El gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, sigue en medio de una profunda crisis política y también de imagen.

Prácticamente todos los días, el mandatario veracruzano es objeto del escarnio público en páginas de internet y redes sociales; por si fuera poco, no hay día en que los medios informativos no consignen acusaciones por presuntos actos de corrupción contra Duarte; a ello se suma el permanente enfrentamiento del ejecutivo veracruzano con diferentes fuerzas políticas, incluyendo a los propios priistas.

Desde la cúpula del priismo parece que la señal es clara en cuanto a la seria posibilidad de que el sucesor de Fidel Herrera sea expulsado del partido que encabeza formalmente Enrique Ochoa Reza.

El desprecio en el altiplano, y particularmente en Los Pinos, a Javier Duarte, es cada vez más claro. Incluso, Peña Nieto se ha encargado de evidenciar un trato distante y frío, como la humillación que vivió el cordobés durante la pasada visita presidencial a la escuela naval de Antón Lizardo, en que el ejecutivo veracruzano fue colocado en un lugar casi marginal, lejos del presidente.

Así las cosas, nada bueno espera en el horizonte al gobernador Duarte.

Ayer, por cierto, el senador Héctor Yunes Landa fue categórico al reafirmar no sólo su distanciamiento, sino también su enfrentamiento con relación al ejecutivo estatal, a quien culpa por la derrota del Revolucionario Institucional en el reciente proceso estatal electoral.

El legislador federal, miembro de la cámara alta, no perdona a Javier Duarte los problemas que se originaron desde el gobierno estatal y que repercutieron de forma negativa en la imagen del partido y, por consiguiente, en la campaña de Yunes Landa: la inseguridad; el desempleo; la pobreza; la corrupción gubernamental; la deuda con instituciones crediticias, proveedores y contratistas; los agravios a jubilados y pensionados; la confrontación con la Universidad Veracruzana por el tema de los recursos que se adeudan, etcétera.

Por todo ello, Héctor Yunes insistió este miércoles en que el gobernador de Veracruz era un lastre para su partido, situación que –dijo– puede representar la expulsión de Duarte del PRI.

De igual manera, apuntó: “Moralmente procede la expulsión de Javier Duarte, ha lastimado la imagen el partido. Yo creo que sería correcto que se hiciera; ha sido un lastre para el partido durante muchos años”.

Lo malo para el todavía gobernador veracruzano es que cada vez son más las voces que coinciden en la necesidad de que sea expulsado del tricolor y caiga sobre él todo el peso del Sistema Nacional Anticorrupción.

La mala calificación veracruzana

Las malas noticias para Veracruz en términos financieros no terminan.

El pasado 19 de agosto, la agencia calificadora HR Ratings notificó la activación de un evento preventivo para los certificados bursátiles emitidos por el Gobierno de Veracruz.

El argumento central de dicha determinación se relacionó con el incumplimiento con la obligación financiera de mantener, al cierre de cada ejercicio fiscal, el monto del pasivo circulante menor a 800 millones de Udis, lo que equivale a más de 4 mil 343 millones de pesos.

Ese problema implica que existe el riesgo de que los fiduciarios retengan los remanentes del fideicomiso y no los liberen al gobierno de la entidad hasta que no sea desactivado el evento preventivo, que será cuando el gobierno estatal cumpla con sus obligaciones financieras.

Previamente, a mediados de julio, HR Ratings bajó la calificación de Veracruz, de “HR A-“ a “HR BBB”.

A esa tendencia en la calificación se sumaron otras prestigiosas casas, como Fitch Ratings, que el 25 de agosto recortó la calificación crediticia para Veracruz, debido básicamente a dos factores, el deterioro en su liquidez y el aumento en el pasivo circulante.

En un comunicado, la calificadora expuso: “En opinión de Fitch, la inconsistencia y falta de credibilidad en la información financiera, aún y cuando es auditada por un despacho externo, añaden incertidumbre al desempeño financiero debilitado significativamente al cierre 2015”.

Pues bien, este miércoles continuaron las malas noticias para Veracruz en los temas crediticios; otra firma, Moody’s, bajó la calificación de Veracruz ante el deterioro en sus finanzas.

Se apunta que los resultados financieros del gobierno de la entidad son peores a los esperados en 2015; de igual manera, la calificadora habló de un drástico deterioro en la liquidez de Veracruz; otro factor: la expectativa en cuanto al déficit presupuestario era de 4 por ciento de los ingresos totales, pero la cifra se ubicó en 6.5.

Moody’s determinó bajar la calificación para Veracruz, debido a que las reservas de efectivo del gobierno del estado también se desplomaron.

De esa manera, podríamos decir que lo que ocurre con las finanzas estatales es una verdadera tragedia que heredará el próximo gobernador. Lo peor es que no se ve cómo pueda salir a flote un barco cuyo actual capitán, antes de ser relevado del cargo, parece empeñado en hundir.

Desmienten enfermedad de Buganza

Ante las versiones que circularon en algunas páginas de internet, sobre las supuestas complicaciones en el estado de salud del ex secretario de gobierno y próximo diputado local  por el Partido Verde, Gerardo Buganza Salmerón, desde la oficina del también ex senador de la República nos comentan que se trató de una noticia falsa, un borregazo, como se le conoce en el medio.

Buganza se encuentra en su rancho, trabajando, y en espera de que se le requiera para rendir protesta como legislador en el próximo Congreso del Estado. @luisromero85