¿Sabe usted, curioso lector, cuántas ciudades hermanas tiene Xalapa? Pues algo así como 21, las cuáles han servido para que los alcaldes en turno conozcan el mundo, fortalezcan sus relaciones políticas o de plano engrosen el expediente de asuntos sin importancia.

En teoría, el hermanamiento de ciudades es un concepto por el cual pueblos o ciudades de distintas zonas geográficas y políticas se emparejan para fomentar el contacto humano y los enlaces culturales. Normalmente, aunque no siempre, las ciudades hermanadas suelen tener características parecidas.

Pero la euforia de la hermandad no es exclusiva de Xalapa. Muchos otros municipios han padecido la nostalgia incontrolable de sus alcaldes por ir a buscar sus orígenes al otro lado del mundo, y han aprovechado su fugaz estancia en la silla municipal para hermanar ciudades que nada tienen en común, más allá del anecdótico origen genealógico de su autoridad.

En el caso de la ciudad de las flores, nuestra capital tiene nueve ciudades hermanas en el extranjero –cinco en Estados Unidos y el resto en Argentina, Ecuador, España y Guatemala-. En nuestro país, Xalapa es hermana de doce ciudades, tres de ellas en el mismo estado de Veracruz (Acayucan, Perote y Veracruz) y el resto a lo largo de la república.

Algunos casos son de llamar la atención. Por ejemplo, hace algunos años, los jóvenes xalapeños vivían el furor de pasar una temporada –principalmente en el verano- en la ciudad de Covina, California, con la que nos hermanamos en 1964 y que trajo por muchos años, el beneficio del intercambio de estudiantes. Algunos de esos vínculos de amistad aún perduran.

Las otras ciudades norteamericanas con las que tenemos un lazo de hermandad son Omaha, Columbia, Laredo y Mobile. De los beneficios obtenidos por estos intercambios, poco se sabe y menos se goza.

Pero también hemos tenido casos más asociados a la política, como por ejemplo, el hermanamiento con la ciudad de Toluca, realizada en el año 2011 por los gobernadores Enrique Peña Nieto y Javier Duarte. Los alcaldes sólo fueron testigos de palo. Eran los años de la miel, mucho antes de que la hiel invadiera la relación entre ambos personajes.

Los beneficios: Enrique Peña tuvo un espacio público ad hoc para continuar su recorrido por el país en busca de la candidatura a la presidencia –tal y como lo hacen hoy en día Graco Ramírez  y Moreno Valle-, mientras que el gobernador Duarte, en el amanecer de su gobierno, podría presumir de su excelente relación con el futuro presidente.

Sin embargo, al paso de los años, a la hermandad del chile y el chorizo le pasó lo mismo que a Camelia la texana: nunca más se supo nada.

Y en la misma tesitura se encuentran otros hermanamientos, principalmente en el extranjero. Seguramente pocos xalapeños saben que comparten la cuna con  Ambato, Ecuador; Paraná, Argentina; Palma de Mallorca en España –no sabemos quién fue el afortunado viajero con esa unión pero lo investigaremos-; y Antigua en Guatemala.

De esas ciudades no tenemos un recuerdo, una fotografía… vaya, ni siquiera alguna banca del parque Juárez lleva su nombre. Si algo dejaron como recuerdo de tan singular evento, hoy debe estar en el olvido, arropado en la maleza en algún parque o área verde poco visitado. Tampoco sabemos si viajar allá nos representa alguna ventaja o cortesía.

Salamanca, España, estuvo a punto de ser nuestra hermana, de no ser porque ¡allá nadie les avisó nada! Para que no digan que es mi imaginación, cito al diario El País en aquélla edición de abril de 1988, siendo el alcalde xalapeño Manuel Fernández Avila.

“Alcalde de la ciudad mexicana de Jalapa, y su comitiva han tenido que regresar a México sin haber conseguido el principal objetivo de su viaje a España: hermanar su ciudad de origen con la de Salamanca. El pleno de la corporación salmantina no había tomado tal acuerdo ni el alcalde de Alianza Popular, Fernando Fernández de Troconiz supo que la visita iba a realizarse hasta 15 días antes, cuando se presentó en Salamanca el secretario del Ayuntamiento mexicano para ultimar los detalles de la ceremonia.” Pa’ vergüenzas!

Valdría saber, al paso del tiempo, quienes siguen siendo nuestras hermanas y quienes han pasado a ser sólo nuestras hermanastras.

La del estribo…

No es humor negro, pero muchas autoridades estatales y municipales, estarían rogando al Creador que el huracán Earl tenga la cortesía de visitar el estado. Con ello, podrían cubrir las obras fantasmas, la infraestructura de mala calidad y muchos gastos sin comprobar. Será agua bendita para las desertificadas finanzas locales.