Los ayuntamientos veracruzanos, en una abrumadora mayoría, enfrentan una profunda crisis financiera, que ha limitado el correcto funcionamiento de las diferentes áreas de gobierno.

Las participaciones llegan a cuentagotas y los recursos etiquetados desde la Federación, en muchos casos, tampoco ingresan a las tesorerías municipales, como lo han denunciado los alcaldes de los ayuntamientos ubicados en zonas metropolitanas.

Incluso, los municipios que tienen la categoría de pueblos mágicos padecen la ausencia de los recursos federales.

La falta de dinero ha generado problemas en la mayor parte los ayuntamientos; en contraparte, hay otros casos en que esa escases  ha propiciado que los cuerpos edilicios privilegien los servicios básicos y las acciones de apoyo a la población más pobre.

Un ejemplo es el municipio de Tuxpan, que preside Raúl Ruiz Díaz; ese ayuntamiento arrancó su primer año con un techo financiero de 170 millones de pesos, que fueron destinados a obra pública.

Esos recursos incluían el adelanto de 57 millones de pesos de BANOBRAS.

El dinero fue aplicado en un programa de obras de infraestructura básica y equipamiento urbano, así como en acciones de combate a la pobreza y al rezago social.

En 2014, Tuxpan erogó recursos en pavimentaciones, puentes, drenajes, así como ampliaciones de red eléctrica. Destaca que a 11 mil 849 habitantes de 24 colonias y 17 comunidades les cambió la vida porque ahora cuentan con energía eléctrica en sus casas. Pareciera poco, pero son casi 12 mil personas que se encontraban en grave rezago en cuanto a servicios y que ahora han mejorado de forma significativa su calidad de vida.

Para el 2015, el presupuesto de Tuxpan fue de 80 millones de pesos, cantidad que incluyó un remanente de los recursos del fondo FISM DF 2014 por orden de 1 millón 219 mil pesos, que fue aplicado en la atención de la población vulnerable.

En el 2015, Tuxpan dio prioridad a la infraestructura básica del área rural, a fin de que los habitantes de las 86 comunidades alcanzaran mejores condiciones de vida. Además de obras como asfaltos, puentes y drenajes, se amplió la red eléctrica, ahora en 12 colonias y 7 comunidades. 22 mil 477 habitantes fueron beneficiados; ese número, sumado a los 11 mil 849 de 2014, llegó a más de 34 mil personas.

Ese es, precisamente, el mayor reto de los ayuntamientos en cuanto a la aplicación de los recursos públicos: invertir en obras que beneficien a la mayor cantidad posible de habitantes y combatir el rezago social y la pobreza.

Por ejemplo, en infraestructura educativa, uno de los principales ejes del desarrollo social, el municipio gobernado por Raúl Ruiz, en el periodo 2014-2015, invirtió 27 millones en la construcción de 68 aulas en 26 escuelas de la zona urbana, y 28 más en el área rural.

De igual manera, en el rubro de mejoramiento de vivienda, en 2014 se impulsó el programa de Pisos de Cemento, con la construcción de 476 pisos en 23 colonias, y 533 en 26 comunidades rurales, con una inversión que superó los 5 millones de pesos.

En 2015, a pesar del declive financiero, ese ayuntamiento impulsó un programa denominado “Cuartos Dormitorio”; se construyeron 227 habitaciones, con puerta, ventanas, protecciones e instalaciones eléctricas, en 9 colonias y 13 comunidades, con una inversión de más de 18 millones de pesos. Son familias que dejaron de vivir en cuartos de madera, forrados con láminas, cartón y plásticos, familias hacinadas, paupérrimas, que vivían en condiciones casi infrahumanas, a las que también les cambió la vida con los trabajos del gobierno local.

Esas son, en síntesis, acciones que dan sentido a todo gobierno: la solución a los problemas y la respuesta a las necesidades de la gente.

La enorme deuda heredada

Por supuesto, no faltan problemas; un ejemplo son los compromisos y las deudas que heredaron casi todos los municipios veracruzanos; Tuxpan no es la excepción; ese ayuntamiento enfrenta enormes pasivos, así como los interesas correspondientes.

Desde el 2008, Tuxpan arrastra una deuda mayor a 32 millones de pesos por concepto de títulos y valores de Bursatilización del 20% del ITUV. Esa deuda se contrató en UDIS y por ello hoy supera  los 37 millones.

A esta deuda se suma otra que data de 2013, contratada por la anterior administración, con un monto inicial de 220 millones por cuatro créditos ante el Banco Interacciones.

A esa deuda, el actual gobierno municipal ha tenido que hacer frente, restando por pagar, a la fecha, poco más de 201 millones.

Por estos conceptos, la administración tuxpeña tiene que destinar 5 millones 260 mil mensualmente, dejando muy limitados los recursos para su funcionamiento, obras y servicios.

Ante tal situación económica, el Ayuntamiento de Tuxpan ha tratado de proceder responsablemente. El único pendiente que ha generado esta administración ha sido en BANOBRAS, una deuda de 57 millones de pesos por concepto de anticipo del paquete de recursos del programa BANOBRAS-FAIS, de los cuales restan por cubrir 28 millones de pesos, que serán finiquitados, de acuerdo con estimaciones de las autoridades locales, antes de concluir el periodo.

Ante este panorama, podemos decir que el Ayuntamiento de Tuxpan ha sido un ejemplo de buena una administración de los recursos, a pesar de los irresponsables manejos heredados. A eso se debe que el ayuntamiento de Tuxpan sea tan bien valorado por los habitantes del municipio y tan bien evaluado por las empresas calificadoras internacionales.