Ahora que la campaña priista empieza a repuntar según las más recientes encuestas, en el equipo del candidato de la alianza “Para mejorar Veracruz”, Héctor Yunes Landa, ha comenzado a darse un feroz canibalismo político.
Y quién sabe por qué –tal vez porque no es oriundo de Veracruz o porque ejerce una gran influencia en el candidato y en otros poderosos personajes del CEN del PRI–, pero las baterías se han enfocado concretamente sobre Enrique Ampudia Mello, ex subsecretario de Gobierno y ex secretario particular del gobernador Javier Duarte, quien desde ambas posiciones estuvo operando políticamente a favor de Yunes Landa.
Hoy, igual que como hace tres años reaccionaron en su contra algunos funcionarios duartistas cuando se incorporó a la Subsecretaría de Gobierno, personajes cercanos a Héctor Yunes –¿o de Duarte de Ochoa?– están pretendiendo sembrar sospechas de la lealtad de Ampudia por la antigua relación que mantuvo con Miguel Ángel Yunes Linares en la administración del gobernador Patricio Chirinos (1992-1998), cuando el Doctor en Filosofía despachó como Director General de Gobernación subordinado en la Secretaría de Gobierno al actual candidato de la alianza PAN-PRD, a quien acompañaría en el penúltimo año de esa gestión al Comité Directivo Estatal del PRI para operar como secretario de Organización en el proceso electoral municipal de 1997, cuyo saldo catastrófico –perdieron 107 de los 210 Ayuntamientos que en ese entonces había en Veracruz– frustró el primer proyecto sucesorio de Yunes Linares que desde esa época aspira gobernar la entidad.
En el libelo que circula, recuerdan que Ampudia era el funcionario que en la administración de Chirinos “controlaba la información política y policiaca” que entregaba puntualmente a Yunes Linares, “para que éste negociara, apretara o reventara a sus opositores”.
“Desde entonces, Ampudia Mello siempre se mantuvo a la sombra, viviendo de dudosas glorias. De ser un funcionario mediano –nunca llegó a ser realmente un político– se convirtió pronto en un ‘Godínez’, un burócrata gris que derrochó su riqueza en amantes, demandas de divorcio, alcohol y juegos de azar. Esa necesidad de dinero para sostener sus debilidades, lo llevó a traicionar, primero, a su gran ‘amigo’ Yunes Linares.
“Fue Ampudia Mello el autor material de la filtración de la foto que ha sido utilizada en los últimos años para señalar la infidelidad marital y su supuesta inclinación por tendencias con la pederastia de Yunes Linares. Ampudia dio a los enemigos políticos de Miguel Ángel las fotos donde están Sandra Ortega Rivas, Miguel Ángel Yunes Linares y la hija de ambos, Sofía, en un caluroso abrazo.
“Al conocer de su traición, (…) Yunes lo corrió por haber mordido la mano que por varios años le permitieron disfrutar de importantes cantidades de dinero y otros privilegios.
“Ampudia, cínico, al ver que aquella vaca no daba más leche, se trepó clandestinamente al barco de la administración duartista, vendiéndose y vendiendo a quien fuera su jefe –una vez más– con la intención de recoger aunque fuera unos centavos para sostener su ludopatía y alcoholismo galopante.
“Con Duarte, Ampudia organizó las reuniones en que Yunes Linares negoció con Javier la senaduría para Fernando Yunes Márquez, y el perdón de la deuda de más de 30 millones de pesos que Miguel Ángel Yunes Márquez no ha podía justificar en el Ayuntamiento de Boca del Río, lo cual consta en archivos de la Comisión de Vigilancia de la Legislatura local que presidía entonces Américo Zúñiga Martínez, todo a cambio de descarrilar a Josefina Vázquez Mota en la carrera presidencial.
“Hipócrita, Ampudia se presentó como el hijo pródigo que volvía al PRI, se dijo leal a esos colores y al Gobernador, aunque seguía filtrándole información sensible del gobierno de Veracruz a Yunes Linares, a quien, sumiso, seguía llamando ‘mi jefe’.
“En la actual coyuntura, Ampudia buscó una nueva tabla de salvación en la campaña de Héctor Yunes, no obstante, hay evidencias de que pasaba información a Yunes Linares con la finalidad de golpear la línea de flotación del candidato priista. Por eso ya fue expulsado y alejado de cualquier nivel de interlocución u operación política del candidato.
“Los vicios convirtieron a Enrique Ampudia en un mercenario de baja estofa, que por unos pesos que le permitan tomarse un trago de un mal whisky y poder jugar al Bingo, ha vendido la poca calidad moral que le quedaba. Ahora es ninguneado y ridiculizado por sus subalternos y cercanos. Ampudia Mello está desahuciado de la vida política de Veracruz, más le vale recoger sus cosas e irse a echar chinches a otra parte, o también, a seguir viviendo de la mentira de que desde Veracruz es el principal asesor del dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera…”
¡Pa’su mecha! ¡Y eso que Héctor Yunes todavía no gana la elección!