Aunque con otros actores y otro libreto, pero en Veracruz está por producirse el remake de esa estupenda película titulada “Atrápame si puedes” (Catch Me If You Can, en la versión en inglés), un drama policiaco de los Estados Unidos protagonizado por Leonardo DiCaprio y Tom Hanks, producido en 2002 y dirigido por Steven Spielberg, el cual está basado en la vida de Frank Abagnale Jr., quien antes de cumplir los 19 años de edad consiguió millones de dólares haciéndose pasar por piloto de una empresa aérea, por médico y por abogado, cuyo principal modus operandi era la falsificación de cheques.
La habilidad y experiencia de Abagnale en este tipo de fraudes eran tantas que finalmente, tras pagar su condena y ser liberado en 1974, el FBI lo reclutó como asesor para atrapar a los falsificadores más escurridizos del mundo. En la historia fílmica y real, Frank Jr. (DiCaprio) terminó siendo gran amigo de Carl Hanratty (Hanks), el policía que lo capturó.
Sin embargo, en la nueva trama que está por reeditarse en Veracruz, con el gobernador en funciones Javier Duarte y el gobernador electo Miguel Ángel Yunes en el reparto estelar, muy difícilmente se va a dar el mismo final feliz entre ambos protagonistas, no obstante que en la víspera de la sucesión presidencial de 2012, los dos tuvieron encuentros y acuerdos discrecionales.
Seguramente en esta versión jarocha de “Atrápame si puedes”, veremos en un departamento de lujo en Boca del Río o en una mansión de El Estero a un Duarte pasado de copas pactando con un Yunes también hasta las manitas, quien aparentemente accede a colaborar para que en Veracruz gane el candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, a cambio de recibir financiamiento y apoyo mediático para la campaña de su hijo menor Fernando, quien logrará llegar como senador de primera minoría a la Cámara alta del Congreso de la Unión aunque el padre no cumplió lo convenido con el gobernador.
A la historia aún le faltan varios capítulos por escribir, por lo que el final no podrá conocerse antes de que inicie y concluya el próximo bienio 2016-2018. Por ahora Duarte, al igual que el personaje de DiCaprio en la primera parte, se divierte diseñando una ruta de escape, poniéndole una serie obstáculos legaloides a su declarado perseguidor, quien no podrá emprender la cacería judicial contra su antecesor hasta que no asuma constitucionalmente la gubernatura, que será dentro de cinco meses y dos días.
Yunes Linares, a diferencia del agente del FBI caracterizado por Hanks, ha comenzado a desesperarse ante las argucias tramadas por Duarte. Este lunes, por ejemplo, le envió un desesperado grito de auxilio al presidente Peña Nieto urgiendo su intervención en la entidad, pues advirtió que “!Los ciudadanos no vamos a permitir que Javier Duarte termine de destruir Veracruz antes de entregar el Gobierno”, ya que “las decisiones que ha tomado los últimos días agravan aún más la terrible situación que se vive en el Estado y el riesgo de un grave conflicto social es inminente”, acusó el panista en sendos desplegados periodísticos que mandó a publicar en medios impresos estatales y nacionales.
Y es que de acuerdo al guión, aparte de dejarle una bomba financiera por el abultado monto de la deuda pública y el aumento del gasto operativo por el incremento presupuestal a las dependencias y la basificación de todos los trabajadores estatales a partir del cargo de subdirector, Duarte le impondrá a Yunes al nuevo fiscal anticorrupción y a los tres magistrados de la nueva Sala Especializada para combatir la corrupción, que serán inamovibles y permanecerán en su cargos por 5 y 10 años, respectivamente.
En este remake de “Atrápame si puedes” será interesante ver si Peña, a quien no le cumplió Yunes en 2012, responde ahora al clamor del panista, ya que este lunes el columnista Raymundo Riva Palacio refería que uno de los permanentes invitados del Presidente a jugar golf es el ex gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, “como señal de protección frente a las imputaciones de corrupción que le endilga su sucesor…”
Y también citábamos al columnista Ciro Gómez Leyva, quien este lunes describió la relajada actitud del mexiquense en una larga plática que sostuvo la tarde del pasado viernes en Los Pinos con un grupo de periodistas: “El presidente Peña Nieto no estaba deprimido por la derrota electoral del PRI, ni decaído por el endurecimiento de las protestas de la CNTE, o abatido por los malos presagios tras el rechazo británico a la Unión Europea. (…) Es más, estaba de muy buen humor. (…) Bromeó, disertó, incluso polemizó cuando se tocaron la corrupción, la negociación con la CNTE y la panorámica electoral de 2018. Y se rió mucho. Creo que la pasó bien.”
Este martes, en otro texto, Gómez Leyva retomó la charla con Peña Nieto del pasado viernes. “Lo escribí ayer, se le ve animado, de buen humor. Y consciente de sus limitaciones. ‘A ver qué quieren que haga, que le ordene a las procuradurías, a los congresos, que metan a la cárcel a alguien’, retó cuando disertamos sobre la corrupción y le echamos en cara su desgano para dar un golpe ejemplar…”
No obstante, se sabe que la Procuraduría General de la República le está dando curso a una investigación por el presunto desvío de miles de millones de pesos denunciados por la Auditoría Superior de la Federación. Este martes, por ejemplo, fueron requeridos 40 funcionarios y ex funcionarios estatales de Veracruz. ¿Llegará la PGR hasta las últimas consecuencias o será para darle carpetazo antes de que inicie la nueva administración?