«Mi rechazo al trabajo de Juan Gabriel es,
pues, clasista: me irritan sus lentejuelas,
no por jotas sino por nacas, su histeria,
no por melodramática sino por elemental,
su sintaxis no por poco literaria sino por iletrada»
(Nicolás Alvarado)

Ni por nacas ni por jotas
me molestan tus palabras;
no porque con ellas abras
las puertas a los idiotas
para que asuman tus notas
como bíblicas verdades,
me enojan tus vacuidades.
Tu sintaxis literaria
de vocación incendiaria
no me trae dificultades.

No me traen dificultades
tu desdén melodramático
ni tu espíritu antipático.
No me hieren tus verdades
(que exhiben tus veleidades),
tu discurso panfletario,
tus ideas polichinelas
(que semejan lentejuelas)
ni tu look estrafalario.

Ni tu look estrafalario
de intelectual esnobista;
tú eres tu propio cronista
pero vives del erario,
por lo tanto tu ideario
es de interés general
y se ve bastante mal
que divulgues tu clasismo
con ostentoso cinismo;
es una mala señal.

Es una mala señal
que daña a la institución
pues tolerancia, inclusión,
y gran solvencia moral
definen a ese canal
del que estás a la cabeza.
Nuestro país atraviesa
por una crisis profunda,
no ayudes a que se hunda,
habla con delicadeza.

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