Tres visiones de la voluntad ciudadana expresada el pasado 5 de junio.

Vicente Benítez González dice estar seguro de que el próximo 5 de noviembre estará rindiendo protesta como diputado local «porque en Veracruz, ya mandó la gente», en referencia a su irrefutable triunfo en las urnas y tras anunciar que está a disposición de las autoridades para que investiguen el origen de sus bienes.

Juan Nicolás Callejas Arroyo, por su parte, se refiere al llamado de Héctor Yunes Landa para que Javier Duarte deje su cargo de Gobernador: “Creo que Héctor no ha entendido que ya perdió y como tal hay que asumirlo, porque no se puede seguir en campaña”.

Una alusión más a la voluntad popular. El mensaje enviado por el Gobernador de Veracruz al candidato derrotado Héctor Yunes Landa: «Héctor: Yo gané contra el mismo adversario, en tu campaña respeté tu estrategia no esperes un resultado distinto si sigues haciendo lo mismo».

La postura de Héctor Yunes Landa respecto a Javier Duarte hace evidente su ambigüedad, su egocentrismo. Cuando necesitó el patrocinio del Gobernador para financiar su campaña política, sí le reconoció sus méritos como jefe político de la entidad. No acudió en persona, pero envió a sus más cercanos colaboradores para «negociar» el apoyo en metálico que requería.

Hoy, derrotado y exhibido por su irrefrenable sed de poder (faltó a su compromiso con su «amigo» Pepe Yunes y anunció que le disputará la candidatura en el 2018) se lanza en contra del Gobernador, acusándolo de todos los males para, de paso, expiar sus propias culpas.

Lo de Javier Duarte es cosa juzgada. No hay aún caso alguno en su contra en los tribunales, pero la percepción social lo reprueba como Gobernador. Vale aclarar, sin embargo, que un gobierno no se rige por percepciones, y en tanto no haya razón jurídica para removerlo de su cargo, Javier Duarte deberá seguir al frente del Poder Ejecutivo de Veracruz hasta el 30 de noviembre. Así lo ordena la Constitución local.

Intentó blindarse contra los ataques que, está seguro, habrán de lanzar sus enemigos a partir del primero de diciembre. El llamado de atención del Presidente fue muy claro y el Gobernador optó por retirar las iniciativas que había enviado al Congreso local.

Sin embargo, la carta de los diputados federales veracruzanos del PRI y del Partido Verde, lo mismo que la misiva firmada por 128 alcaldes («presionados algunos de ellos», según Héctor Yunes) permiten recordar que, en tanto que el candidato tricolor a sucederlo fue derrotado, el jefe político del PRI sigue siendo el Gobernador, y lo será hasta el 30 de noviembre.

Es por ello que Felipe Amadeo Flores Espinosa ha añadido una razón más para dejar el cargo de Presidente de ese partido. Además de tener en su hoja de vida el «mérito» de haber sido el primer dirigente tricolor que pierde la gubernatura, su ominoso silencio frente a la andanada contra su jefe político lo hace insostenible.

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Por cierto, llama la atención que el titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP) Tomás Ruiz González, haya enviado este martes un comunicado (por vías alternas, no a través de la Coordinación de Comunicación Social) para dar a conocer que está «prácticamente listo» el Túnel Sumergido de Coatzacoalcos.

Lo curioso del caso es que hay muchos testigos que vieron y escucharon a Tomás Ruiz, la noche del lunes, en el restaurante «Deli&Deli», del fraccionamiento Monte Magno, en Xalapa, cuando protestaba en voz muy alta a un funcionario de la Fiscalía General del Estado, quien al parecer le informaba que estaba siendo investigado por irregularidades detectadas en el proceso de contratación y ejecución del Túnel Sumergido.

«¡Pero si esa obra no es mía, a mi me la heredaron! ¡Yo qué tengo que ver en eso!», escucharon todos los comensales.

Muchos casos como este habremos de conocer en las próximas semanas.

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