El golpeteo ha sido quirúrgico. A Miguel Ángel Yunes Linares le han pegado en sus puntos más vulnerables y con tal precisión, que le resulta imposible defenderse.

Primero fue su inmensa fortuna, luego sus oscuras (e ilícitas) preferencias sexuales. Más tarde, su proclividad a la traición. Y todo eso en apenas la mitad de la campaña.

¿Guerra sucia? Seguramente. Tan sucia como aquella que él mismo practicó. Desde el envío de travestis a una conferencia de prensa de Cuauhtémoc Cárdenas, hasta el acoso de elementos de Seguridad Pública a Ignacio Morales Lechuga y su familia. Desde el espionaje a sus enemigos, hasta la ejecución de campesinos en el norte del estado.

En el 2010, cuando calculaba que desacreditando a Fidel Herrera conseguiría que Javier Duarte se cayera, difundió audios del entonces Gobernador, tan ilegales como los que ahora se exhiben de él.

¿Guerra sucia? Seguramente. Y es que… no existen las guerras limpias.

Ha sido tal el desdoro del abanderado panista, que ya han surgido voces quejándose de la terquedad de los dirigentes del PAN y del PRD (Anaya y Basave) que los ha hecho perder una gran oportunidad de conseguir la alternancia en Veracruz.

Así lo expresa Carlos Puig, en Milenio:

«En el PRI deben estar que no se la creen. Si un estado daban por perdido hasta hace poco, era el Veracruz de Duarte. No sólo eso, los escándalos del gobernador convertidos en notas nacionales comenzaban a afectar estados vecinos. ¿Cómo es que el candidato de Duarte, Héctor Yunes, ha cerrado la ventaja que le llevaba Miguel Ángel Yunes? Pues que si Duarte tiene una larguísima cola para que le pisen, nos hemos ido enterando de que la del candidato de la coalición PAN-PRD no es corta. El hijo multimillonario, las varias y grandotas propiedades, el demasiado dinero para una vida en el servicio público, hasta un Sushi itto en Puebla, pues. Algo debe estar muy mal en la oposición veracruzana que no pudieron encontrar un candidato que fuera exactamente lo contrario a Duarte y no uno con el que compite en escándalos».

Las malas noticias se le acumulan al candidato de la alianza PAN-PRD. El inicio de las campañas de candidatos a diputados le representa un nuevo descalabro. Los abanderados del PRI y de los partidos aliados, en conjunto, captan muchos más votos que los candidatos azules y amarillos.

Ya han aparecido encuestas en las que retoma la delantera Héctor Yunes, y salvo que suceda alguna catástrofe, ya no habrá de variar la tendencia.

Las plumas en la capital del país han volteado a ver ahora los antecedentes políticos de Yunes Linares. Le recuerdan su traición en contra de quien fue artífice de su crecimiento en el PAN, Elba Esther Gordillo; su sospechoso paso por el ámbito de seguridad y reclusorios en los tiempos de Vicente Fox, y la más reciente puñalada por la espalda a la familia Calderón-Zavala, al bloquearle a la ex primera dama el paso al Congreso federal.

No hay forma de ayudarlo. Sus antecedentes lo pintan como un político corrupto, deshonesto, pervertido, traicionero y desleal, que privilegia el crecimiento de su fortuna por encima del bienestar de los ciudadanos a los que dice servir.

¿Eso queremos para que gobierne Veracruz?

filivargas@nullgmail.com