El 21 de abril es una fecha muy importante para el Puerto de Veracruz. Representa la cuarta H de Heroica porque ese día de 1914 los norteamericanos invadieron nuestro país, y los cadetes de la asimismo Heroica Escuela Naval, junto con muchos también épicos jarochos, salieron a defender la dignidad nacional, cosa que no hicieron ni el poderoso ejército federal que comandaba el dictador Victoriano Huerta, ni los contingentes armados de los jefes revolucionarios, más preocupados por defender sus territorios regionales en el norte y en el centro del país.

El teniente José Azueta -hijo por cierto del almirante Manuel Azueta, director de la Escuela Naval-y el cadete Virgilio Uribe perdieron la vida en este enfrentamiento.Un cadete del ejército mexicano, Jorge Alacio Pérez, también fue muerto por un francotirador gringo en el crucero de las calles Lerdo y Hernán Cortés.

Hubo muchos héroes anónimos ese 21 de abril y el día siguiente, porque algunas milicias, los presos liberados y muchos ciudadanos opusieron una resistencia inusitada frente a la fuerza militar extranjera, que atacó con artillería pesada y con soldados muy bien armados y experimentados en el combate.

Fue una acción militar y popular que llena de orgullo a los veracruzanos, porque mostró por cuarta vez el sentido de sacrificio de este pueblo que sabe sufrir y cantar… y defender el honor patrio.

[Las otras tres H del Puerto son: 1ª. El bombardeo del ejército español desde San Juan de Ulúa contra la ciudad, que empezó el 26 de octubre de 1821 y duró 18 días; 2ª. La resistencia el 28 de noviembre de 1838 contra los ataques de la armada francesa durante la Guerra de los Pasteles; 3ª. La embestida de la marina estadounidense el 22 de marzo de 1847, en la primera invasión yanqui a México].

En recuerdo de esa fecha histórica, cada 21 de abril el Presidente de la República en turno acude a la ceremonia de jura de bandera y entrega de espadines a los cadetes que cursan el primer año en la Heroica Escuela Naval Militar.

Es un evento emocionante y hermoso, en el que se hace un desfile militar que relumbra por la blancura de los uniformes y por la perfección de los movimientos marciales de los orgullosos alumnos. Impactan también las salvas de cañonazos en honor de los héroes caídos y de la presencia del jefe máximo de las fuerzas armadas del país.

El pueblo de Veracruz y los integrantes de la escuela naval de Antón Lizardo están unidos por la historia, por el orgullo, por la valentía compartida y porque muchos de esos de muchachos son porteños y son parte de la familia cercana de la ciudad.

Curiosamente, el lugar se llama así -nada que ver con su heroica historia posterior- por el propietario de una barcaza proveniente de Niza, Francia, que encalló allí en el siglo XVI. Yo creo que don Antón nunca se imaginó que su naufragio iba a perpetuar su nombre de tal manera.

Este jueves 21, le toca en suerte al presidente Enrique Peña Nieto encabezar la ceremonia, que es un ícono de Veracruz.

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