Mientras en el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional todavía no digieren el catastrófico resultado de la jornada del pasado 5 de junio, en Acción Nacional parece que tienen claro que 2016 fue la antesala de la sucesión presidencial.

Las victorias obtenidas por el blanquiazul en los estados de Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Puebla, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz ubican al partido fundado por Manuel Gómez Morín en inmejorable posición, de cara a las elecciones de 2018.

De entrada, en la lista de aspirantes del PAN al poder ejecutivo federal sólo aparecen dos nombres: el presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Ricardo Anaya Cortés, fortalecido por los históricos resultados de este año, y Margarita Zavala Gómez del Campo, quien ha levantado la mano con altas probabilidades de aparecer en las boletas de la próxima elección federal. A esos nombres se podría sumar, pero con menos fuerza, el del todavía mandatario del estado de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien logró mantener la gubernatura para su partido, con José Antonio Gali Fayad.

Al interior de Acción Nacional, todo parece indicar, a dos años de las próximas elecciones por la Presidencia de la República, que el candidato saldrá de entre el presidente del partido y la ex primera dama.

En el contexto nacional se habla de forma insistente de los extraordinarios resultados del panismo; sin embargo, no se debe perder de vista que el aspirante mejor posicionado rumbo a 2018 sigue siendo el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, quien logró convertir al Movimiento de Regeneración Nacional, en un breve periodo de tiempo, en la tercera fuerza política del país.

En el PRI, mientras tanto, parece que la lista de posibles candidatos se redujo de forma significativa. El resultado de 2016 bajó casi a cero las probabilidades del dirigente nacional del partido, Manlio Fabio Beltrones, convertido en el principal damnificado de los procesos estatales de este año.

El ex gobernador de Sonora vio desplomarse sus bonos, luego de que su partido únicamente alcanzó la victoria en Oaxaca, Hidalgo, Sinaloa, Tlaxcala y Zacatecas.

Por cierto, uno de esos triunfos electorales, el de Hidalgo, es más atribuido al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ex gobernador de esa entidad.

Por otro lado, el Revolucionario Institucional encarará las elecciones de 2018 en su peor momento; de los cinco estados más poblados, el tricolor sólo gobierna dos, Estado de México y Jalisco; la Ciudad de México está en manos del PRD y se encuentra cada vez más cerca de Morena; Veracruz y Jalisco son panistas.

Ese año, 2018, Veracruz no sólo tendrá elecciones federales; también habrá proceso local para elegir gobernador y diputados a la Legislatura del Estado; en total, cinco cargos estarán en disputa en la entidad.

Un año antes, en 2017, se renovarán los cargos edilicios en los 212 ayuntamientos del estado; así las cosas, de continuar las tendencias, todo apunta a una debacle aún mayor para el partido que aún encabeza, en la entidad, Felipe Amadeo Flores Espinoza.

Antes del proceso local de 2016 en Veracruz y otros doce estados, los analistas de la actividad política comentaban que este año sería el mejor termómetro para saber cómo vendría la tendencia rumbo  a la sucesión presidencial de 2018; en ese sentido, habría que recordar que los dos principales estados en disputa, desde el punto de vista de la importancia electoral y demográfica, Veracruz y Puebla, fueron ganados por Acción Nacional. También habría que considerar que el golpe a Beltrones Rivera, por las derrotas de su partido, fueron algo así como un batazo en la nuca, en sus aspiraciones por ocupar llegar a Los Pinos.

El nuevo mapa político

Con los resultados de este año, el Partido Revolucionario Institucional, a pesar de los resultados adversos en 7 entidades, seguirá como la principal fuerza política, aunque cada vez con más apretado margen.

Los priistas llegarán a 2017, cuando habrá elecciones para gobernadores en los estados de Coahuila, Nayarit y Estado de México, con 15 gubernaturas, Campeche, Colima, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Nayarit, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas, donde habitan más de 50 millones de personas, 44.47 por ciento del país.

Acción Nacional llegará al próximo año como gobierno en otras diez entidades, Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Puebla, Querétaro, Tamaulipas y Veracruz, que concentran a 34 millones de mexicanos, más del 30 por ciento del total nacional.

El PRD tiene a Quintana Roo, Ciudad de México, Michoacán, Morelos y Tabasco, donde habitan más de 18 millones y medio de personas, 16.5 por ciento.

El estado de Chiapas sigue gobernado por el Partido Verde, pero dicha entidad representa muy poco en términos electorales, menos de 5 millones de habitantes.

Así quedará definido, a partir del primero de diciembre del presente año, el nuevo mapa político-electoral de nuestro país.

Todo indica que de continuar las alianzas entre PAN y PRD rumbo a los procesos electorales de 2018; o, en otro caso, de mantener su tendencia de crecimiento López Obrador; Los Pinos tendrán como inquilino a un presidente surgido de un partido diferente al PRI. @luisromero85