños prestadores de servicios. El caso, que no por anecdótico menos patético, fue el del trabajador que le lustraba el calzado al sociópata que nos gobernó, a quien le quedó a deber más de 20 servicios.

Todavía en este momento muchos empresarios bregan ante la Sefiplan por el pago de los adeudos que tiene con ellos el gobierno estatal.

Por eso, estamos muy lejos de estados como Sinaloa, que fue el más creció en el segundo trimestre del año a una tasa de 8.3 % anual; seguido de Aguascalientes (6.6 %), Querétaro (6 %), Aguascalientes (5.6 %), Guanajuato (5.3 %) y Quintana Roo y Nayarit, que crecieron 5.2 % anual, promedio anual. Estas entidades representaron el 21 por ciento de la producción nacional.

Nos ubicamos en la cara opuesta, junto con otros 6 estados en los que la economía decreció: Zacatecas tuvo la mayor caída en producción, con una disminución de 7.4 % a tasa anual; Campeche, Veracruz y Tabasco, estados donde la producción de minería petrolera es fundamental en la actividad económica, decrecieron también en 5.8 %, 4.7 % y 4 % anual respectivamente, y a esa lista se suman Chiapas, Guerrero y Tamaulipas.

Y hay un apunte que debe hacernos reflexionar: “Altas tasas de crecimiento económico conllevan a un círculo virtuoso, que podría ser acompañado por la atracción de mayores inversiones, lo cual genera más empleos, mayores ingresos y mayor bienestar”. Justo lo que le hace falta recuperar a Veracruz.

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