Puede parecer un descuido en su estrategia electoral o que le ha faltado la asesoría de los dirigentes de Movimiento Regeneración Nacional, pero al candidato a Gobernador Cuitláhuac García Jiménez le ha faltado arroparse con científicos, especialistas e intelectuales veracruzanos que podrían respaldarle para elaborar un programa de gobierno más sólido que las propuestas sueltas (ocurrencias políticas, muchas de ellas) que ha planteado en su discurso.

A Cuitláhuac se le ve solo. Aunque ha dicho que en su gabinete colocará a expertos en cada tema de las áreas de gobierno y tiene la simpatía de varios académicos e intelectuales, no le ha alcanzado para convocarlos a su equipo, armar foros temáticos, compartir sus ideas y exponerlas al rigor crítico de los especialistas. Pareciera que solo está preocupado por el fenómeno electoral.

Incluso como una forma de mostrar que cuenta con apoyo de gente pensante, la estrategia de acercarse a los intelectuales, a los artistas, a los especialistas, académicos e investigadores, además de políticos de su corriente que cuentan con experiencia en el acto de gobernar o que dirigen organizaciones civiles no gubernamentales que han empujado para mejores políticas públicas, podría darle mejores dividendos.

Por supuesto que tener como dirigente estatal de su partido a Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien ha aprovechado los movimientos sociales para su provecho personal (desde que dirigía la UCIS-Ver junto al fallecido diputado local Fidel Robles Guadarrama y el dirigente de LAVIDA, Guillermo Rodríguez Curiel, quienes han hecho más por la democracia en la entidad) no es ninguna garantía de acompañamiento político maduro.

Independientemente de contar con un partido cuya única fortaleza es ser dirigido por Andrés Manuel López Obrador a nivel nacional, si realmente se la cree que puede ser el triunfador en los próximos comicios, Cuitláhuac mostraría un acto de madurez y responsabilidad política si consolidara un documento con las líneas generales que aplicaría su gobierno en los dos años que le correspondería estar al frente del Poder Ejecutivo estatal, respaldado por gente conocedora y seria, evitando meros eslóganes surgidos al calor de la contienda.

En CDMX pueden darle el ejemplo

Veamos, como simple ejercicio, lo que ocurre en Morena en la capital del país. Su dirigente estatal, Martí Batres, presentó el 27 de marzo ante el INE su lista con 60 candidatos a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, en que aparecen personajes tanto de su corriente como ciudadanos.

Además de actores como Bruno Bichir, Héctor Bonilla y Damián Alcázar, periodistas como Carlos Payán (exdirector de La Jornada) y escritores como Fabrizio Mejía, se incluye a juristas como el exprocurador del DF, Bernardo Bátiz, Irma Sandoval (experta en lucha contra la corrupción) y Jaime Cárdenas, exconsejero del IFE. Junto a ellos aparecen activistas gay, del movimiento indígena, jóvenes menores de 30 años y, dentro de los 20 primeros lugares, el 60 por ciento son personajes externos al partido.

¿Qué le hace dudar a Cuitláhuac en incorporar a expertos a su propuesta de campaña e, incluso, con la vista fija en la conformación de su gabinete? Tal vez es lo que dijo en la ocasión en que se reunió con los periodistas del Grupo de los 10: que su campaña buscaba solamente doblar la cantidad de votos obtenidos por Morena en sus primeros comicios como partido político nacional, las elecciones federales intermedias de 2015, cuando rebasó todas las expectativas al acumular más de 300 mil votos, y con ello apuntalar las elecciones de 2018, tanto las locales (en que tendría muchas posibilidades de ser candidata a Gobernadora la actual diputada federal Rocío Nahle), como las federales, en que AMLO estaría muy cercano a ganar la Presidencia de la República.

En efecto, eran inicios de campaña. Hoy él ve que puede ganar. Al menos eso es lo que ha dicho constantemente en los últimos días, y hasta de manera arrebatada en varias entrevistas, en que ha aludido a supuestas encuestas, cuyo origen y empresa demoscópica no ha desvelado.

Si es verdad su percepción, por qué no empieza a armar un equipo que le haga fuerte tanto hacia fuera (en términos mediáticos), como hacia dentro, para armar un plan de gobierno que no le haga perder el tiempo, que va a ser sumamente corto, y sería desastroso para Morena en sus intenciones para 2018 si hace un pésimo papel.

Hasta podríamos darle algunas ideas. Por ejemplo, ahí tiene al economista Hilario Barcelata Chávez, quien ha sido muy puntilloso y analítico frente a los malos manejos del gobierno duartista y podría aterrizar sus ideas de cómo debe actuar la Secretaría de Finanzas y Planeación; o al investigador Enrique Alejandro Colar Gómez, director del Instituto de Salud Pública de la UV, quien podría empezar a trabajar en la política de salud y proyectarse a la secretaría del ramo.

Universitario como es, Cuitláhuac García Jiménez debería estar atrayendo las mentes brillantes de académicos e investigadores universitarios que, además, han mostrado una trayectoria política y administrativa limpia.

Digo, si realmente se la cree que va a ganar.

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