Desde hace casi un mes cuando se desapareció, el gobernador con licencia Javier Duarte ha hecho quedar mal a medio mundo: a su sucesor Miguel Ángel Yunes, al padre Alejandro Solalinde y a varios columnistas y conductores de noticieros de radio y televisión de Veracruz y de la Ciudad de México que han difundido diversas versiones sobre el presunto paradero del ex mandatario priista, de quien hasta la fecha la propia Procuraduría General de la República (PGR) ignora realmente dónde está, pues ha llegado a ofrecer una recompensa de 15 millones de pesos a la persona que proporcione informes para su aprehensión.

Así, pues, unos han asegurado saber que Duarte se habría escondido en un rancho de Chiapas propiedad de su suegro Tony Macías; otros que huyó a Canadá; unos más que estaría en Centroamérica, sin faltar aquellos que han hecho el ridículo al atreverse a especular que ya “está detenido”, arraigado supuestamente en un campo militar, y que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto sólo espera el momento  político más propicio para presentarlo ante los medios de comunicación.

Bueno, hubo quien inclusive se atrevió a anticipar el día, la hora y hasta el nombre del conductor de un noticiero de Televisa que daría la primicia nacional sobre la detención de Javier Duarte.  Nada de eso ocurrió.

Este martes en el diario El Universal, Salvador García Soto, autor de la columna “Serpientes y Escaleras”, al abordar el caso del ex gobernador panista de Sonora,

Guillermo Padrés, cuya defensa la lleva su correligionario Antonio Lozano Gracia, quien estuvo a cargo de la Procuraduría General de la República al inicio del sexenio del presidente Ernesto Zedillo, refiere que “de hecho, información confirmada por fuentes de la PGR, afirma que Padrés ‘siempre estuvo en la Ciudad de México’ oculto, precisamente, en las oficinas del despacho de Lozano Gracia, ubicadas en Montes Pirineos, 740, en las Lomas de Chapultepec” y que “es el mismo lugar donde también se sospecha que ha estado oculto en las últimas semanas –desde que huyó de su estado escondido en una cajuela de un auto y luego en un helicóptero oficial– el gobernador con licencia de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, quien según esas mismas fuentes, también es defendido por el ex procurador panista.”

García Soto apunta que “con paciencia, astucia y un as bajo la manga”, la PGR “esperó durante casi un mes que Lozano sacara a Padrés de su despacho, donde afirman que lo tenía resguardado, y logró detenerlo junto con su hijo” el pasado jueves 10.

“Y si, como dicen, ahí se encuentra también Javier Duarte, a quien junto con Lozano Gracia también lo defiende el ex candidato presidencial panista, Diego Fernández de Cevallos, no sería extraño que, tras la maniobra de ayer, de mandar una carta al Congreso local de Veracruz anunciando su regreso a la gubernatura, también esté la mano de tan experimentados abogados. Si como decían ayer ex colaboradores muy cercanos de Duarte, ‘la carta es real, su firma es legítima’ y hay fotografías y constancias que ubican a Jorge Ramírez Tubilla, primo de su esposa Karime Macías, entonces Javier Duarte de Ochoa ya sería en este momento otra vez gobernador constitucional en funciones, aunque no se presente en el estado, porque la Constitución local sólo lo obliga a ‘dar aviso’ al Congreso de su intención de volver a la gubernatura, un cargo de elección irrenunciable”, expone el columnista.

“Si la carta es real, Duarte tiene nuevamente fuero y no podría ser detenido por la PGR al menos hasta después del 31 (sic) de noviembre cuando termina oficialmente su cargo. Y eso tal vez busque ganarle tiempo en su estrategia de defensa. ¿Saldrá también Javier Duarte de la madriguera azul?”, concluye con esta interrogante García Soto, cuya información, si fuera cierta, podría ser capitalizada por sus lectores para ganarse los 15 millones de pesos que ofrece la PGR de recompensa a quien reporte el paradero de Duarte.

Pero ni noviembre tiene 31 días, sino solo 30, y tampoco Javier Duarte pareciera estar escondido en el despacho de Lozano Gracia, ya que en vez de catear las oficinas del ex procurador en la Ciudad de México, este martes los elementos de la PGR acudieron al Palacio Legislativo de la avenida Encanto, de Xalapa, ante la posibilidad de que el gobernador con licencia acudiera a ratificar su intención de retomar su cargo.

El envío de la misiva movilizó a personal de la PGR a la capital veracruzana. El presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXIV Legislatura, Sergio Hernández, confirmó que agentes federales solicitaron revisar los vehículos de cada uno de los 50 diputados locales, ya que se especulaba que Duarte podría ingresar escondido en una de las cajuelas.

Sin embargo también se llevaron tremendo chasco porque el supuesto oficio atribuido a Duarte, mediante el cual notificaba al Congreso del estado su reincorporación a la gubernatura, tampoco resultó ser auténtico.

Igualmente se habrían equivocado al identificar a la persona que llevó el supuesto oficio al Palacio Legislativo y cuya imagen fue captada por una de las cámaras de seguridad. Todos han dado por hecho que se trataría de Jorge Ramírez Tubilla porque tiene cierto parecido físico con el primo de Karime Macías, pero quienes conocen bien a este pariente de la esposa de Duarte afirman que entre ambos existe una clara diferencia en la estatura.

Por la reacción de algunos voceros de ex funcionarios del gobierno de la Fidelidad y del duartismo ante el sorpresivo cambio en la Sefiplan, todo parece indicar que lo del oficio apócrifo había sido una bien calculada estrategia para generar ruido mediático e inestabilidad política, ya que casualmente el gobernador interino Flavino Ríos Alvarado, al dar posesión a Clementina Guerrero en lugar de Antonio Gómez Pelegrín, entregó anticipadamente el manejo de las finanzas del estado al gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, lo que destrabó ipso facto el conflicto con los alcaldes del PAN y PRD que ese mismo lunes entregaron el Palacio de Gobierno y la Casa Veracruz, casi 24 horas antes de que Ríos Alvarado rindiera, ante la ausencia de Duarte, el sexto y último informe de labores de la presente administración.