Finalmente sucedió lo que ya estaba más que cantado: la suspensión de los derechos como militante del PRI a Javier Duarte, sanción que también fue aplicada a cuatro duartistas y dos notarios públicos.
Hubo quienes se confundieron y creyeron que este lunes la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del Partido Revolucionario Institucional habría de expulsar del partido al mandatario veracruzano. Pero aquí en este espacio adelantamos en la anterior entrega, que sólo serían suspendidos sus derechos partidarios.
De igual forma, ahora existe la confusión entre algunos observadores quienes creen que esta sanción (la de suspender los derechos como militante a Duarte), es el veredicto final, cuando en realidad es apenas el inicio de un proceso más prolongado que culminará con la expulsión definitiva del partido tricolor. Y una vez expulsado, un juez de distrito podría “obsequiarle” (así se dice en la jerga jurídica) a él y a los otros seis sancionados por el órgano partidista, una orden de aprehensión por diversos delitos relacionados con presuntas irregularidades en el ejercicio de la función pública.
Asimismo, este mismo “lunes negro” para Duarte y sus contlapaches, hubo quienes llegaron a pensar que en los próximos días el aún titular del Poder Ejecutivo estatal se separará del cargo para que la PGR actúe con mayor libertad en las investigaciones. Incluso, se llegó a especular que el diputado federal Érick Lagos Hernández o el Secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, entrarían como gobernador sustituto y así cerrar la actual administración. Pudiera ser. Pero tampoco se descarta que el gobernante concluya su gestión hasta el 30 de noviembre y ya después lo detengan, si es que le comprueban los presuntos ilícitos.
Habrá que esperar. Los próximos días serán cruciales y ya sabremos el desenlace.
Mientras tanto, anoche, muy noche, mientras se redactaba esta columna, Javier Duarte de Ochoa, que es muy afecto a tuitear, no había mensajeado ni siquiera una coma.
El único que salió a dar la cara por órdenes de su jefe político, fue el diputado local Tonatiuh Pola, quien señaló que no se puede condenar ni satanizar a Javier Duarte luego de que la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI acordó la suspensión de sus derechos como militante.
El legislador señaló que se trata de una situación generada, en parte, por la oposición del partido tricolor en el estado de Veracruz.
“Yo ahorita en este momento no puedo hablar por todos, pero vamos, no hay nada que se le haya podido demostrar, no hay nada que, vamos, no podemos en estos momentos condenar al gobernador, ni absolutamente satanizar, ni subirnos a una ola que en parte ha sido generada por la oposición, vamos a esperar que las autoridades correspondientes quienes investiguen todo y que también investiguen a los de en frente”, argumentó el ex reportero televisivo.
“Yo lo que creo es que mi partido también debe ser más crítico con la oposición, yo creo que mi partido ha sido muy tibio, la nueva dirigencia nacional ha sido muy tibia en sus declaraciones contra los actos de corrupción que hemos anunciado de otros partidos políticos, en especial del gobernador electo de Veracruz, de ahí no vemos que diga nada, también no hemos tenido comunicación con nuestra dirigencia estatal y nacional en torno a lo que está ocurriendo en el PRI”, subrayó.
Esperemos que este martes Javier Duarte emita alguna postura o declaración sobre la multicitada sanción. Seguramente reiterará que acatará la decisión de su partido y que es inocente de los delitos que se le imputan.
De lo que no hay duda es que estos días son tiempos aciagos para Duarte de Ochoa. Enfrenta un trago amargo. Estamos ante el derrumbe del duartismo. Todo parece indicar que lo peor para él y sus allegados aún está por venir.
Ventilan quejas contra administrativo del IVM
A través de un documento que circuló profusamente en redes sociales, trabajadoras del Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM), que omiten sus nombres por temor a represalias, lanzan acusaciones contra el responsable del área administrativa de dicha instancia.
Alza en tarifas de transporte, por el vacío de poder en Veracruz