Hace un par de años, recién electa como rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara, fue blanco de críticas y del escarnio entre la comunidad universitaria porque una madrugada fue a los campos deportivos de la USBI para abrirle personalmente la reja de las instalaciones al gobernador Javier Duarte, quien acompañado de una cuarteta de colaboradores se presentó en shorts y tenis para correr y hacer ejercicio matutino.

Por ese entonces Ladrón de Guevara todavía andaba en plena luna de miel con el mandatario priista, quien originalmente simpatizaba más con la candidatura del ex secretario de Educación de Veracruz, Víctor Arredondo Álvarez, el cual pretendía volver a la Rectoría que ya había ocupado durante dos periodos, de agosto de 1997 hasta noviembre de 2004, fecha en que dejó la UV a cargo de Raúl Arias Lovillo, su secretario académico, para asumir la titularidad de la SEV en la administración del gobernador Fidel Herrera.

Sin embargo, la aspiración de Arredondo se vino abajo por el veto que en su contra ejerció el influyente ex rector de la UNAM,  José Sarukhán Kermez, ante los demás miembros de la Junta de Gobierno de la UV, los cuales terminaron inclinándose por Ladrón de Guevara, a la sazón directora del Museo de Antropología de Xalapa, en lugar del secretario académico Porfirio Carrillo, muy identificado con el grupo del rector saliente Arias Lovillo.

Recién electa como rectora, Ladrón de Guevara fue invitada a comer a la Casa Veracruz por el gobernador Duarte y su esposa Karime Macías. A partir de entonces la relación entre ellos aparentaba ser muy cordial y así se mantuvo hasta el año pasado todavía, cuando las autoridades de la UV comenzaron a reclamar públicamente los fondos federales que el gobierno del estado no les había transferido en su totalidad desde el sexenio anterior.

Inclusive aún el año pasado Duarte de Ochoa se presentó personalmente en la Rectoría acompañado de su esposa como testigo de honor, para reiterarles a Ladrón de Guevara y a sus colaboradores que saldaría la deuda con la UV, por lo que les propuso que se pusieran de acuerdo con la Secretaría de Finanzas y Planeación para calendarizar los pagos.

Pero hasta ahora el mandatario veracruzano no ha podido cumplir totalmente con su promesa de pago. Este lunes, en su tercer informe anual de actividades que rindió ante el Consejo Universitario General, la rectora expuso que hasta el 31 de agosto pasado la deuda total se había incrementado en un 16 por ciento, al pasar de 2 mil 58.6 millones de pesos a 2 mil 388.2 mdp,  lo que, dijo, el adeudo es mayor al subsidio estatal ordinario autorizado para el ejercicio 2016, ya que equivale al 104% de éste.

En ese sentido, advirtió que se está entrando en una “turbulencia económica”, pero que pese a ello la UV logró consolidarse como una de las mejores universidades públicas del país, con una matrícula superior a 78 mil 641 estudiantes y con 182 licenciaturas. “Nuestro reto, afirmó, es que no decaiga”; para ello prometió trabajar “hasta el último día de mi administración porque se trata de la universidad de mayor impacto en región sureste del país”.

Tal como se preveía, el tema de la deuda fue el eje principal del tercer informe de Ladrón de Guevara, quien enfatizó que “las crisis nos permiten conocer lo mejor y lo peor, y ante los hechos negativos la fortaleza y el valor están con la máxima casa de estudios.”

“La comunidad mostró su apoyo y se unió para defender el derecho de nuestra juventud”, expuso la rectora, quien además acusó que ante la falta de escrúpulos del gobierno estatal se hizo escuchar la voz en los Congresos federal y local. “Se manifestó como nunca en los recintos legislativos el reclamo de la deuda hacia la UV”, refirió.

Y recordó que en la manifestación masiva de marzo “se sintió el apoyo como nunca, el movimiento traspasó fronteras, se conformó como un solo ser y la marcha será recordada por generaciones futuras”. Ladrón de Guevara precisó que se pelea el justo derecho que le corresponde por recibir sus recursos federales. “Salimos a las calles a manifestarnos, y en otro hecho histórico de manera inédita el Congreso federal exhortó al gobierno estatal a cumplir con los pagos que le corresponden”, agregó.

Minutos después, a través de su cuenta de Twitter, el gobernador Javier Duarte respondió primero que “antes de concluir mi administración el @GobiernoVer saldará su deuda económica pendiente con la #UV”, y luego volvió a tuitear para expresar: “Mi reconocimiento a la comunidad universitaria, refrendo a ellos el compromiso del @GobiernoVer de continuar apoyando a la #UV”.

¿Acaso supondrá que las autoridades y académicos de la UV le habrán creído? Él mismo sabe que no. Por eso, seguramente para evitar abucheos y silbidos, decidió no asistir ni mandar a nadie en su representación al tercer informe anual de actividades de la rectora, quien en cambio sí contó con la presencia del gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, cuyo convoy, por cierto, fue detenido la noche del lunes en el retén de la Fuerza Civil del estado que se ubica sobre la carretera federal Xalapa-Veracruz a la altura de Las Trancas, cuando el ex candidato del PAN retornaba con su familia y personal de seguridad a Boca del Río.